7- Niñas

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Yuri comenzó a caminar por el pueblo, tomado de la mano de las niñas.

No podía evitar sentirse incómodo al recibir saludos muy respetuosos por partes de las personas que se cruzaban en su camino.

Llegó hasta una esquina, donde visualizó al frente un hermoso parque. De repente, algo llamó su atención, tres hombres estaban sentados sobre unos caballos, al mirar sus rostros, se paralizó.

—¡Majestad, buenas tardes!— exclamó uno de ellos, un hombre sonriente de piel morena.

Yuri se palideció, no esperaba encontrarse con Phichit, Leo y Guang-Hong.

—¿Por qué los guardias han venido?— preguntó Victoria.

—¿Guardias?— preguntó Yuri, recibiendo una mirada de extrañeza por parte de la niña.

—Perdón, su majestad. El rey Victor nos pidió que cuidáramos de ustedes— informó Leo.

Yuri sintió frustración al escuchar ese nombre, rápidamente asintió.

—No se preocupen, gracias por venir— respondió.

—Para su comodidad, sólo estaremos dando vueltas en el sector, no vamos a interrumpir su tiempo con las princesas— dijo Guang-Hong.

Yuri les agradeció y siguió con su camino, entrando al parque.

Sobre el pasto colocaron un mantel y se sentaron sobre él, para hacer un picnic.

—¡Trajiste frambuesas! Muchas gracias, mamá— dijo Hana con emoción, abriendo un canasta.

—Es verdad— susurró Victoria, un poco sonrojada. No quería mostrar su emoción.

Yuri sonrió con ternura, y acarició el cabello de Hana.

—Sé que les gustan— comentó.

—¡Eres el mejor!— exclamó ella.

Victoria sacó una frambuesa y se la comió, sin dar ningún comentario.

Luego de un rato en el que Yuri conversó de cada cosa con Hana, mientras que Victoria guardaba silencio y sólo se dedicaba a comer, las niñas se pararon, pidiéndole a Yuri jugar con ellas.

—Está bien ¿Y a qué quieren jugar?— preguntó Yuri.

Hana lo miró emocionada, estuvo a punto de responder, cuando una pelota de goma chocó contra su cabeza.

Yuri abrió los ojos con asombro y muy preocupado. Hana se llevó sus manos a su frente, muy asustada.

—¡¿Estás bien?!— exclamó Yuri.

—¡Lo siento mucho!— escucharon decir a dos niños que corrían hacia ellos. En el momento que miraron a Yuri, se quedaron de piedra —¡El rey Yuri y las princesas!— exclamaron espantados.

Victoria los miró furiosa y corrió hacia ellos, sin dejar reaccionar a Yuri.

Victoria saltó sobre los niños, y los golpeó a los dos, haciéndolos llorar.

—¡¿Cómo se atreven a hacerle eso a mi hermana?!— gritó.

—¡Victoria!— Yuri corrió hacia ella, agarrándola de la espalda, la alejó de los pobres niños.

—¡Hermana, yo estoy bien!— exclamó Hana.

Victoria se calmó, mirándola preocupada.

—Estoy bien— continuó —sólo me asusté, no me dolió.

—Lo sentimos mucho— sollozaron los niños.

Yuri soltó a Victoria, mirándola con mucha seriedad.

La otra vidaWhere stories live. Discover now