I could be the one

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Julian corrió hacia la mesa donde se encontraba Dua y sin importar que nos encontráramos en la biblioteca, él la llamó.

-DUA- ella apartó su mirada del libro, encontrándose con el chico, inmediatamente se levantó del asiento justo en el momento que él llegó a su lado, abrazándola.

Llegué varios pasos después, confundida y con demasiadas preguntas. Escuchando la petición de una bibliotecaria para que mantuviéramos el silencio en el lugar.

-Julian, no me avisaste que habías regresado, no lo puedo creer, esto es...-lo abrazó de nuevo y en ese momento me miró.

-Camila- sonrió aún más y Julian se apartó un poco para mirarnos-cariño, él es Julian, mi amigo del Instituto que se fue hace mucho tiempo de intercambio y....-.

-Nos conocemos-Julian interrumpió a Dua, ella ya estaba a mi lado, abrazándome.

-Espera, ¿se conocen?-.

-Sí, estamos en la misma clase con el maestro William...desde ayer-.

-Dua, debes escuchar a esa chica hablar de ti, es un ángel, demasiado enamorada-.

Dua me dio un beso en los labios, sin importar que su amigo estuviera frente a nosotras.

-Y yo estoy aún más enamorada de ti- me dio otro beso, sosteniendo mis manos y las de ella.

-Debí imaginar que hablabas de mi amiga, la perfecta señorita Lipa- Julian dejó su mochila y la mía en el asiento de la biblioteca y miró los libros que se encontraban encima de la mesa-parece que tenemos mucho de qué hablar-.

-Hablaremos después-.

-Pueden hablar, yo...-Dua me silenció con su dedo.

-¿Te importaría acompañarme a buscar los libros que hoy nos van a servir?-ella me preguntó cerca del oído, para sentir su voz.

-Debes detenerte, me haces sentir nerviosa- ella comenzó a reír y dejó un beso en mi cabello.

Presionó su agarre en mi mano y me llevó hacia la parte lateral de la biblioteca, indicando a Julian que se encargara de buscar las primeras guías que estaban en la mesa y que no nos molestara.

Al llegar casi al último pasillo, ella me detuvo, cerrando el camino con su cuerpo, llevándome junto al mueble de libros donde sus brazos impidieron mí escape, comencé a reír al ver que no podía continuar con mi camino.

-Dua, ¿vamos a buscar los libros?-.

-No exactamente-.

-¿Entonces...?- busqué el cuello de su ropa y atraje sus labios más cerca de mí, su sonrisa traviesa y esa mirada divertida me hacían sentir tan bien.

Le di el primer beso rápido, apartándome casi de inmediato, ella continuó de la misma manera, dejándonos con ansias de besos más lentos.

-Me gustaría escuchar lo que dices de mí a los demás-.

-¿Un beso por cada una de las cosas que digo?-.

-Parece justo-su mirada y la mía se unían ahí mismo -¿te gustaría comenzar ahora mismo?-.

La mirada de Dua es única, siempre te hace sentir como la primera vez que la encuentras, y esa primera vez parece difícil de sostener por la fuerza que puedes encontrar en ella, pero hay algo que te mantiene ahí, no puedes apartarte, no puedes evitarla, no puedes dejar de responderle.

BE THE ONE » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora