Andromanía - ErrorFresh

Que radical fiesta B)

Dos esqueletos se encontraban en un auto rojo en camino al departamento del esqueleto de ceño fruncido, aún que este mismo estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba, puesto que el conductor era el esqueleto con peor menoria de la ciudad.

-¡No! ¡te volviste a pasar! ¡por quinta vez! -Decía con desesperación el esqueleto color azabache -¡Te dije que yo conducía!

-¿Estas seguro que tú edificio no es ese de haya?

-¡Como mierda no voy a estar seguro si es mi puto hogar!

-Hace mucho que no venía a tu departamento -dijo con toda serenidad el esqueleto contrario

--Estuviste la semana pasada ahí porque se te olvido donde vivías *suspiro* - dijo ya más calmado

--Si, ya lo recuerdo, incluso me dejaste dormir en el sillón jeje -El esqueleto de menor altura solto una risa nerviosa que notó el contrario e hizo que entrara en realidad pues sabia que su compañero de trabajo jamás cambiará

-No entiendo como mierda no olvidas como respirar

-Lo tengo anotado *le muestra una agenda* todo lo importante lo anotó en esta belleza de agenda

-Y que tal si la pierdes baboso -ya estaba rato de lo despistado de su compañero de trabajo - Se te puede olvidar o simplemente lo que anotes ahí será olvidado como las típicas cartas de amor - El esqueleto color azabache, estaba arto de cargar con alguien como el de orbe de estrella. Desde pequeño conocía la menoría de corto plazo de Ink y desdé entonces ha tenido que cuidarlo por una promesa que hicieron desde pequeños y para Error romper una promesa era imperdonable, a pesar de que fue hecha por niños de 6 y 8 años de edad, no significaba que perdiera validez.

-Nunca pasara eso - La respuesta del menor fue algo cortante y no tenía la explicación que buscaba el moreno

-¿Comó estas tan seguro? - Le preguntó para sacarle de la duda del motivo que hacía aquella agenda tan especial

-Me la regalo mi madre antes de fallecer

El pintor seguía prestando atención al camino sin voltear a ver al esqueleto color azabache. Entre los dos se formo un entorno siliente en donde el esqueleto color azabache rodó los orbes y se lamento internamente por haber hablado

-Perdona

-Ah? ¿por qué?

-Por mi culpa te acordaste de esos amargos recuerdos, yo siempre me desahogo en ti hablando de mis problemas, y-yo no he sido del todo buen compañero contigo, siempre me has tratado muy bien, desde el día que nos conocimos y yo jamás me he tomado la molestia de escucharte o si quiera preguntarte sobre tú día