Novia de Tony, no más.

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(...)

Narra Barbie

Unos tres meses pasaron desde que soy novia de Tony.

Estoy contenta por todo. Y ya mismo la graduación nos dejará ser adultos y poder tener nuestro hogar.

-¿Barbie?-Me gire al ver a Káiser. Lo abrace y este se separó de mi con un poco de rapidez.

-¿Estan todos bien?-Bajo la cabeza.-¿Que sucede?-Levanto la cabeza y me colocó una de sus manos en mi hombro.

-Lo que te voy a decir no se como vas a tomarlo y tengo pruebas. Tengo testigos.

-¿A que te refieres con eso?

-Shhhh, solo escucha lo que te diré. Tienes que dejar a Tony, tienes que alejarte de él. Hablo enserio Barbie.

-¿Que dices?-Me aparte. Tomo un teléfono que ya yo conocía era el de Tony. Lo volteo y me enseño lo que había en este.

-Este es el teléfono de Tony y lo sabes. Rebusca sus aplicaciones, los mensajes, las fotos. Hazlo. Ve por ti misma lo que hace.-Lo tome y revise todo. En ese teléfono estaban miles de conversaciones con chicas y sus apodos eran parecidos al mío. Mi baby 1, mi baby 2. Y así seguía la lista. Salí de los mensajes y verifique sus fotos. Estaba con miles de chicas en clubes, en bares, en fiestas que incluso yo iba con él, en mi fraternidad y en mi habitación. Levante mi vista y los ojos de Káiser estaban llenos de lagrimas.

-¿Desde cuando?

-Desde siempre.-Mis ojos no dejaron caer ninguna lagrima que retenía. Respire profundo.-Gracias por esto. Gracias por decírmelo, gracias por ser un buen amigo.-Lo abracé y este acarició mi cabello. Me separé y vi como salía de mi habitación. Aún tenía el teléfono de Tony en mis manos. La puerta se abrió y vi a Tony.

-¿Que diablos le sucede a los chicos? Me miran...-Miro mis manos y sus sonrisa se fue. Levante su teléfono y sonreí.-¿Barbie princesa?

-¡No me digas princesa!-Este cerró la puerta de la habitación y se pego a esta.-Eres un asqueroso, un cochino, un bastardo, un idiota, eres todo lo que el mundo no quiere. Puede que seas lindo pero tu corazón esta tan podrido que ni tu sabes como llenarlo de amor. Te diré algo más, eres un pendejo.-Tomé el coyar que me dio el día que me dijo para ser su novia y lo arranque de mi cuello. Y se lo tire a los pies. Este lo miro para luego mirarme a mi.-No se como puedes ilusionar a tantas mujeres a la vez. ¡Te odio Tony! Te entregue mi corazón, ¿¡Que más querías de mi!?-Intento acercarse.-No, no te atrevas a acercarte. No quiero escucharte.-Apreté su teléfono en mi mano.-Vas a mirar lo que voy a hacer y verás que puedo ser peor.-Abrí la ventana y tire el teléfono en la piscina. Me gire y vi como estiraba su mano para luego llevarla a su cuerpo cerrando el puño.

-¿Por que hiciste eso?

-Por que me heriste y no tan solo eso te haré. Te voy a hacer la vida imposible y te vas a arrepentir tanto que vendrás borracho a las tres de la mañana algún día llorando pidiendo perdón y yo te cerraré la puerta en la cara. Por que eres el peor chico que e visto en mi maldita vida. Prefiero que te mueras en vez de verte.-Respire profundo y me acerque a él. Este se pego más a la puerta y me miraba asustado.-Veté antes de que te mate.-Abrió la puerta y salió a toda prisa. Cerré la puerta con fuerza y la golpee con fuerza. Tire todo al suelo y impacte el puño contra el espejo. Vi caer los vidrios al suelo y como mismo caían los vidrios de esa misma manera caían mis lagrimas por mis mejillas. Me encerre en el baño y no pensaba salir de ahí nunca en mi vida.

(...)

-¡Oh santo cielos! ¡Barbie! ¡Abré la puerta!-Los toques en la puerta del baño me hacían llorar aún más. La puerta se derrumbo y el agua que estaba en el suelo resbalo por este. La ducha estaba llena de agua helada y yo estaba dentro de ella llorando. Temblaba del frío del agua y mis labios estaban de un color violeta oscuro. Mi piel comenzaba a tornarse pálida. Los chicos me sacaron de ahí y me subieron al auto de uno de ellos.

Me llevaron al hospital.

Ahora me encontraba en una camilla, por tres razones. No comer durante todo el día, por llorar y por una pulmonía.

Llevaba puesta una asquerosa bata azul y blanca. Mi cabello estaba suelto y alborotado.

La puerta de la habitación se abrio y los chicos entraron. Gire mi cara.

-Barbie el doctor dice que uno de nosotros se tiene que quedar. Así que tu escoges.-Abrí mi boca.

-No quiero a ninguno aquí, vengan mañana.-Mi voz era tan ronca que ni yo podía reconocerla.

Salieron de la habitación y cuando lo hicieron comencé a llorar aún más fuerte sin poder controlarme. Este era mi maldito miedo sobre el amor. Que me rompieran de la forma más asquerosa.

Mis nudillos estaban cubiertos por un yeso blanco que ya los chicos firmaron.

La puerta se abrió.

-Dije que me dejaran sola.

-Cariño, soy Hailey.-Gire mi rostro y mis lagrimas cayeron. Esta se veía mal también. Hice un lado en la camilla y esta se acostó a mi lado. Me acaricio el cabello mientras llorabamos juntas.-No es la primera vez que te lastima. Quiero que en cuanto terminemos el instituto nos vayamos juntas a Paris. Allí estaremos mejor.-Asentí en acuerdo.

-Esta bien.

-Ahora tienes que dormir, estaré aquí cuando despiertes. Camila vendrá también. Los chicos estarán organizando tu habitación o si quieres hablamos con la perra para que vengas a dormir conmigo y con Camila.-Asentí.

-La segunda es la mejor.-Sonrió haciéndome sonreír de manera triste. Me abrazo y nos quedamos dormidas.

¡NO SOY UNA MALDITA PRINCESA!Where stories live. Discover now