Circo de malnacidos

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Autor: Mauro Gómez Herrera

Olarianis y Skullik se burlan del sistema político mundial y las trivialidades de los humanos que, todavía creen en un circo de malnacidos.

Skullik:
Mentirosa política,
cree mejorar el mundo,
Promesa esquizofrénica,
visión eugenésica,
nace un grito iracundo.

Los humanos creen los cuentos,
sin saber que ya están muertos,
porque creían en la esperanza,
pero sólo existía una sola alianza.

Olarianis:
Río seco de sonrisas,
creencias en defunción,
velatorios de fuego,
acobija mi rencor.
Cruel panorama me causa risas,
es una alegre canción,
palabras de un pecador,
la alegría nunca llegó.

Escucho la desesperación
es una melodía maldita,
tocada por el pianista,
camuflada de salvación.

Skullik:
Empresarios en boleterías,
políticos disfrazados,
malabaristas del capital,
apostados en la entrada.
Una trompeta desafinada,
anuncia su llegada.

El pueblo observa perplejo,
monos extraños escupiendo,
payasos riéndose a carcajadas,
de las sonrisas quebradas.
Revivir el miedo, fiel reflejo,
realidad que siguen manteniendo.

Olarianis:
La risa de un payaso
pinta todo un congreso.
Suicidan las lágrimas,
para contener almas.

Maldición de los vivos,
traición a los muertos.
El canto de los cuervos,
ahoga los desiertos.

Olarianis y Skullik:
Payasos y monos gordos,
en un circo de malnacidos.
Lleva el nombre de congreso,
apoyando a un político obeso,
tan obeso para tener más dinero,
y llegó a un palacio sólo por un letrero.

Seguirán consumiendo la vida,
mientras el pueblo observa
su esperanza perdida,
¡su aniquilación viva!

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