29 | Explosión

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—Os ha salido riquísima, la mejor que he probado jamás—comentó Josh metiendo su cuchara manchada de tarta en la boca, lamiendo lo único que quedaba de su porción; la crema.

Le sonreí agradecida y él envolvió uno de sus fuertes brazos al rededor de la cintura de mamá. Estaba realmente atractivo con aquella blusa azul y por lo que había podido comprobar durante lo que llevábamos de cumpleaños a mamá le afectaba más su presencia que de costumbre, sonreía cada vez que se le acercaba.

Parecía feliz por ver la casa llena de niños correteando de aquí para allá, por ver a Adler feliz. Se que mamá siempre quiso tener más hijos pero la situación entre papá y ella nunca favorecieron las cosas. Aunque Adler no era su hijo pondría la mano en el fuego al decir que le alegra tanto verle feliz como si lo fuese.

—¿Ah si?—le preguntó mamá juguetona arrugando la nariz y mirándolo fijamente. Parecían dos adolescentes. Felices.

Josh asintió con delicadeza y llevó su boca hacia la de mamá justo antes de que yo apartase la mirada y me metiese otra cucharada de tarta en la boca. Quizás sonaba mal que lo dijese yo pero la tarta estaba exquisita. Miré como Adler le enseñaba a sus amigos al ratoncillo enjaulado al que había bautizado Dexter, que miraba con desinterés a los pequeños. Los niños parecían alucinados con el roedor y miraban a Cayden como si fuese algún tipo de héroe que va regalando ratones cuando cumples años.

Cayden les ignoraba intentando contener que la atención de los niños le molestaba más de lo que jamas se atrevería a decir en voz alta. Al fin y al cabo no era ningún secreto el que a Cayden no le gustasen los niños. Solo soportaba a Adler, a él le tenía en un pedestal, era evidente aunque tampoco lo admitiría jamás.

Adele junto a Cayden, intentaba suavizar la personalidad cortante de su amigo, hablando con los pequeños de forma animada. Adler no le quitaba ojo al regalo de Cayden. El pequeño no pudo llevarse una sorpresa mayor al ver la larga cola del animal asomar por la jaula. Mientras, mamá y Josh no parecían nada sorprendidos del regalo, por lo que entendí rápidamente que estaban al tanto de que abría que alimentar a uno más en esta casa.

Por como me miraba, sentía que Dexter me recordaba a la perfección gracias a la visita que me hizo el jueves en mi habitación. Adler incluso quería dormir con el animalito antes de que su padre le explicase que probablemente le acabaría aplastando.

Continuando con Cayden; era demasiado divertido ver como se comía la tarta enfurruñado. Apenas le dio el regalo a Adler intentó escaparse de la fiesta de cumpleaños del pequeño, pero Josh se lo impidió obligándole con la mirada a sentarse y a probar la tarta y ahí estaba, sentado en el sofá, encogido, comiéndosela con desagrado.

Quizás no le gustasen las tartas, a saber ¡Con lo raro que era! Adele por otra parte estaba eufórica por saber que, al fin, esta semana les acompañaría. No podía negar que estaba nerviosa y lo mejor era que yo no era la única: Tiffany no dejaba de mandarme mensajes, diciendo que no sabía que ponerse, que ella nunca había ido a una fiesta. En eso le sacaba algo de ventaja, al fin y al cabo yo había ido a un par de fiestas. Nunca sabré si Tiffany realmente tenía ganas de ir a la fiesta o si se vio obligada a ir por la insistencia que mostró Ethan y Logan por que lo hiciese.

En fin, realmente me sentía más arropada si ella venía, porque, aunque el hecho de que Adele viniese con nosotros también me agradaba demasiado, sentía que se iba a perder entre la multitud con Derek en cuando plantásemos un pie en casa de Logan.

Nuestro plan era quedarnos a dormir en casa de Logan, él lo sugirió durante la hora de la comida y a todo el mundo pareció gustarle la idea por lo que yo también me apunte a lo que Tiffany también se me unió a los segundos.

La noche que coincidimos.Where stories live. Discover now