Cap 4

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3 días antes

Al impactar el aparato contra el piso, me sobresalté y este quedó esparcido en varias partes.

Bebé, lo siento.. lo siento -Joel corrió hasta mí después de notar lo que había hecho y me rodeo entre sus brazos- perdóname no quise gritarte.

Jamás me había gritado y no, no me gustó para nada, no pude emitir palabra alguna, me encontraba en una especie de asombro, entendía que no debí encender mi celular, pero fue un acto sin pensar, por la costumbre de usarlo.

En silencio me agaché para recoger las partes de este y el imitó mi acción.

De verdad lo siento amor -dijo tocando mis manos, alcé la mirada y sí, no podía no perdonarlo con esa carita tan hermosa.

Esta bien Jo -respondí tímido- no importa, solo no.. no vuelvas a hacerlo.

Asintió con pena y volvió a rodearme entre sus brazos, realmente estaba arrepentido, lo podía sentir.

Nos levantamos despues de rearmar las piezas de mi celular y lo dejé sobre la mesa, caminé hacía el sofá en el que estábamos sentados anteriormente y el se acercó a mí, sentándose a mi lado.

Quieres? -preguntó extendiendome con su mano la lata de la que estábamos comiendo, negué con mi cabeza levemente, volvió a dejarla sobre la mesita ratona en la que estaba y se recostó sobre el espaldar del sofá -bebe? Estás enojado? -volvió a preguntar mientras acariciaba mi espalda.

No amor -me giré para mirarlo e intenté esbozar una sonrisa pero salió más como cualquier otra cosa, no estaba enojado, estaba asustado, supongo que ambos lo estábamos y por eso reaccionó así, nuestras vidas y emociones estaban alborotadas e intentado adaptarse al cambio.. pero es mi Joe, no puedo enojarme con él, comencé a moverme en el lugar acomodandome de costado de manera que mi cabeza quedará apoyada sobre sus piernas y al instante sentí su mano acariciar mi cabello.

Tienes sueño? -preguntó luego de que solté un bostezo.

Mmm un poco -respondí bajito- quisiera que me cuentes algo lindo.

Algo como que? -volvió a preguntar sin dejar de acariciarme.

No se- me removí sobre el asiento dejando mi rostro en dirección al suyo- algo que hayas vivido o una historia, lo que quieras -sonreí, está vez si era una sonrisa genuina, necesitaba dejar de pensar un poco en todo lo que estaba sucediendo, dejar de preocuparme tanto y sentirme asustado, necesitaba que el me hiciera sentir seguro otra vez.

Mmm bueno -realizo una graciosa mueca simulando pensar, logrando hacerme reir.

Ya tonto -me queje como un nene chiquito, su nene.

Hay una hermosa historia, una que me gusta mucho -comenzó- trata de una pareja, pero no una de esas típicas trilladas que se conocen en la biblioteca, chocan y ahí surge todo el amor, está pareja no tenia esa suerte, por que ninguno de los dos vivían en la misma ciudad, es más ni siquiera vivían en el mismo país -al decir eso sabía lo que estaba tramando, pero quería seguir escuchando, quería conocer su versión de nuestra historia- uno de ellos, el más chico y apuesto, tenía unos preciosos ojos verdes de los que cualquiera podría enamorarse, un día este pequeño sujeto le escribió a un chico tímido y feo.

Oye no -volvi a quejarme- él no es feo, es el más hermoso de toda la historia, de cualquier historia.

Shhh Erick, es mi historia, tú no lo conoces -reclamo de manera divertida- el chico tímido y feo -enfatizó la palabra "feo" y yo puse los ojos en blanco, logrando hacer que se ría- se sorprendió que alguien tan guapo y sexy pudiera escribirle a él.

Es que si él supiera que era completamente atractivo y adorable ante los ojos del otro, sabría que no tenía por que sorprenderse -volví a interrumpir la historia.

Si, pero él no lo sabe, déjame seguir -resongó nuevamente- comenzaron a hablar día tras día y el niño feo empezaba a sentir algo por él otro, pero tenía miedo, jamás se había enamorado de alguien hasta aquel momento, en realidad lo hizo desde el instante en que esos ojos lo atraparon pero no lo sabía con exactitud -mis mejillas se ruborizaron al escuchar aquella parte- este niño igual era un poco atrevido -su voz se tornó divertida otra vez- a veces le decía cosas que hacía que el feo se avergonzara y sus mejillas se ponían igual de rojas a como las tienes tú ahora -dijo y comenzó a reírse a carcajadas.

Yo no era atrevido -me crucé de brazos e hice un pucherito- tu tampoco te quedabas atrás.

Y tal vez por que al niño feo aunque le avergonzara también le gustaba -ahora eran sus mejillas las que estaban coloradas- bueno déjame seguir, pequeño atrevido - golpee su hombro suavemente y ambos reímos.

Sigue niño feo -pedí riendo y se puso serio.

Bueno un día el ojiverde lo llamó, despues de que las cosas se pusieron un tanto... como decirlo.

Calurosas? -intenté ayudarlo.

No, no usaría esa palabra -respondió dudoso.

Excitantes? -lo miré de manera insinuante.

No amor, cariñosas diría yo... bueno esa llamada si se volvió excitante y luego todo se salió de control -solté una carcajada- no te rías -dijo intentando contener su risa- iré a la parte más interesante y la que todos esperan en una historia de este tipo, el encuentro. La madre del feo, que ya no se sentía tan feo, le pidió que lo acompañara a recibir a una amiga suya que viajaba a visitarla y cuando fueron pasó algo que jamás imaginó, él estaba ahí, el de los ojos claros, el chico que le había robado el sueño tantas noches y dudaba de eso, de si ese no era otro sueño más, pero cuando se besaron, supo que eso o bueno él, era lo más real y hermoso que le había pasado en la vida y que lo quería en ella para siempre, para hacerlo sentir vivo y recordarle a él mismo que era real -al contar aquello sus ojos tenían un brillo extraordinario, estaban cristalizados y llenos de emoción, recordar aquel momento hizo que todo un escalofrío recorriera mi cuerpo erizandome la piel- fue el momento más feliz de mi vida.

Joel te amo más que a nada en el mundo -las palabras salieron de lo más profundo de mi, sin darme cuenta, levanté mi espalda del sofá quedando sentado a su lado y nuestros rostros frente a frente, para unir nuestros labios en un beso cargado de emociones, como lo fué aquel beso, nuestro primer beso.

Juntos Contra El Mundo  •Joerick• Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz