Hetereo

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Antes de lo previsto, el invierno azoto el paisaje, llenándolo de colores fríos y apagados, ganándose consigo el inevitable final de la vida que rodeaba al pequeño pueblo. Dejando tras él una estela inconfundible de soledad, acompañada por las frías y fuertes corrientes de aire que removían todo aquello que se encontraba a su paso. Las calles se inundaron por luces apagadas, creados por un sol que apenas irradiaba calor, dejando que los copos de nieve se amontonaran sin descanso, pintado el paisaje de un blanco de pura nieve virgen.

El blanco vaho se desplego opaco, manchando sin cuidado la escena ante sus orbes, disipándose lentamente en pequeños fragmentos abstractos formando figuras en la descendiente neblina. Taehyung amaba observar como su aliento se disolvía, blanco sobre sus ojos, cubriendo el paisaje, solo para contemplar la hermosa estampa brotar de nuevo aun con la neblina de su aliento presente. Era una sensación de paz y de tranquilidad que rebosaba en su corazón, alejándose por unos momentos de la clara tensión sobre sus hombros. Algo que le ayudaba a disiparse por breves segundos de la angustiosa realidad.

Con fuerza froto ambas manos intentando retomar el calor que había perdido, sintiendo el entumecimiento de estas al contacto directo del frio, tornando su piel canela en una paleta de rojos.

—esto es una mierda— se escucho a su izquierda—hace un frio de un par de narices. Como me gustaría quedarme en mi cama y no salir hasta primavera

—hola Namjoon

—hola Tae—le saludo de vuelta aun sin mirarlo, abrazándose a sí mismo en busca de calor— hombre tenía que haber nacido animal y así poder invernar y no soportar esta mierda

Taehyung rio, caminando a compas con el mayor, sintiendo como el frio no desistía en su ardua proeza de quemarle la piel descubierta. Con pasos apresurados, ambos jóvenes se encaminaron hacia la gran fachada de la institución, queriendo ser abrigados por el cálido abrazo del interior de esta.

Los pasillos eran adornados por las grandes multitudes de alumnos que siempre se encontraban deambulando por los pasillos antes de que la gran campana diera inicio las clases. Taehyung caminaba a un costado del rubio mayor, escuchando como este se quejaba y le recomendaba videos que le mostraba mientras caminaban con su teléfono móvil.

La tranquilidad del momento era abrumadora, irónicamente en un lugar como este, lleno de bullicio y ruidos ensordecedores, pero el ambiente destilaba un equilibrio que parecía inrrompible, una tranquilidad rutinaria. Taehyung siempre había amado ese tipo de lugares, la calma entre el desorden se podría decir

—hey chicos

Una voz un tanto chillona llamo la atención de ambos jóvenes que estaban a punto de cruzar el umbral de su aula. Un joven de cabellos platinados corría hacia ellos, con las mejillas rosáceas.

—¡hey Jimin!—saludo el mayor, apontocándose en el umbral de la puerta, sonriendo ladinamente—¿qué pasa chiquitín?

—te dije que no te metieras conmigo gran destructor—recalco enojado el platinado una vez llego junto a los otros dos. Taehyung miraba divertido como ambos se tiraban pullas, negando con la cabeza el comportamiento infantil de ambos.

—va va tranquilo—Namjoon subió ambas manos en forma de rendición— guarda esa maquinaria pesada ¿que querías?

—¡aish! ¡Qué capullo eres!—negó Jimin mientras suspirara rendido—bueno... a lo que iba. Vengo de parte de Jin, dice que en el receso nos esperéis en la entrada, junto al cerezo, dijo que hoy comeríamos allí

—¡estas acaso loco!— dijo mientras lo mirábamos con cara de horror.— ¿¡no ha visto el frio de cojones que hace hoy!?

Jimin se encogió de hombros, restándole importancia al asunto, y con calma empezó a caminar, pasando al lado de los otros dos

Broken Inocence   (Taegi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora