Capítulo XXI

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Siento como unas manos me acarician el cuerpo,  las siento por mis brazos, mis pechos, mi cintura, están por todos los lados. Y una voz, una voz que me susurra cosas groseras y de mal gusto. Su olor, no me gusta su olor. No puedo verle bien la cara, por más que lo intento, no puedo. Cuando intento separarlo de encima de mí, noto mis manos sujetas a la pared, tiro de ellas pero no puedo. Quiero que no me toque, que se quite de encima, siento miedo, mi cuerpo tiembla de rabia y asco, por lo que me está haciendo y no poder defenderme.

- Suéltame cabrón, no me toques...

- Sarah, Sarah, despierta mi amor, tranquila estas conmigo mi vida.

- Víctor.

Me sujeto fuertemente a sus hombros, estoy empapada en sudor y mi cuerpo tiembla tan fuerte que me tiemblan hasta las palabras.

- Ya está, ya está, respira despacio,tranquila estoy aquí.

Sus manos me limpian las lágrimas, que ni si quiera había notado que me caían libremente. Su cara refleja preocupación, llevo días teniendo pesadillas, cada vez son peores.

- ¿Otra pesadilla?. - Se recuesta a mi lado y me lleva hacia el refugio de su cuerpo.- ¿Que estabas soñando?.
- No lo sé... - Miento, no soy capaz de contarle lo que me pasó. No puedo hacerle algo así, ya bastante culpable se siente, como para contarle, no, no se lo merece, lo mejor es hacerme la tonta.-... no lo recuerdo, lo único que sé, es que te buscaba desesperadamente.

- No pasa nada, pero me preocupan tus pesadillas, creo que...
- No sigas por ahí. - Le interrumpo, se lo que quiere, pero no estoy dispuesta.- ya sabes lo que pienso.
- Sarah, necesitas ayuda.
- Yo solo te necesito a tí, a nadie más.

Se abre la puerta y aparecen las chicas, junto a Lucas y Oscar.

- ¿Interrumpimos algo? - Lola sonríe, al vernos a los dos juntos en la cama.

Mis amigas entran como unas locas en la habitación, haciendo que Víctor se levante y me rodean mientras me besan una a una.

- ¿Sabes que está prohibido tumbarse con las pacientes en la cama?.
Lucas le pasa un brazo por los hombros y veo como sonríe.
- ¿Sabes que le puedo partir las piernas al que lo intente? Jajajajajaja.

Me fijo en ellos, y me doy cuenta de que se llevan mucho mejor que al principio, lo que me ha sucedido, ha servido para que todos se unan más. Triste, pero cierto.

- ¿Entonces, no sabes cuanto tiempo más permanecerás aquí?.

La dulce Celia, intenta peinar mis pelos revueltos.

- Ojalá fuera hoy, pero no lo sé Celia.

- Bueno aquí estas mejor. - Clara besa mi frente.

- Sí, lo sé,  pero quiero salir, estoy cansada de estar aquí.

- Pronto,  ya lo verás. - Oscar se sienta y me coge de las manos.

- Sobre todo, porque ese muchachote se niega a moverse de aquí.

Miro a Víctor que sigue hablando con Lucas y Laura, se une a ellos.

- Sí, no hay manera de convencerlo de que se vaya a descansar a la casa, se niega en rotundo.

- Ya nos lo ha contado tu madre jajajajajaja, no deja que se quede nadie, solo él.

Todos acabamos riéndonos... 

Los días pasan y se hacen eternos, por mucho que vengan a verme e intenten animarme, me encuentro muy triste y lo peor, tengo miedo, mucho miedo.  Algo pasa y no quieren contármelo, ellos piensan que no me doy cuenta, pero no, están muy equivocados. Cuando desperté del coma y me encontré con fuerzas, tuve que contarle a Toni todo lo sucedido con pelos y señales, le hice prometer que no le contaría a nadie lo que me hicieron y mucho menos el intento de violación por parte del jefe de la banda. Solo espero que haya cumplido su promesa, no soportaría que Víctor sufriera por ello, con uno que sufra ya es bastante. 

Ardiente París 🗼(+18)Where stories live. Discover now