hide me ➳ foah

capítulo4;❁

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— Noah, por favor, no podemos estar así todo el jodido día —Suplicó el rizado, detrás del menor, quien se encontraba frente a su casillero.

— Entonces déjame en paz, Finn —Respondió fríamente, sacando del interior de la caja metálica, el libro de la materia que correspondía.

— No lo haré —Recalcó— Necesito que me perdones.

Noah cerró la puerta de su casillero y volteó hacia atrás, encontrándose con la suplicante mirada de su novio.

— ¿Y por qué debería de hacerlo? —Preguntó el más chico, aferrándose con seguridad a sus cuadernos.

— Porque me amas.

Noah comenzó a reír. Amaba cuando su novio tenía razón, sin embargo, no podía perdonarlo tan fácilmente.

— ¿Qué asegura aquello? —Preguntó el de cabellos lacios, enarcando una de sus cejas.

— El hecho de que tú y yo seamos novios.

El pequeño rodó sus ojos. Noah sabía que Finn siempre terminaba ganando las discusiones, y aún teniendo en cuenta aquello, amaba intentar seguirle el juego.

— No es suficiente, Finn —Negó el chico, sintiéndose cada vez más vulnerable frente al mayor— Tú me mentiste para irte a la casa de Jack Grazer, ¿lo recuerdas?.

Finn alzó ambas cejas, formando una sonrisa un tanto acusadora en sus finos labios.

— ¿Estás celoso, Schnapp? —Cuestionó divertido.

— Para nada —Se apresuró a decir el pequeño, al oír aquella estúpida acusación.— Y ya, no intentes cambiarme de tema.

Wolfhard asintió levemente. Sinceramente, Noah no creía poder seguir soportando tantas súplicas, él sabía a la perfección que en cualquier momento caería a los pies de Finn, pero sin embargo, quería hacerlo más duradero.

— Mejor explicame, ¿por qué me mentiste? —Preguntó intentando hacerse el duro, lamentablemente, Noah no era de ese tipo de chicos.

— Porque Jack me invitó a su casa y, —Balbuceó, un tanto incómodo— ¡tú te ves con Millie y yo no me quejo! —Reprendió, intentando retener una respuesta.

— Ya hemos hablado de esto, Finn —Pronunció con seriedad.

— ¡Lo sé, pero no puedo evitarlo! —Alzó la voz— Pasas más tiempo con ella que conmigo, y me haces dudar de si en verdad me sigues queriendo —Chilló el mayor al borde de las lágrimas.

El pasillo ya se había despejado, y los únicos presentes eran Noah y Finn. El menor se acercó al rizado, y con suavidad llevó su mano a la mejilla de éste.

— Finnie... —Susurró Noah, sonriendo— Intentabas hacerme sentir lo mismo con Jack, ¿verdad?.

El de los chinos asintió, cabizbajo.

— No vuelvas a hacer eso, ¿está bien? —Susurró con amabilidad, poniéndose de puntillas para besar los labios de su novio— Te perdono.

Lo que Noah no sabía, es que aquel era uno de los tantos errores que había cometido por las influencias de Finn.

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