POTTER FAMILY

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  — Pensé que habías cambiado, pero claramente me he equivocado una vez más contigo Dursley— Los ojos verdes del niño que vivió traspasaron al hombre rubio frente a él. Harry podía ser imponente cuando quería, lo había aprendido a lo largo de los años, una guerra deja cicatrices, y su caracter había sido una de ellas, claro que influía el ser jefe del cuerpo de Aurores, y tener cuatro hijos que amaban las bromas, pero eso era aparte, ahora Harry no estaba simplemente regañando a Teddy por las travesuras que le hacía a McGonagall, ni a James por romper las muñecas de Lily, ni a Albus por esconder la escoba de James, ni a Lily por obligar a los tres anteriores a vestirse de princesas y jugar con ella, no, ahora estaba jodidamente molesto por lo que estaba escuchando de su primo. 

El rubio empezó a dar una larga explicación que ni se ocupó de escuchar, tomó a la pequeña rubia que tenía la misma edad que su pequeña Lily en brazos y se ocupó de dejar su cabeza mirando a sus espaldas. Con su varita largó con obliviate a su primo realmente molesto, y desapareció de allí. 

* * *

  — Sé que fue una locura Ginny, pero no podía dejarla allí, no sé que hubiera hecho Dursley sí dejaba a la niña con él... De sólo pensar que tal vez se comportaría con ella como lo hacía conmigo, yo...—  El moreno dejó las palabras al aire, se encontraba sentado en el sofá de su casa, frente a su esposa que había tomado a la pequeña en brazos y la había hecho dormir sin problema. 

— Ni lo digas Harry, vamos a arreglar esto, hablaré con Percy.—  Dijo firmemente la pelirroja. El hombre elevó su mirada, Ginny parecía bastante segura de lo que decía, siempre que había vacilado en sus decisiones su mujer estaba allí para poner todo en orden... Ella siempre ponía todo en orden.  

  — ¿Mamá, Papá?—  Los dos adultos se sobresaltaron un poco al escuchar la voz de la pequeña de la familia Potter, normalmente el primero en despertar era Albus, pero al parecer ese día era diferente. La pelirroja más chica de la familia entró en la sala refregándose un ojo con su puñito, y sosteniendo una mata rosada  en su otra mano, la cual venía arrastrando por el piso. — Tengo hambre.—  Se quejó un poco, al parecer aún seguía durmiendo porque no había mencionado nada sobre la niña que su madre tenía en brazos. 

  — Mamá, James está molestándome—  Se escuchó el grito del pequeño Albus seguido por unos rápidos hasta que el moreno de ojos verdes llegó a la estancia seguido por un muchacho igualmente moreno pero más alto que el anterior que tenía una rana en sus manos ¿en qué momento había James Sirius encontrado una rana a esas horas?  

  — Sólo quiero presentarte a Keith, vamos Al no seas un llorón...—  Dijo el mayor mientras acercaba el animal a sus dos hermanos pequeños los cuales chillaron sin dudarlo, y antes de que Ginny o Harry pudieran hacer algo, la pequeña rubia se despertó asustada llorando en los brazos de Ginny y aferrándose al cuello de la pelirroja. 

Los tres pequeños Potter dirigieron su mirada los brazos de su madre con los ojos abiertos tal cual dos huevos fritos. 

  — ¿Quien es ella?—  Preguntó receloso entonces Albus ya que los otros dos estaban bastante sorprendidos como para mencionar palabra. 

  — Ella es su nueva hermanita niños, no tenía familia así que ahora seremos la suya, al igual que James, Lily y tú son hermanos, ella lo será también pequeño.—  Dijo Ginny una vez que logró calmar a la rubia que miraba a los chicos con curiosidad, la pelirroja mayor la bajó y quedó frente a los tres Potter. 

— ¿Otra hermanita?—  James frunció el ceño cruzado de brazos, él apenas soportaba a Lily, no quería más gente en su casa. 

— Esto es...—  Murmuró Lily dando un paso a la rubia, ambas tenían casi la misma altura, sólo que la pelirroja era unos centímetro más baja. — GENIAL, siempre quise una hermana.—  Chilló Lily asustando un poco a la rubia, pero esta se relajó cuando la pelirroja la abrazó. — ¿Cómo es tu nombre hermanita?—  Preguntó la pelirroja de cinco años de edad. 

La rubia miró a Harry y a Ginny, estaba muy confundida, y no recordaba demasiado de ella, sólo sabía que el señor moreno la había sacado de la habitación en la que había estado encerrada durante dos años. —Minerva Sol Potter Weasley— Dijo Ginny.

  — Bueno, bienvenida a la familia Minnie.—  Dijo Albus mientras se acercaba a la rubia y revolvía su cabello.  James asintió y se acercó a sus hermanos. 

  — Bien, por lo menos Lily ahora no me disfrazara de princesa.— Añadió el mayor de los Potter encogiéndose de hombros. 

*8 años después*

  — ¿Pueden apurarse?—  Se quejó Albus cruzado de brazos, era el único de los Potter que se encontraba en la puerta de la casa junto a Teddy y Victoire, quienes eran los que los iban a llevar a tomar el expresso. 

  — Ya voy—  Gritó James Sirius mientras se dedicaba a  meter a las apuradas las cosas en su baúl, tendría que haber escuchado a su madre cuando le dijo explicitamente que tenía que acomodar las cosas antes, pero luego cuando ella y su padre se fueron de viaje, se olvidó, en realidad no era su culpa, su madre tendría que haberle mandado un vociferador o algo así. 

  — Vamos James, hace dos horas que Albus nos está echando la bronca— Apuntó Minnie apareciendo junto a Lily en la puerta del cuarto de James. 

  — En cualquier momento nos empieza a maldecir, lo juro.—  Añadió Lily mirándolo con una sonrisa divertida. Imaginar a un Albus maldiciendo le daba gracias. 

— Nos maldecirá con una cinta mágica en la boca y no hablaremos durante todo el camino.—  Mencionó Minnie siguiendo la corriente a su hermana.  

  — Y no quieres eso, ¿verdad Jimmy?—  Dijo entonces Lily logrando que el moreno cerrara su baúl con prisa, y pronto los tres se encontraban ya con Teddy, Vic y un enfadado Albus.  






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