15. ¿Admites que te caigo bien?

907 56 104
                                    

Mensaje corto antes de empezar; tal vez aparezcan varias canciones a lo largo del capítulo, por lo que si no las conocen dejaré los links de cada una al final ;) No es 100% necesario que las escuchen, pero son muy lindas y son parte del playlist de List A que tengo. 

Gracias por su apoyo y disfruten de la lectura <3

Dejé salir un suspiro, sin poder dejar de mirar la pantalla de mi celular.

Últimamente, todo me parecía extraño, al punto de asustarme. Había pensado en Ambrose cuando tuve la idea de estudiar, creyendo en alguna parte de mi cabeza que eso le podría ayudar. 

Pero mi corazón tenía la idea de lo emocionante que sería verlo otra vez. Verlo sonreír o burlarse de las cosas, incluso verle hacer esas muecas cuando yo lo fastidiaba. 

Sentía... que algo no estaba del todo bien conmigo. No, definitivamente algo estaba mal conmigo.

Cada vez que lo tenía cerca quería hablarle, saber más sobre él. Incluso recordar lo que pasó en la cafetería me ponía nervioso. 

Bueno, más que eso. 

Tal vez por eso no pude dormir y mis ojos cansados me delataban. 

Suspiré rendido, a la vez en que volvía a mirar la pantalla. Mis ojos se abrieron con alarma. 

—Diablos, no puedo llegar tarde.  

Me apresuré por mi mochila, sin embargo, ya no estaba a los pies de la cama donde la había dejado tan solo hace unos minutos. 

— P-Pero ¿qué...?— me agaché, buscando por todos lados de la alfombra de mi cuarto. Pero no había nada.— Juraría que la había dejado... aquí...

Fui interrumpido por una risita a mis espaldas, la cual probablemente se le escapó pero me hizo sonreír lentamente con diversión. Tomé una bocanada de aire y coloqué ambos brazos en jarra sobre mis caderas. 

— Oh, me pregunto dónde podrá estar.— hablé alargando un poco las palabras. Seguí sobre mis rodillas, dándole la espalda a la fuente de esas risitas tiernas sin control.— Si no la encuentro pronto... 

Me giré, cayendo sobre mis codos y mirando hacia aquella pequeña niña de trenzas que abrazaba mi mochila contra su pecho.

— ¡El monstruo de las cosquillas aparecerá!

La fémina chilló, para acto seguido correr lejos de mi vista. Con una sonrisa todavía dibujada en mi boca, me levanté del suelo y salí de mi habitación. 

No tardé en ver a la nenita asomándose por la escalera, probablemente esperando por mí. Cuando mis ojos se encontraron con los de ella volvió a reír antes de seguir su camino escaleras abajo con mi mochila entre sus brazitos. 

Rodé un poco los ojos y me resigné a seguirle con la diversión pintándome el rostro. 

— Amanda, linda ¿por qué estabas corriendo por las...? Oh, Romie. — no tardé en encontrarme a mi madre en la sala, pareciendo organizar unas cosas.— ¿Qué haces despierto tan temprano? 

— Roman se veía triste.— chilló la nena, para a continuación alzar mi mochila.— Así que lo atraje hasta aquí. 

— Amanda. 

Mi madre dejó caer sus hombros, negando con suavidad. 

— No debiste despertar a tu primo. 

Sus labios lentamente bajaron, dejando un poco en el pasado la sonrisa que tenía pegada las 24 horas del día. 

Con su vista en sus zapatos solo mumuró:— Oh. 

List A || AmbreignsOnde histórias criam vida. Descubra agora