Capítulo 3

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Anita Pallenberg observó asustada a su novio quien estaba furioso y solo salió corriendo del lugar; Keith, sin importarle que Brian estuviera ahí, fue tras la rubia. Mick, Charlie y Bill solo guardaron los instrumentos y se retiraron del lugar, y la furia de Jones desapareció. Observó el lugar que ahora estaba vacio, observaba los instrumentos, la silla que cayó al momento de empujar a Anita, partituras por todo el suelo y comprendió que se había acabado. Los inicios en el cual él y los demás componían, grababan, tocaban, los momentos en el cual sonreían y disfrutaban de toda aquella "fama", pero mas de la amistad; se había acabado. Y era consciente, Brian lo sabía, que era su culpa.

Guardó su guitarra, apagó las luces y solo se fue.

Había pasado media hora luego de lo sucedido, Holly no se arrepentía de nada, sabía que estaba bien haber puesto a Brian en su lugar, sabía que él necesitaba a alguien que le diga sus verdades, y fue el momento justo de hacerlo, aunque por dentro sentía que no debió de entrometerse; pero, ya estaba hecho.
Caminaba rumbo a su hogar, en las calles de Sussex; un condado en Inglaterra, paseaba por los parques y al botar su café, notó algo que le generaba dudas. ¿Qué eran realmente Keith y Anita? ¿Solo amigos? Holly notaba como él la miraba y como ella también lo hacía, como Keith la defendía a toda costa, parecía que no le importaba otra cosa que no fuera Anita. Al ver en un parque a la rubia andaba con el mismo atuendo, la misma falda dorada y su blusa estampada mas sus largas botas; y Keith con sus jeans acampanados y camisa roja sostenía los brazos de Anita mientras ella lloraba, se veía triste claramente sería por lo sucedido en el estudio, pero para Holly, la cercanía entre Richards y Pallenberg le parecía extraño.

Al ver los lentes de sol del pelinegro estar sobre sus cabellos, y sus manos que ya no estaban en los codos de ella, sino, ahora en su cintura y las manos de la rubia ir a las mejillas de él. Hicieron que Holly, inconscientemente coja su cartera, y saque su cámara instantánea. El flash salió, y como se ubicaba a una distancia razonable, y discreta, además por la luz del sol, los dos tórtolos no se dieron cuenta. Holly guardó rápidamente su cámara, sostuvo la foto entre sus manos y confundida , solo fue a su casa.

Al llegar un auto color negro se había estacionado afuera del departamento de la joven, ella no hizo ningún caso y solo entró al domicilio. Subió las escaleras hasta el segundo piso; que era en donde vivía y se sorprendió al ver al joven de cabellos rubios, sentado en el piso, afuera de la puerta de su departamento.

—Hola —dijo él.

—¿Qué rayos hace usted aquí? —solo se limitó a preguntar.

—Si te esperaba abajo —se puso de pie—, me ibas a negar en ingreso —la observó.

—No le he dado el permiso para tutearme.

—Bueno, creí que eramos amigos —sonrió de lado—. Me agradas.       

—¿Cómo consiguió mi dirección? ¿Acaso es un acosador? —intentó cambiar la conversación, no quería ver como sonreía ni como tomaba aquella situación tan a la ligera, estaba un poco molesta, y sin querer guardo la foto que estaba entre sus manos, en el bolsillo de su falda—. Le recuerdo que tiene una novia —intentó no sentir pena.

—No es nada de eso —rió—. Te lo explicaré si me dejas pasar.

—Bien, pero espere un momento —dijo a abrir la puerta—, ¿cómo rayos entró? —lo observó.

—Bueno cuando eres famoso, nada es imposible —sonrió, y Holly volteó otra vez, para evitar sentir un poco de agrado hacia él; porque bueno, aquella sonrisa en el rostro de él, ya le estaban gustando.

Holly cerró la puerta de su departamento, se colocó sobre ella y no quería ni creer que ya se estaba involucrando con un Stone. No quería que llegara mas lejos, no quería que sucedieran mas cosas, apenas lo conocía, pero si con una sonrisa por parte de él ya se sentía extraña, como sería si es que una amistad fuerte se creara entre ellos dos.

Vuelve otra vez «Brian Jones»Where stories live. Discover now