Capítulo Veintiocho

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—¡Mírate!

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—¡Mírate!.—Exclama Seth mientras me observa detrás del taburete.—Tienes la mano vendada e insistes en trabajar.

—Necesito el dinero..—Me justifico, le doy una mirada a mi mano .—Además ya estoy bien, solo fueron unos puntos.

Seth deja escapar un suspiro.

—Podríamos hablar con el jefe.

—No exageres, dije que estoy bien.

Luego de una batalla entre sí o no, habla.—Kendall.

Me lanza un trapo marrón seco y lo cojo con las manos, le doy una mirada y regreso mi atención a Seth, quien me pide que lo acompañe detrás del mostrador.

—Si quieres trabajar, necesitas algo que se le sea más fácil a esa mano.

Dejo escapar una sonrisa.

Señala a la puerta trasera.—O si prefieren, aun podemos hablar con el.

—Ya voy.—Le interrumpo y llego hasta él.

Seth me ofrece un vaso de vidrio y comienzo a limpiarlo, el resto de la tarde es común como cualquiera, ayudo a Seth en lo que me permite hasta que llega Tabatha, a quien le cuento lo ocurrido y tras su reacción hubiera deseado mantenerme callada, aunque eso no serviría de mucho, después de todo Seth presencio lo sucedido en primera fila.

—¡Es un idiota!

Me apoyo sobre mi codo e intento sonreír, Tabatha mantiene la mirada en la venda.

—¿Y cómo estás?

—Físicamente mejor, Seth exagero, solo fueron algunos puntos.

—¿Y Emocionalmente?

—Esa ya es otra historia.

Tabatha guarda silencio y bebe del vaso de licor que le serví, coge una botella para servirse más, se lo arrebato.

—Eso es para los clientes.

Ella resopla y le da una mirada a las puertas traseras, de donde sale Seth con unas cajas de cerveza para colocarlas en el bar , otros dos más compañeros de trabajo lo acompañan y de los cuales desconozco su nombre, no he querido aprendérmelos y acostumbrarme a este lugar, quiero creer que no estaré mucho tiempo aquí, han sido amables, pero aun con todo eso, este bar no es la cafetería, no es Sugar Free Sam, ni la familia que amo.

—¿Y cómo van las cosas con Seth?

Arrugo la nariz.—Se supone que bien.

Ella me da una mirada extraña y rompo a reír.

—¿Estás jugando?. —Su silencio la delata y quiero echarme a reír—¡Es Seth!

—¿Y?

—Y solo somos compañeros, lo mismo que somos nosotras.

Antes de la Media Noche (#6 Saga Odio a los chicos)Where stories live. Discover now