Razones Para Existir (CLEXA AU)

Capítulo 40: Felicidad

Habían pasado unos días desde el cumpleaños de Lexa y la rutina había vuelto. Pero una rutina diferente a la del curso pasado, si bien Emily seguía yendo al mismo colegio, con los mismos amigos, este año tanto Clarke como Lexa la acompañaban, cosa que hacía muy feliz a la pequeña. Lexa por su parte iba a trabajar, donde había conseguido cambiar el horario, hablándolo con Marcus, para poder compartir más tiempo con sus chicas, ahora entraba a las ocho y media para salir a las cuatro y media y así podía ir a buscar, junto con Clarke, a la pequeña a la salida del colegio y ésta se ahorraba el autocar. Y Clarke había empezado sus clases, y no podía ser más feliz, porque le encantaban y pensó que le costaría ponerse a estudiar después de tantos años sin hacerlo, pero supuso que al ser algo que amaba tanto, hacía que no fuera una obligación, si no un hobby y absorbía las cosas como si de una esponja se tratara.

Pese a esta vuelta a la rutina, la vida de las chicas estaba un poco patas arriba. Seguían en busca del piso perfecto para ellas, algo que se ajustara a sus necesidades y que se pudieran permitir. El tema de los padres de Lexa y de la madre de Clarke seguía siendo tema de conversación. Ninguna se terminaba por decidir qué hacer, las decepciones habían sido demasiado grandes como para dar otra oportunidad y llevarse otra decepción todavía más grande.

- ¿Has pensado que vas a hacer con tus padres? - Le preguntó Clarke a Lexa un día después de acostar a la pequeña cuando estaban sentadas en el sofá compartiendo un rato tranquilo antes de irse a dormir.

- No Clarke. No tengo ni idea. No sé si quiero volver a verlos. No quiero que me vuelvan a hacer daño. - Le contestó Lexa.

- Al menos podrías ir a verlos. Así saldrías de dudas.

- ¿Irás tu a ver a tu madre? - Preguntó entonces Lexa.

- No lo sé. Puede.

- Pues estamos en las mismas. - Dijo Lexa.

- Si tú vas a ver a tus padres yo voy a ver a mi madre. - La retó Clarke.

- Si tú vas a ver a tu madre yo voy a ver a mis padres. - Dijo entonces Lexa.

- No. Yo lo dije primero. - Se excusó Clarke.

- No me fio. - Dijo Lexa. - Seguro que voy yo y después tu no vas.

- En realidad... Había pensado en ir a verla.

- ¿En serio? - Dijo Lexa sorprendida.

- Si. Bueno... Me gustaría saber si realmente vuelve a ser la de antes.

- Te gustaría ¿no?

- Me encantaría. Ya sabes que echó de menos a esa madre. Pero...

- ¿Pero qué? - Preguntó Lexa.

- Pero no sé qué hacer, ni que decir. Tengo que pensarlo bien. Buscar una excusa para acercarme a ella. Una razón... No sé...

- Yo te apoyaré con lo que sea. - Dijo Lexa.

- Lo sé. - Dijo Clarke estrechando a la castaña en un brazo y dándole un besito en los labios. - ¿Y tú qué?

- Yo... No tengo ni idea Clarke... No sé porque ese cambio de actitud ahora. Después de veintitrés años y encima después de amenazarme. De amenazarnos.

- A lo mejor si hablas con ellos sales de dudas. - Apuntó Clarke.

- Tengo miedo. - Se sinceró Lexa.

- ¿De qué? - Le preguntó Clarke dejándole una suave caricia en la mejilla.

- De que todo sea una trampa.