Capítulo 43: Euforia

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El día de la boda estaba más cerca que nunca. Sería el último sábado de Junio y el fin de semana antes serían las despedidas de soltera. Despedidas que harían conjuntamente. Raven al principio insistió en hacerla el viernes antes de la boda, pero Clarke se negó diciendo que a su boda no quería que nadie llegara borracho o con resaca o que directamente no se presentara. Al final el apoyo de Lexa y Octavia, que opinaban lo mismo, hizo que el plan de Raven fuera desechado.

El curso acababa de terminar. La pequeña progresaba adecuadamente y por descontado pasó curso sin ningún problema. Y Clarke también aprobó todas sus asignaturas, algunas incluso con matrícula de honor.

Tanto una pareja como la otra habían hecho su lista de boda, aunque ambas parejas llevaban tanto tiempo conviviendo que ninguna necesitaba gran cosa así que excepto alguna que otra cosa para la casa, dejaron la lista abierta a que les regalaran lo que quisieran.

Una tarde, justo con el curso recién finalizado, las chicas junto con Emily y Campeón estaban disfrutando de una soleada tarde en el jardín de su casa cuando un mensajero les vino con un paquete, paquete grande pero estrecho. Clarke y Lexa se miraron extrañadas pues no esperaban nada, supusieron que sería algún regalo de bodas, pero por la forma del paquete no tenían mucha idea de lo que podía ser.

- Como pesa el condenado. – Se quejó Lexa.

- ¡Ábrelo! – Mandó Emily.

Clarke vino de la cocina con unas tijeras para ayudar con el desembalaje. Una vez quitada toda la pega y abrir la caja quitaron el papel de burbuja que llevaba como protección.

- ¡Vaya! ¡Un cuadro! – Exclamó Emily.

Y efectivamente eso tenía pinta de cuadro.

Sacándolo con cuidado de la caja, Lexa y Clarke lo desenvolvieron para desvelar un cuadro muy conocido. Ese cuadro que Clarke había presentado en su clase y que le llevó a ganar su primera exposición. El parque, el lago y Lexa y su hija dando de comer a los patos. Clarke y Lexa contemplaron el cuadro embobadas, a ambas les gustaba mucho, y pese a que les hizo mucha ilusión que Clarke lo vendiera, mentirían si dijeran que no les dolió un poquito separarse de él.

- Hay una tarjeta. – Informó Emily tendiéndole a su madre la tarjeta.

Clarke cogió la tarjeta que le tendía su hija y sonrió al leerla.

- ¿Qué? – Preguntó Lexa.

Clarke simplemente se la tendió para que la leyera por sí misma.

Cuando fuimos a la exposición no pudimos evitar fijarnos en como mirabas ese cuadro, con mucha más atención, melancolía y felicidad que el resto, así que no nos quedó más remedio que comprarlo. Deseamos que seáis muy felices. Becca y Gustus.

- Vaya... - Dijo Lexa sin terminar de creérselo. No que sus padres hubieran comprado el cuadro, hubieran podido comprar toda la galería si hubieran querido. Lo que no terminaba de creerse es que sus padres se hubieran dado cuenta de que, por encima de todos, ese fuera el cuadro más importante para ella.

- Bueno parece que poco a poco empiezan a conocer a su increíble hija. – Dijo Clarke abrazando a Lexa por la espalda.

Lexa se giró en el abrazo solo para poder unir sus labios con los de Clarke.

- ¿Dónde lo vamos a poner? – Las interrumpió Emily.

- Pues en el salón ¿no? – Propuso Clarke.

- Me parece perfecto. Pero tendremos que pedir ayuda para colgarlo, pesa demasiado. – Dijo Lexa.

- Tienes razón. Seguro que algún chico fuertote nos ayuda. – Dijo Clarke.

Razones Para Existir (CLEXA AU)Where stories live. Discover now