Capitulo 3

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Capitulo 3 | COMPROMISO

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Capitulo 3 | COMPROMISO

Aurora estaba sentada cerca del establo, mirando como Robb le enseñaba a Arya a posicionar su espada, mientras no muy lejos de ella, Jon, terminaba de armar una armadura de cuero de jabalí

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Aurora estaba sentada cerca del establo, mirando como Robb le enseñaba a Arya a posicionar su espada, mientras no muy lejos de ella, Jon, terminaba de armar una armadura de cuero de jabalí. El viento fresco movía uno que otro cabello de su cabeza y agitaba su vestido de color azul marino y bordes blancos, Sansa, estaba a su lado también, terminando de bordar una linda flor en hilos que su septa le había pedido hacer; eventualmente, Aurora comprendió que trabajo emprendían las Septas en cuanto a la crianza firme de los hijos de Lores, que en su mundo venía a ser una empleada domestica, haciendo las labores de niñera y ama de casa al mismo tiempo. Comparándolas de esa forma, Aurora podía comprenderlas y darse cuenta de que algunas cosas no eran tan distintas como en su mundo.

—¿Tuvo alguna vez una septa, mi lady? — preguntó Sansa descansando sus manos un poco, observando como Arya se escabullía por entre las piernas de Robb quien reía desaforadamente.

—Me temo que no — Aurora odiaba tener que mentir sobre su pasado, a veces quería abrir la boca y contarle a los demás todas las cosas que pasaban del mundo que ella provenía, pero Jon, quien era el único que le creía, pensaba que tal vez la gente podía tildarla de desquiciada y eso no sería algo muy tentativo como para conservar una buena vida; a veces, también cuando se encontraba en algún momento del día sentada junto a Robb, enfrascada en una conversación fluida, quería contarle la verdad y arriesgarse a que Robb la tildara de loca, porque no quería tener secretos con él — mis padres eran muy pobres, me criaron solos, aunque gran parte de mi vida me críe por mí misma.

Sansa la contempló ensimisdada.

—Casi no puedo creer lo que me dice, Aurora — masculló

—¿No?

Sansa negó con la cabeza.

—Es que es muy refinada, parece como si viniera de una familia acaudalada, sus buenos modales tienen sorprendidos a mis padres y sobre todo a mi hermano Robb — las mejillas de Aurora se pusieron rojas y bajó la vista al suelo, justo cuando Robb terminó su practica con Arya y la miró desde lejos

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