Mi mente también alberga un cuarto de juegos. Solo resta abrir la puerta y ser uno con la bizarra atmósfera. Es otra dimensión, no importa si es la misma habitación que ya conoces; en realidad podría ser hasta un indeterminado lugar elegido en el azar de un shock de adrenalina, y en una exaltación total de los sentidos. Es otra dimensión que también puedo traer a levitar sobre nuestra realidad, como una sombra, como una probabilidad, una alternativa mas independiente, un juego de culto, otra realidad. No debes invitar a "Hollywood" siempre a nuestra cama, hay historias mucho mas perfectas bajo la cama de nuestro inconsciente.
Cuántos pensamientos moralistas pueden morir en mi cuarto de juegos, y cuántas explosiones de la esencia animal pueden tener protagonismo en este cuarto, donde seguro gotea, donde mayo no es un extraño para mi, pero si un peregrino que viaja en una nube de 31 días. Gotea en mi cuarto de juegos, tenía que ser húmedo, humano y húmedo; tenía que ser como yo, inmoral e imperfecto. Tenia que ser humano, no había espacio para Dios.
Mi cuarto de juegos, mi tesoro inmaterial pero esencialmente humano, mi reino escondido, mi oasis de estímulos y secretos, se complace en invitarle a este lugar donde se detiene el tiempo y la luz es cómplice. Aquí no está prohibido ni el infierno ¿Qué podríamos prohibirnos nosotros?
