Prólogo

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Pensar que cuando te conocí nunca creí que llegarías a importarme tanto.

Nos conocimos en la escuela, quedamos en la misma aula desde el inicio.

Al principio no me llamaste tanto la atención, pero al paso del tiempo fue casi imposible no mirar tus bellos cabellos rubios y tus hermosos ojos azules.

Nunca creí enamorarme de ti. Prometí no hacerlo para no sufrir. Claro que contigo fue diferente, tan solo observarte por dos semanas completas, bastó para estar perdido por ti.

No fue fácil eso del amor, digamos que era todo un principiante, pero con tan solo que posaras tu mirada algunos segundos en mí, yo ya podía considerar a mi día como bueno.

Una cualidad tuya es que eres muy amable, por lo tanto eso te beneficia y te ayuda a tener muchas amistades. Amistades en las cuales yo no estaba incluido.

Digamos que contigo tenía una relación amor-odio.

Queda claro que lo que me enamoró de ti, sobre todo, fueron tus cualidades, y otras cosas más que no pienso decir porque no soy una colegiala.

Pero en cuanto al odio...

¡En verdad eres un idiota, Mikaela!

Hay veces en las que logras sacarme de mis casillas. Creo que la primera vez que lo hiciste fue bastante evidente que te odiaba, tan solo por el hecho de ser el más inteligente de la clase. Me saca de quicio saber que tú puedes resolver un mugre problema de matemáticas en menos de cinco minutos, cuando yo tardo como diez.

Con eso puedes lograr que te odie (y con algunas otras cosas).

Te odié aún más cuando por tu culpa, y por tus grandes muestras de afecto, te vi correspondiendo un abrazo de ese estúpido de Lacus.

Fue ahí cuando Shinoa me dijo:

—Yuu-san —dijo con una sonrisa socarrona—. ¿Crees que deberíamos golpear a ese tal Lacus al final de clases? —colocó un dedo sobre su labio inferior, mientras esa sonrisa suya se mantenía en su rostro—. Al parecer no te gustó el afecto que le demostró a Mika-san.

Tan sólo me limité a soltar un gruñido.

No paré de observarte en el transcurso del día, teniendo como expresión el ceño fruncido.

Y al pasar de los días sentía que más te amaba y más te odiaba.

Llegué a pensar lo siguiente:

"Si fuera su amigo quizá y podría verlo como eso, y no como algo más"

Así que traté de acercarme a ti.

Mis esfuerzos fueron nulos.

Traté de hacerme amigo de René  (que era el que al menos me caía mejor), pero tú ni interesado en mi cercanía.

No fue hasta que en una clase estaba con Shinoa hablando sobre una trivialidad, cuando te acercarse a nosotros para hacernos la plática.
Entonces ahí comenzamos a hablarnos.

Fue ahí cuando nuestra amistad comenzó.

Fue ahí cuando creí poder verte como un amigo.

Fue ahí cuando me di cuenta de que en verdad estaba perdido por ti, Mikaela Shindou.

¿Mejores Amigos? [Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora