Dos.

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Antes pensaba que la cosa más dolorosa era escuchar a papá contar su anécdota de como fue rota su pierna, ahora pienso que lo más doloroso es ver a NamJoon de aquella forma.

Culpándose, deprimiendose, dañandose.

Todo por mi culpa.

He estado en coma desde hace quizás un mes, en todo ese mes no salía de la habitación del hospital por el temor de lo que pudiese ocurrirme, pero el temor se esfumó cuando NamJoon entró a la sala ebrio y a punto de llorar -cosa que hizo más tarde-, lo seguí hasta nuestro hogar, el cual estaba hecho un desastre. NamJoon solía escribir en su libreta, escribía canciones, anécdotas. Ahora sólo escribe en sus antebrazos, la cuchilla es la mejor pluma y su brazo es el mejor papel, hace trazos en sus brazos como si fuese un juego de niños. Se lamenta y grita.

Él era ateo.
Yo no era, ni soy ateo.
Él rezó.

La primera vez que él rezó fue para que yo volviera a estar a su lado.

Él está perdiendo esperanza de que yo viva, pero sólo por eso yo estoy seguro que viviré. 

Hace mucho tiempo que no lo veo salir, hoy saldrá con unos amigos; Jacksok y YoonGi. Ambos están preocupados por la salud de mi novio, ¿y quién no? incluso un niño de cinco años se le acercó en el parque, se sentó a su lado y le dijo que se veía fatal, que quizás debía ir y abrazar a la persona que más amaba, que más atesoraba. El niño le contó que eso hacia él cuando se sentía mal, abrazaba a su mami.

Entonces... Corrió al hospital.
Me abrazó, me repitió incontables veces que me amaba, que yo era su vida y su vida no podía terminar ahí.

NamJoon escuchó el claxon del auto de Jackson, el primer mencionado bajó las mangas de su camisa y se levantó del sofá con la mirada perdida. Dio un largo suspiro antes de salir del lugar y azotar la puerta, yo voy detrás de él, mirando como murmuraba que no quería ir, eso se lo hizo saber a sus amigos una vez que subió al auto negro del chino.

YoonGi fue quien cerró la puerta del auto, puesto que NamJoon no lo hizo y parecía no querer hacerlo.

—no quiero ir a ningún lado, quiero quedarme en casa. —habló NamJoon, mirando por la ventana, apretando sus labios. A su lado estaba yo, quien acariciaba su mano, o al menos eso lo intentaba. La mano de Nam descansaba en su regazo, apretando de este.

—podrías...—ahora fue YoonGi quien habló, rodandose un poco hasta quedar en donde yo estaba, traspasando mi cuerpo, no tardé en rodarme, dejándolos solos. No era momento para celos.— quedarte en mi casa. —finalizó, colocando su mano donde antes yo la tenía.

—mi casa. —dijo entredientes, sacando la mano del pálido con brusquedad.

Pude oír a YoonGi suspirar.

—¿crees que a JiMin le agradaría verte en este estado, NamJoon? —y por primera vez en la vida Jackson dice algo inteligente.

—¿a dónde me llevan? —NamJoon escupió.

—a una discoteca. —Jackson replicó.

—JiMin odiaba que fuese a las discotecas.

Luego de eso el viaje fue en silencio.

En la discoteca se alejó de sus amigos, estos no volvieron a verlos más. Yo lo seguí para cuidarlo, él sólo bebía y bebía. Muchas personas se le acercaron y él sólo preguntaba; “¿JiMin?” pero al no obtener la respuesta que quería sólo gruñía y no hablaba más.

Hasta que se hartó y le dio un golpe e una chica, sí, a una chica. Ella le coqueteaba.

—Eres precioso. —halagó la chica, acariciando el cabello de Nam.

—JiMin lo es más. —dijo con indiferencia.

—¿quién es JiMin? —la confusión se hizo escuchar en la chica.

—mi novio.

—¿dónde está?

—en el hospital, en coma.

—morirá, olvidalo. —y...fue golpeada.

La gente corrió a auxiliarla y antes de que alguien hiciera algo NamJoon sólo corrió, yo lo seguí igual pero siempre fue más rápido.

Lo perdí de la vista mientras escuchaba sus gritos “¡loca sin corazón!”

Llegué a casa con la esperanza de encontrarlo ahí.

Coma. |NamMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora