008

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Jungkook recorría toda la habitación en círculos. Se negaba rotundamente a creer que su mamá sería capaz de algo así. Ella prometió que estaría con ella apoyándolo después de todo lo ocurrido. Luego de que su hermana falleciera, sólo la tenía a ella y ahora lo estaba abandonando. Lo peor es que ni siquiera le avisó, planeaba irse sin que él se diera cuenta.

— ¿Cómo puedes..? — Jungkook no terminó aquella frase, sus lágrimas estaban corriendo por todo su rostro sin su consentimiento.

— Déjame hablar, por favor. — le rogó abrazándolo.

— ¡¿Qué vas a decir?! — le gritó separándose de ella bruscamente. — Oh mira, me aburrí de ti, ya no te quiero y por eso me voy de esta casa — dijo irónico e hizo una pausa para controlar su respiración —  Pensé que me querías, mamá. Maldita sea, yo..

— Voy a Daegu, con tu padre y Jung hyun — confesó de repente. Jungkook sintió que le cayó un balde de agua fría. Aquella confesión lo hizo tensarse, ahora sentía más ira que tristeza. Lo sabía ¿cómo no pudo darse cuenta? iba a reunirse con las personas que más odiaba en el mundo.

— Mierda. — dijo golpeando con el pie una caja que se encontraba en el suelo. Se sentó en el borde de la cama e intentó recuperar su compostura. Respiró hondo.— ¿Por qué?

— Sé que es duro para ti, por eso no quería decírtelo.— se sentó junto a él. Jungkook rodó los ojos. Sin más, decidió escuchar a la mujer.— Quiero arreglar las cosas con tu padre, pero supuse que no te agradaría la idea y estaba en lo correcto. Sólo voy a quedarme el tiempo necesario ¿de acuerdo? ya hablamos de esto él y yo.

Jungkook asintió con dificultad, cabizbajo.

— ¿Por eso está Jackson aquí? ¿para cuidar de mi?

— Sí, cariño.

•••

Era su cuarta clase en el día y estaba apurado, jamás había llegado tarde pero esa era la excepción, la maestra de biología le pidió que limpiara el laboratorio porque ella tenía que resolver otros asuntos importantes. Ahora Jimin se encontraba corriendo hacía su salón, que por cierto era el que quedaba más lejos de todos y ahora mismo estaba en un largo pasillo donde no había nadie. Paró para descansar y recuperar aire.

— Qué alegría volver a verte.

Su cuerpo se tensó. Conocía muy bien esa voz. Intentó volver a correr pero esa persona jaló de su camisa y lo detuvo. Jimin maldijo internamente.

— ¿Qué mierda quieres ahora, Jooheon?— preguntó sin mirarlo.

— Sigues vivo.

— Sí ¿y qué? —intentó sonar intimidante, pero no resultó mucho, sólo logró que Jooheon soltara una risa. Jimin trató de soltarse del agarre pero este lo acercó más a él con brusquedad. — ¿Qué quieres de mí ahora? ¿Matarme? ¡Entonces hazlo ya!

— Si quisiera matarte aquí mismo ya lo habría hecho, mocoso. Es divertido molestarte.

— S-sólo sueltame — dijo con la voz entrecortada, ser valiente no era lo suyo. Jooheon comenzó a bajar su mano hasta él trasero del menor apretándolo, Jimin soltó un quejido e hizo fuerzas para zafarse pero era imposible, Jooheon era mil veces más fuerte. El mayor lo comenzó a tocar por todo el cuerpo sin su permiso. Jimin cerró los ojos para evitar que se le escapara una lágrima.

— ¿Sabes? No eres tan desagradable como pensaba, de hecho, eres muy lindo, zorrita.- susurró en su oído, haciéndolo estremecer.

— Hey, ¿qué crees que estás haciendo, imbécil?— escuchó una voz que provenía del final del pasillo. El mayor dejó de tocarlo, inmediatamente Jimin abrió los ojos y ahí se encontraba un chico de cabello negro, alto y de labios carnosos corriendo hacía ellos. Jooheon maldijo en voz baja y tiró a Jimin al piso.

— No es tú problema. — respondió este enfrentándolo.

— No me importa, pero ese chico — señaló al rubio que intentaba incorporarse — No quería que lo tocaras y no le hiciste caso, ¿o sí?— dio un paso al frente y ayudó a Jimin a levantarse.

— ¿Quién eres tú? ¿Mi mamá? — lo empujó un poco. El chico pretendió ignorar la acción.

— No, pero eso no te da el derecho para casi violar a un chico en un pasillo de escuela. Sin tu amiguito no eres nadie ¿cierto? — se cruzó de brazos.

Jooheon no respondió. Sólo se quedó mirando al suelo por unos segundos.

— Eso pensé — continuó el pelinegro — Ahora lárgate de acá.

— Me voy a ir, pero no es porque tú me lo dijiste. — bufó — Esto no se ha terminado.

Y desapareció.

El chico le tendió la mano con amabilidad a Jimin.

— Soy Seokjin.

Overdose ➳ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora