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—Tienes un buen cuerpo —susurró en mi oído, rápidamente tiré del dobladillo de mi camisa hacia abajo preguntandome ¿qué demonios estoy haciendo? ¿Todo esto por unos conciertos?

Sí, es la única manera.

—Dejame darte placer —susurra Erick acariciando mi entrepierna de repente.

—Espera, espera —suplico tomándolo de las muñecas para impedir que sus manos sigan acariciando mi cuerpo.

¿Soy yo o esto va demasiado rápido?

—¿¡Qué espere!?

De acuerdo, sólo soy yo.

Me empuja otra vez haciendo chirriar la silla y se acomoda completamente sobre mí apesar de mis protestas.

—¡He esperado lo suficiente! ¡Estás aquí para mí Joel y quiero empezar de una vez! —se estira hacia su escritorio y toma una preocupante cuerda de encima, antes de que pueda preguntar que va a hacer con eso rápidamente comienza a desvestirme agarrando el dobladillo de mi camisa de nuevo, levántandola, quitándola y tirándola al piso a nuestro lado, llévandose mi bandana con ella.

No estoy tan molesto como debería cuando escucho sus zapatos estrellarse contra el piso.

Una mirada atónita en la cara de Erick tiene toda mi atención, él esta sorprendido y se nota en todo su rostro, desde sus ojos muy abiertos hasta sus cejas levantadas.

—Espera... ¿eres virgen Joel?

—Sí bueno, sólo si te refieres a que si he metido mi pene en un coño —le respondo secamente.

Sus ojos verdes recorren mis abdominales, mi manzana de Adán, hasta que se encuentran con mis ojos de nuevo y sonríe.

—Eres caliente.

—Gracias.

De repente para Erick parece que la Navidad le ha llegado antes. Me siento extraño, como si sus palabras hubieran sido validas en alguna parte de mi inexistente ego. Antes de que pueda pensar demasiado Erick toma mi brazo derecho y, usando la cuerda, lo ata a uno de los apoya brazos de la silla. Los latidos repentinamente salvajes de mi corazón me impiden dar cualquier protesta adicional pero todavía estoy confundido de porqué me esta atando... ¿y por qué estoy permitiendo que esto suceda? Debería estar preocupado de ser inmovilizado pero esto no hará ninguna diferencia ¿verdad? Tengo que seguir recordándome a mí mismo que ya acepté arruinar mi pene.

Cuando Erick termina de sujetar mis dos brazos a la silla comienza a acariciar mi torso desnudo sin reservas, arriba, abajo y luego arriba nuevamente con las puntas de sus dedos suaves, su rostro esta torcido en una superioridad presumida de la misma manera en que yo lo he torcido muchas veces.

Llamar a la gente mierda y bajarlos de su nube de autoestima es básicamente lo que me caracteriza.

Llamó mierda a Johann.

Llamó mierda a Yoandri.

Llamó mierda a Richard, Christopher y pronto a Erick también.

Porque lo haré después de que este acto termine y eso es lo que es: un acto; física solamente.

Erick esta demasiado desesperado, no puedo seguirle el ritmo, sé que ahora se siente solo, le gustaba Christopher incluso antes de conocerlo pero entonces ¿por qué no lo demuestra ahora? Eso me llama la atención.

—¿Hay alguna palabra mágica o algo para liberarme de esto? —preguntó moviendo mis muñecas atadas para señalar la situación.

—No —responde Erick deslizándose de mis piernas y poniéndose en cuclillas entre ellas.

Neón [Joerick]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora