Capítulo dos

1.9K 254 111
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Su flamante sonrisa a perlada nubló mi visión

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Su flamante sonrisa a perlada nubló mi visión... tambaleó mi jodido mundo, aturdiéndolo sin pudor alguno, haciéndome caer ante la mortífera oscuridad, ante el ardiente abismo que se escondía dentro de lo más recóndito de mi cerebro.

Una fuerza enardecida recorrió mi cuerpo, provocándome un dolor insaciable que me carcomió el alma, la mente y los sentidos. Devorando todo lo que sus filosos colmillos hallaban a su paso dentro de mí ser.

Me quedé de pie, mirándola sin moverme. Ella lucia perdida, ajena a las personas... al momento, era como si no perteneciera, no encajara. Observaba minuciosamente todo, de una forma extraña... como si fuese la primera vez que estaba en una fiesta o que socializaba con jóvenes.

—¿La conoces?—murmuré a uno de mis amigos, él negó con la cabeza y frunció el ceño—. No es de por aquí, ¿o sí?

—No lo creo, sabríamos quién es—respondió—. Parece una forajida, luce como una perra rica—me miró de arriba abajo con sonrisa burlona—. Incluso para ti, señor millonario. Parece que es de la ciudad, ese vestido dice Mortem con todas las letras.

Escuchar la palabra Mortem me hizo pasar saliva, como odiaba la ciudad y todo lo que me había arrebatado.

Le di una calada a mi cigarro y lo arrojé al suelo para pisarlo y darle a la chica una última mirada para darme la vuelta e ir al jardín delantero de la casa, necesitaba despejarme, necesitaba huir de mis pensamientos. Estaba desesperado porque se callaran las voces y los recuerdos, era como si mil voces pelearan dentro de mí craneo, mientras decenas de imágenes se impregnaran en mis ojos para nublar mi visión. Aquellas voces susurraran cosas distintas, desde recordar a mis padres, hasta voces que me pedían volver y llevarme a aquella joven rubia.

Quizá sólo necesitaba un polvo para olvidarme de todos mis pensamientos, me quedé meditando unos segundos viendo el porche de la casa, preguntándome si volver sería la respuesta a mis problemas, entonces la vi salir a lado de un chico universitario.

Conversaban y se alejaban al aparcamiento, ella se reía levemente, sonrosada... con un aire casto e ingenuo, era todo lo que yo había soñado en una mujer, la inocencia misma destilaba por su piel de porcelana, esos ojos azules oceánicos parecían reflejar el cielo mismo.

Somos veneno ©Where stories live. Discover now