Capítulo II

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Gokú y Vegeta ya iban de regreso a casa del menor. Después de unas cuantas horas de entretenimiento; el hambre se hizo presente, y fueron a comer en una pizzería. En donde estuvieron conociéndose mucho más.

Sé dio cuenta que Gokú era un chico muy especial, era:  entretenido, tierno, dulce, alegre, lindo e inocente. Definitivamente, era alguien con quien cualquier persona quisiera estar. Él llamaba la atención. Lástima que había caído en las manos equivocadas.

Vegeta miró al joven de cabellos alborotados, el cual estaba dormido en el asiento del copiloto, abrazando un oso de peluche que él, había ganado para el más joven, en un puesto, en donde tenía que derrumbar tres botellas con tres pelotas. Era ágil para esas cosas, y no pudo evitar sonreír al recordar la cara de felicidad que el menor le había dado al ver el oso de peluche.

Ya Vegeta había aparcado en frente de la casa de los Son, y se dispuso a despertar a Gokú, pero se detuvo un momento para mirarlo. Sí que parecía un ángel cuando dormía, ni siquiera provocaba despertarlo, pero igual tuvo que hacerlo.

-Gokú -lo sacudió de manera suave.

-¿Mmm?

-Ya llegamos a tú casa.

-¿ah? ¿qué? -preguntó desorientado.

-Que estamos en tú casa.

-¿mi casa? -preguntó adormilado viendo hacia su hogar a través de la ventana- ¡Es cierto! -habló encontrándose de nuevo en sus cinco sentidos. Miró a Vegeta- Lamento haberme dormido.

-No tienes porque preocuparte por eso -le restó importancia.

-Yo eh... Debo irme... Gracias por este día -se dispuso a abrir la puerta del auto, pero una mano se lo impidió.

-La pasé genial contigo hoy. ¿Crees qué podríamos volverlo a repetir?

-¿d-de nuevo?

-Sí ¿no te parece?

-Pues... La verdad... No mucho.

-¿por qué? -preguntó ofendido.

-Es que... Tú... Tú eres... Eres el ex de mi hermano...

-¿y? Tú y yo podemos ser grandes amigos, sin problema alguno.

-Sí pero ¿por qué ahora? Es decir, tú casi ni me hablabas cuando estabas con él ¿por qué ahora sí? ¿qué quieres de mí, Vegeta?

-Ya te lo dije, sólo quiero que seamos amigos. Entonces ¿qué dices?

-¿de qué?

-De volver a salir, y de ser amigos.

-No lo sé, yo creo que quieres llegar a Raditz por medio de mí.

-¿qué? ¡No! ¡Yo ya no quiero nada con él! ¡Créeme! ¡Ya lo he superado!

-¿De veras?

-Sí -Gokú suspiró.

-De acuerdo -Vegeta sonrió.

-Grandioso -soltó su mano- Espero que nos podamos ver pronto.

-Sí... Yo también... Creo... -Vegeta asintió. Gokú sé dispuso a abrir la puerta nuevamente.

-Ah, y Gokú -el mencionado volteó a verlo una vez más. Vegeta se acercó a él, le plantó un beso de manera suave y prolongada a Gokú de media luna. Provocando un sonrojo profundo en el susodicho.

Vegeta solo se apartó para ver el rostro rojo del joven- ahora sí puedes irte -le sonrió.

-Adiós Vegeta -Gokú salió del auto, una vez cerrada la puerta, su sonrisa fue rápidamente reemplazada por un ceño fruncido y una cara de asco. Limpió sus labios con él antebrazo, volvió su mirada al más joven. El cuál ya estaba entrando a su casa. Así que Vegeta, presionó el pedal colocando el auto en marcha, yéndose a su casa.

-Todo está saliendo a la perfección. Tal y como lo planeé. Vegeta, eres un genio, como siempre -habló con aires engreídos.

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Gokú despertó después de la noche tan entretenida que había tenido con su ex cuñado, miró el reloj que marcaba 11:35 AM. Sentía como sí no hubiera dormido nada, pues aún se sentía cansado.

Tomó su teléfono y comenzó a revisarlo, tenía un mensaje de Vegeta. Inconscientemente sonrió al verlo.

"Buenos días :D"

"Buenos días :)"

"Como se nota que a penas te vas levantando"

"Siiii, bueno, ya sabes lo perezoso que puedo llegar a ser"

"Sí no me lo dices, no me entero"

Sin algún otro argumento que aportar al mensaje de Vegeta, dejó su celular a un lado y fue a su baño, donde cepilló sus dientes y luego se dio una ducha. Se vistió, para después bajar.

-Buenos días -saludó feliz. Entrando a la cocina.

-Oye, ¿y tú por qué tan alegre? -preguntó su mamá.

-No lo sé -se acercó a ella- me siento muy feliz -le plantó un besó en la mejilla- Buenos días, Rad -este sólo lo miró sin decir nada- ¿qué sucede Rad? ¿te comieron la lengua los ratones? -preguntó riendo mientras se sentaba en una de las sillas del mesón.

-Sí que estas bromista hoy -habló riendo- Aquí está tú desayuno, cariño -le colocó el plato frente a él y salió de la cocina.

Gokú comenzó a comer como si no hubiera un mañana el desayuno. Tenía mucha hambre, y no creía que esta comida, lo lograra satisfacer.

-Gokú -llamó su atención Raditz. El cual había olvidado que estaba allí.

-¿Qujf dafa Ract? (qué pasa Rad)

-¿qué hacías ayer con Vegeta? -preguntó serio.

JUGANDO CON SUS SENTIMIENTOS Where stories live. Discover now