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La carrera no empieza para nada bien.
Bill da unos sospechosos derrapes antes de ir a toda velocidad por la avenida, y el morocho se arrepiente de haber comido antes de venir.

Las ruedas se gastan contra el pavimento al girar con una velocidad que el chico solo podía definir como letal; cada loma de burro o imperfección de la calle los deja saltando y cada giro era otro chirrido de autos derrapantes. Se escuchan dos grandes choques de metal, y 3 derrapes particularmente fuertes, y en los primeros minutos de 12 autos que habrán salido desde la salida, al menos 5 habían sido misteriosamente tirados al final de la pista.

Cada que se subía la velocidad, se escuchaba un grito agudo de Dipper, que olvidándose hasta cómo hablar, solo tiraba insultos y balbuceos. Lo bueno de esto es que en medio de los potentes ruidos de los motores y las risas del rubio que se sentaba a su lado, nadie se daba cuenta de los problemas motrices de Dipper, sobre todo porque nadie podría darse cuenta de la clara falta de vocabulario del chico cuando el actual Dipper lograba de alguna u otra forma formar oraciones más coherentes que las tonterías que decían personas como Amorfa, o Dientes, quienes en plena lucidez hablaban como niños de primario aprendiendo a leer, pero que por alguna razón sabían todas los insultos existentes en el universo.

- ¡BILL, BILL, DIOS MÍO TENEMOS QUE PARAR BILL! - Grita el adolescente el cual por un milagro logra mantener la compostura por unos segundos, tomando sus alrededores como el gran analítico que se jacta de ser. Iban muy solos, quizá en el podio, más no podía saberlo con seguridad y no le importaba si no vivía para contarlo.
- ¿¿Parar?? ¡Y yo que pensaba que el loco era yo! - Dice Bill sin sacar la mirada del camino, mostrando una especie de responsabilidad que le sorprende al otro - ¡Si paramos la quedamos, hay que terminar esta carrera! ¡Vos me lo prometiste!
- ¡Y VOS PROMETISTE NO MORIR PERO VEO DIFÍCIL NO HACERLO!
- Naaa, ¡Yo solo choqué una vez y sigo vivo!
- ¿EH?

Ni bien termina de decir eso uno de los autos competidores, violeta y con extrañas luces neón verde chillón se acerca a una distancia terriblemente peligrosa, y Dipper recuerda a sus días en los autitos chocadores con su hermana

- ¡Recatate cipher! ¡Volve a tu mansión con tu noviecito marica y metete el ferrari por el-! - el tipo dice estas palabras a la par que intenta chocarlos desde la derecha, solo para que Bill esquive el tiro a último minuto, descolocando al otro conductor, quien se da la mandíbula contra el volante
- ¿Decías? - Logra gritar Bill por encima del ruido, y se escucha una risa en el asiento del copiloto
- ¡Vas a morir Hijo de P-! - grita detrás de ellos, habiendo perdido un poco del control tras el golpe. Dipper teme por un letal choque de atrás al caro coche, y por enésima vez logra un pitido agudo y toma a Bill del hombro, rogándole que deje de ser un estúpido, sin embargo el miedo no dura demasiado, ya que en cosa de nada aparece la unica persona del grupo que logra reconocer perfectamente, principalmente porque es la figura sumamente femenina y rosa brillante en el grupo

- ¡Tranqui Jefe! ¡Yo me encargo del chupapi-! - tal vez no tenía el lenguaje de una señorita, sin embargo si tiene las habilidades de toda una conductora derbi cuando sin ninguna duda toma el volante y lo gira con veracidad a su derecha, donde en estos momentos se encuentra el asesino. Su auto y el del otro conductor se salen completamente de la pista, directo hacia la vacía vereda

- ¿QUÉ CARAJO? - suelta como reflejo, y sus ojos marrones se agrandan
- ¡Date cuenta Pinito! ¡Te traje a un lugar diez veces mejor que el cine o lo que sea!

Una vuelta en "U" se aproxima, según observa van en segundo puesto, y cada vez más cerca del primero, y el cinturón sobre Dipper no podría sentirse menos seguro.
Bill derrapa sin bajar su velocidad o siquiera ponerlo en primera, quizá incluso acelerando pero el miedo no le deja saberlo con certeza, y logra hacer el giro de forma caótica pero exitosa al fin y al cabo. Gracias a ese milagroso giro escuchaban más cerca que antes del motor ajeno, y Bill comienza a emocionarse

- ¡Vamos a ganar esto juntos Pinito! - Grita el Rubio eufórico
- ¡Estas loco Bill! - Dipper no entiende nada, tiene mucho miedo para pensar bien en la situación, y la gran tensión en su garganta evita que accione, sin embargo una mano está ahí para traerlo otra vez a la realidad, y no registra desde hace cuanto tiempo es capaz de mantener la cabeza en alto sin querer vomitar

- ¡Loco por vos bebé! - remata con un guiño.  

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Holas soy Jazzy!
Pues, intenté salir de mi zona de confort, así que escribí algo un poco más acción-ish pero creo que doy asco LMAO, diganme que opinan!

Later! 🙋

+ Numbers + || Billdip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora