34 -Parte 1-

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----Vida real---

Lola caminaba deprimida por el medio del pasillo de la institución, las personas notaban su cambio de humor y su ropa mal arreglada, criticaban y hasta se reían, a ella no le importaba en absoluto, el fin de semana que había pasado había sido unos de sus peores días y empezar a explicarle a cada idiota que la criticaba y se burlaba le iba a tomar una gran cantidad de perdida de tiempo. Lola era una chica extraordinaria, era, porque ya no. 

Caminar por el medio del pasillo no era una de sus mejores intenciones, quería que todos la ignoraran pero que solamente un chico la notara. Habían pasado días que no veía a Eduard y aunque le preguntaba muchas veces a Tyler sobre Eduard, la respuesta era la misma: no sé, con poco de nervios. Le molestaba no poder hacer y no haber podido hacer nada, le molestaba no tener el poder de volver el tiempo hacia atrás y acomodar las cosas, le deprimía. Y ese domingo, su amigo había mentido, su amigo le había dicho muchas mentiras y no creía en nada ni siquiera en las palabras de su mejor amiga Sabrina, que le decía que él estaba bien, pero como iba a creer en algo que no lo podía ver, era increíble que ahora todo tenía lógica. 

Y aun seguía caminando con la cabizbaja, pensando que ya tenía que hacer algo, que a pesar que ella intento y lo arruinó, tenía que seguir intentando, tenía el don de ser una de las chicas mas graciosas, tenía el don de haber compartido una linda relación con el chico misterioso de la cámara y tenía el don de que todo lo invisible fuera visible... Ella sí tenía ese don, en forma de metáfora.

—Lola... —se acercaron sus dos amigos. Sabrina y Tyler ya no le hablaban como antes porque entendía que necesitaba tiempo.

—Quiero que en esta institución, solamente se me presenten dos personas —Sabrina y Tyler escuchaban con atención, estaba actuando raro y ya era algo bueno en ella.

—¿Quienes? —preguntó Tyler.

—Edu...  —pausó un momento para mirar a su alrededor para ver si encontraba a su nuevo enemigo número uno—... Y Mateo.

Sus amigos no entendieron a que se refería pero se veía mal, se veía con ojos hinchados, como si hubiera estado llorando todos esto días, como si ya no le importara mas nada, sino su "Edu".

Lola siguió caminando dándole la espalda a sus amigos, Sabrina quiso ir tras de ella, pero Tyler no la dejó, ella necesitaba tiempo sola, aunque sea unos días más. Y es que Lola quería también estar sola, no quería que nadie se acercara a ella, no quería que nadie le hablara ni mucho menos preguntaran sobre que le pasaba. Alzó la mirada cuando casi estaba llegando al fondo del pasillo, ese en donde nadie se encuentra por estar solitario y oscuro, por ser habitados por los alumnos rechazados de la institución, y fue allí donde entendió que todo este tiempo ella había estado en el lugar equivocado, en ese lado donde todo era fingir, donde todo era inútil, le gustaba este lado del pasillo, era tranquilo con buen ambiente, se veía que las pocas personas que se encontraban allí lo disfrutaban, de alguna manera.

Lola sonreía mientras seguía caminando mirando a una pareja de chicos que nunca los había visto en la institución, se veían tan hermosos juntos, se veía que era un amor verdadero y no fingido para ganar popularidad, le agradaba. De repente chocó con alguien, cayó al suelo gimiendo del dolor de su mejilla al quedar plantada contra el suelo. Levantó la cabeza y observó que había muchas personas ofreciendo ayuda, extendiendo sus brazos para que se levantara, por ese lado ella sonrió a ese gesto y aceptó pero por otro lado había tropezado con alguien que lo tenía en la cabeza desde mucho tiempo.

Eduard estaba allí justo al frente de ella.

Lola se levantó con ayuda de chicos y agradeció para luego que se retiraran, pero no dejaba de mirar a Eduard, el estomago iba a explotar en cualquier momento de tantas ovejas que sentía. Sí, ovejas.

Por otro lado Eduard se sentía extraño, raro e incomodo, no sabía ni que sentir. Ese día había peleado con su madre en la mañana porque no quería ir al colegio, pero su madre insistió, si fuera por él nunca hubiera ido para no ver a Lola, y no era porque no la quería ver sino que no quería que ella lo viera. Era imposible no sentir como el corazón latía más rápido, parecía que todo su alrededor no hubiera nada solo Lola y su hermosa sonrisa. Lo que nunca esperó es que ella reaccionara y lo abrazara. Un abrazo que se sentía fuerte, pero también cálido. Lo necesitaba, ambos lo necesitaban, era ese abrazo desde hace años que no lo daban y ese abrazo que nunca se dieron cuando se despidieron "por ultima vez". Eduard cerró los ojos con dificultad aun le dolía el ojo izquierdo por los golpes, y aunque parecía un rostro dibujado por un niño de cinco años, para Lola, verlo, había sido su mayor felicidad. 

Lola se separó al sentir que su abrazo no era correspondido, observó de nuevo el rostro del chico inspeccionando todo lo que le había ocurrido. Tenía un moretón ya casi desaparecido en su ojo izquierdo, también tenia golpes en su labio inferior y otro moretón en la mejilla, también empezó a observar sus brazos, en el cual estaban llenos de moretones, observó su piel que estaba pálida y se le notaba en el cuello, lo flaco que estaba. Lola se asustó y no aguantó a derramar una lagrima.

Eduard volteo la mirada, no quería ver que su chica de ojos claros lo viera de esa manera, suspiró profundo con el corazón lleno de lagrimas y le dio la espalda sin decir nada.

—No te vayas Edu... No cuando sé que estas bien —susurró Lola, a pesar que habían personas allí no le prestaban atención a ellos y él había escuchado.

—Yo...

—Sé quien te hizo esto y te prometo que cuando lo vea, va a conocer con quien se metió.

—Lola, ya...

—Eduard. Por favor, no te vayas.

—No puedo.

—Sé que no quieres irte, sé que aun quieres otro abrazo y sé... Que me extrañas —Eduard miró de reojo a Lola como ella se acercaba.

—Yo.

—No.

—¿Que quieres de mí?, he fallado. He fallado en todo.

—¡Yo falle! —exclamó en voz alta acercándose completamente a él. Pero Eduard no volteo.

—Tu no...

—Sí. Nunca debí mandarte a ese lugar, nunca debí confiar en Mateo, nunca debí obligarte a hacer algo que no querías, nunca pensé en las consecuencias, nunca pensé que no querías volver hablarme. Yo... soy la que fallé, lo siento —Eduard volteo mirando fijamente sus ojos, Lola realmente tenía ojos claros, muy claros, tenía los orbes radiantes casi llenos de lagrimas a punto de derramar.  Posicionó sus manos en su mejilla mirando ahora sus labios carnosos y rosados, estaba tan cerca que podía admirar toda la belleza de esa chica, y se la imaginaba sonriendo, riendo como ella era natural y solo quería captar con su cámara ese rostro tan perfecto, pero Lola quería otra cosa... Ella quería probar esos labios resecos, quería averiguar a como sabía su aliento, quería mezclar su sabor con el de él y esperaba con ansias a que continuara acercándose.

No aguantaba más, estaban ya muy cercas y no paraban de mirarse los labios. Realmente labios que ambos deseaban.

Continuara...

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¡SE REPITE LA HISTORIA! para los que son lectores de LDOM, saben que hice un capítulo que terminó en "continuara" en realidad fue una experiencia hermosa ya que siempre quise hacerlo y lo hice, muchas personas querían matarme pero otras amaron la idea, es único experimentar peroooo, ¡QUERÍA VOLVER HACERLO AQUI! es bueno recordar :') jajajja, en un rato les publico la segunda parte y allí lean la nota de autor, ¡NO ME DI CUENTA EN EL CAP ANTERIOR PERO, CASI LLEGAMOS A LOS 6K DE LEIDOS! ESTOY QUE MUEROOOO♥ GRACIAS DE VERDAD♥ 
Instagram: nathsam24
Pd: En mi Instagram hay muchas sorpresas para esta novela y la saga #Eyes. Si quieres saber cual es el tercer libro de esta hermosa saga, sígueme y te vas a enterar de todos los detalles.

Lola, la de ojos claros [2] Where stories live. Discover now