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Miraba hacia la ventana que daba vista a una gran parte de la ciudad, asomándose en ella dio un gran respiro liberándose del gran aroma a sexo que emanaba la habitación  de lo ocurrido hace algunas horas, aunque fue increíble y aquella chica era preciosa, no era más que eso, solo una noche, no era de mantener relaciones, tampoco le gustaba intimar con sus parejas después del sexo.

En cierta parte estaba molesto, se supondría que la chica se iría después de haber terminado lo de anoche y cada uno se iría a sus respectivas casas, para así poder dormir algo e ir descansado a la universidad, pero sus planes se vieron arruinados. Ahora tenía que estar aquí, pagando una noche completa en aquella habitación de hotel muy común para sus encuentros y sin pegar el ojo en toda la noche. Sin duda, iba a estar de muy mal genio hoy cuando llegara a la universidad.

Ya iba siendo hora de preparase para salir, sintiendo un poco de enojo recogió la misma ropa que había usado en día anterior y se dispuso a usar el baño de aquel hotel, lo más probable es que no le quedará tiempo para ir a su apartamento a cambiarse si es que quería tener un buen desayuno en alguna cafetería antes de ir a estudiar. Así que tomó una ducha de agua tibia, tomándose tiempo para cuidar de su piel y lavar bien su cabello, no era vanidoso ni nada por el estilo, pero le gustaba dar a resaltar sus mejores rasgos y mantener esa hermosa piel pálida en su mejor estado.

Con pereza salió de aquel baño vistiendo las mismas ropas que llevaba consigo ayer, miro hacia la cama donde se encontraba la chica aún durmiendo, o eso aparentaba,
dio una última mirada en el espejo a su imagen, su piel pálida estaba como siempre, bien cuidada y dando aquel aspecto de ser tan suave como la porcelana, su abundante cabello negro se encontraba perfectamente dando un ligero toque de estar despeinado y haciéndolo lucir así más atractivo,y aquellos ojos felinos que poseía el chico lo hacía ver cómo una criatura preciosa, sin duda, Min YoonGi era uno de los hombres más atractivos que una chica podría ver.

Sin más se dispuso a salir de aquella habitación. Con una mano en la perrita fue detenido por la chica que hace unos minutos estaba en la cama.

— ¿Ya te vas, YoonGi? —dijo ella.

— Ya es de día, que crees que estoy haciendo.

— Lo sé —en su cara se veía que estaba esperando más de el chico de tez pálida— Solo que pensé que quizás podríamos ir juntos... ya sabes, a la universidad, pasar más tiempo Juntos.

Yoongi rió

— Sabes que no soy así Jennie, lo que sea que llegamos a tener se quedo aquí, nada más volverá a pasar. Sabes cómo soy, no te hagas ilusiones —dijo Min soltándose del agarre de la chica— El cuarto ya estará pagado para cuando salgas.

Y sin más se fue de aquella habitación. Dejando a la pobre chica con un pequeño dolor en su corazón.

       *****


Si algo tenía presente YoonGi es que no quería llegar a la universidad, no ese día y mucho menos llevando la misma ropa del día anterior, pero no pudo evitar decirle que si a Jennie una vez está llegará en bandeja de plata a sus pies. Había estado otras veces con aquella chica, a pesar de que no era de repetir muchas veces, esa mujer era hermosa, y sin duda muy buena en lo que hacía, así que cuando lo invito a ver una película que ella quería ver, dado su relación y sabiendo en lo que iba a acabar en definitiva no se iba a negar, y aunque no se arrepentía, estaba frustrado, en serio  el quería un buen desayuno y poder tomarse su tiempo como a él le gustaba, también quería dormir, amaba dormir, aunque a decir verdad, por esos pequeños ligues en la noche estaba un poco acostumbrado a pasar la madrugada en vela haciendo actividad física. Porque Min YoonGi no era un amante al deporte ni nada por el estilo, tenía un buen físico, era ancho de hombros, no estaba muy marcado pero se le notaban las líneas en el abdomen donde tenían que estar, también poseía unos buenos muslos, era de estatura promedio y sus actividades nocturnas eran lo más parecido a ejercitarse para el.


Habiendo llegado a una cafetería lo suficiente decente para desayunar y cerca a la universidad para que le quedará de paso, compró algo parecido a lo que el desayunaría normalmente. Al momento de pagar no se le pasó desapercibido la miraba de la chica de la caja o aquel guiño disimulado que ella le dio, y probablemente lo que echo en la bolsa de su desayuno era un papel con su numero de celular, la chica era guapa, así que lo más probable era que el la llamara, ya tenía asegurado su ligue del jueves, y quizás a otros chicos les sorprenda tener  tan rápido y tantas chicas fácilmente pero para el no, estaba acostumbrado, eso era lo que el provocaba. Aquel aire de superioridad y mirada de chico malo con dulces labios y energía intimidante pero a la vez confiable era una de sus atracciones más grandes, logranado tener casi siempre a quien quisiera sin poderse resistir a esto.

Mientras iba comiendo y caminando en dirección a la universidad se pregunto cuando había iniciado todo esto de las citas de una noche y pasar solo el rato, no es que hubiera razón alguna tampoco, pero se supone que cosas cómo está suceden con un motivo, o eso pasa siempre en los libros. Aún así, él se podía considerar sencillamente por un ligón descarado, saliendo solo con chicas, claro está. No le desagradaban los homosexuales, para nada, al contrario, uno de sus más grandes amigos lo era, aún así, no le veía nada interesante a probar la polla de un hombre en vez de morder los pezones de una mujer, había recibido propuestas de chicos que sin duda eran muy atractivos, si, Min Yoongi reconocía la belleza de un hombre sin ningún problema, pero él no lo consideraba algo malo o de qué preocuparse, sencillamente tenía ojos y no era ciego, si un chico era guapo el podría fácilmente decirlo, mas no dudaba en rechazarlos al momento de estos abrir la boca.

Pero, algo que si odiaba era aquellos chicos que se hacían llamar bisexuales, no era nada en especia, en si, su problema no era con todos los que así se hacían llamar, si no más bien era con uno en especial, que desde hace un buen tiempo lo sacaba de su juicio y le hacía querer joderlo y dañarle esa preciosa cara que tenía. Oh si, aquel chico llamado Park JiMin lo volvía loco, pero no de una buena manera. Más bien lo detestaba.


Aún no tiene claro porque ese chico de cabellos claros lo hacía descomponerse de tal manera, ni tampoco estaba seguro si era su sexualidad lo que lo frustraba o hacia odiar a ese enano presuntuoso. Si no más bien era así desde hace algunos años, desde que iniciaron la universidad y se volvieron a ver en esos grandes pasillo, y mucho menos compartiendo algunas clases, la forma en que este lo trataba y lo miraba sencillamente lo enloquecía, y estaba seguro de que precisamente eso era lo que Park buscaba cada vez que se veían. En especial los martes, el día en que compartían las dos primeras horas del día en una de las asignaturas que compartían, porque YoonGi estaba seguro que en esas horas lo único que JiMin buscaba era joderlo y en grande. Siempre era lo mismo, aquel rostro era lo primero que se encontraba una vez entrara al aula y se sentará en un asiento, y que, por lógica, el otro chico se sentaba a su lado para fastidiarlo, con su sonrisa- que muchos consideraba tierna en muchos aspectos- pero que Yoongi podría jurar que la que él le hacía estaba cargando de muchas cosas, excepto cosas lindas. Aquel chico siempre sabía cuando tenía un ligue y le decía lo desagradable que era, incluso ahora que llevaba la misma ropa que el día anterior con más razón aún, su relación de odio no se basaba en nada en especial, sencillamente así era, y con el genio que llevaba, lo que menos quería era toparse con Park en la universidad y ver su despreciable rostro, con su sonrisa arrogante cuando lo viera, pero el universo no estaba de su lado aquel día.




Hoy era martes.








-Vals

Trouble of hate [YoonMin]Where stories live. Discover now