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Después de que me instalara en la que sería mi habitación durante los siguientes meses me dispuse a descansar un rato del viaje. La casa de papá era grande y lujosa, estaba ubicada en beverlywood, y había sido remodelada recientemente. Mi habitación, sin embargo, había sufrido pocas modificaciones desde la última vez que había estado allí, papá sabía cuanto me disgustaba que tocaran o cambiaran de lugar mis cosas. Así que las pocas pertenencias que había dejado ahí y la decoración continuaban sin alterarse. 

En cuanto me desperté de mi siesta de un par de horas me desperté por el hambre, así que decidí bajar a la cocina para comer algo, para mi sorpresa me encontré allí a Ximena discutiendo con Mery, la ama de llaves de papá, en cuanto me vieron ambas corrieron a abrazarme. 

—Vanessa, qué gusto verte, estás bellísima —dijo Ximena haciendo un alboroto. 

—Gracias, tú también te ves muy bien. 

Sí bien Ximena no me caía demasiado bien, nuestra relación no era mala, de hecho, era casi nula. Desde que papá y ella empezaron a salir, ella parecía tener una excusa perfecta para no poder asistir a casi ninguna salida entre los tres. La mayoría del tiempo estaba ocupada con el trabajo, otras se enfermaba de repente o a veces simplemente tenía una cita en el salón de belleza. Eso para mí, claro está, se volvía una ventaja ya que podía compartir con mi padre sin que alguien nos estuviese interrumpiendo. 

Esa misma tarde fuimos con papá al centro comercial a comprarme ropa, milagrosamente Ximena aceptó acompañarnos, ya que quería comprar algunas cosas para ella también. Yo decidí que quería un par de bikinis nuevos, estaba en california y quería ir más seguido a la playa, compré ropa más fresca para la ir a la escuela y algunas mallas y licras para practicar danza moderna. 

Cuando volvimos a casa tuvimos una linda cena de bienvenida preparada por Mary, y finalmente me dispuse a dormir, al siguiente día tendría que ir a la escuela; mi padre me había inscrito unas semanas antes de viaje para que me pusiera al corriente en cuanto llegara. Me sentía nerviosa, había sido estudiante a distancia desde que empezamos a viajar por el empleo de mamá, así que ya había olvidado todo el ambiente de una escuela, sin embargo, a la vez estaba emocionada. Esa noche pensé que este año podría ser una experiencia diferente, tenía el potencial de convertirse en el mejor o el peor de mi vida hasta el momento, así que habría que averiguarlo. 

Para la mañana del día siguiente la emoción de mi llegada había disminuido por parte de Ximena, quien ni siquiera nos saludó en el desayuno, papá dijo que en ocasiones se despertaba "de malas pulgas" y me llevó a la escuela. preparatoria constaba de varios edificios alargados rodeados de vegetación. Las primeras horas de clase pasaron normales, pero antes de iniciar la clase de literatura, la maestra me presentó con mis compañeros diciendo que estaba recién llegada de Italia, y en seguida un chico en la parte de atrás gritó:

—¡Culo grosso!

La mayoría del salón se echó a reír mientras la maestra regañaba al idiota por su comentario. Destetaba a los imbéciles que creen que pueden ir por la calle gritándote cosas sin que se lo pidieras. Para mi disgusto, me había topado con muchos durante mi adolescencia, cuando empecé a practicar danza mi cuerpo tomó una figura mucho más esbelta que el del resto de las niñas de mi edad que conocía, mis muslos se tonificaron y en pocas palabras, obtuve un cuerpazo, pero no necesitaba que ningún idiota me lo estuviera recordando por la calle. En el momento en que la mayoría del salón se había callado, una voz que provenía de mi lado respondió: 

—¡Idiota con pene piccolo!  —y la clase se echó a reír aún más fuerte —. Soy Amanda —me dijo la voz, era una chica rubia de ojos cafés y tez bronceada, mientras sonreía amablemente —. No le hagas caso a ese imbécil. 

—Gracias, igual no lo iba a hacer, no vale la pena desgastarse. Soy Vanessa —dije mientras estiraba mi mano para hacer un saludo —. Es un gusto, Amanda. 

—Igualmente —apretó mi mano—. Puedes llamarme Mandy. ¿Eres californiana cierto? No tienes acento italiano. 

Mandy parecía agradable, pasé el resto de la mañana con ella ya que coincidíamos en el resto de las clases, me contó que vivía con su abuela ya que su madre había fallecido unos años atrás y su padre vivía en Inglaterra con su nueva familia, sin embargo dijo que su abuela no era para nada esas señoras ancianas que iban en contra de los jóvenes y la moda, sino que la apoyaba y le gustaba estar al día con las últimas tendencias. 

Durante el transcurso también conocía a algunos amigos de Mandy que se veían casi tan amables como ella, de hecho dijeron que esa noche habría una fiesta cerca al muelle de Santa Mónica, para el cumpleaños de una chica popular de la escuela y quien quisiera ir estaba invitado. Al parecer sería mi "fiesta de bienvenida" con los amigos de Mandy. Al principio no estuve muy emocionada por asistir, sin embargo, volví a pensar lo de la noche anterior: este podría ser mi mejor año, debía aprovecharlo, además era mi último año antes de la universidad. En seguida acepté asistir y me dispuse a pasar una noche llena de diversión. 







El socio de mi padreWhere stories live. Discover now