4

17.9K 888 14
                                    

Al llegar a casa esa tarde no me encontré a papá, según Ximena había tenido que salir para reunirse con sus socios y planear la organización de un evento cercano que sería muy importante; así que simplemente subí a mi cuarto y me dispuse a terminar de organizar mis cosas. Aunque había dicho que asistiría esa noche a la fiesta, pensé seriamente en cambiar de opinión, no iba a conocer a nadie allí, nunca he sido de salir demasiado y no estaba segura de encajar.

Estaba elevada en mis pensamientos cuando recibí una llamada de mi madre al móvil

- ¡Hija, te extraño mucho!, ¿cómo estás? Quiero saberlo todo-dijo la voz en el teléfono.

-Hola, mamá, Estoy bien, un poco cansada por la escuela y también te extraño mucho.

-¿Estás triste verdad?, no quiero que estés triste, ¿Hiciste amigos hoy?

-Conocí a unos chicos, parecen agradables.

Mientras hablaba con mamá llegó un mensaje a mi móvil, era de Amada o "Mandy" como me había dicho que podía decirle. Ponía que los chicos pasarían en dos horas por mí, así que debía enviarle mi dirección.

-¿Está todo bien?-preguntó mi mamá debido a que me había quedado callada.

-Sí, es solo que... los chicos de los que te hablé... me invitaron a una fiesta hoy y no estoy segura si ir o no.

- ¡Ve!-gritó mamá por el teléfono -. Aprovecha y disfruta.

Amaba eso de mi madre, siempre me ha animado a hacer cosas divertidas. Durante toda mi vida me había caracterizado por ser una "chica buena", así que mi madre siempre había confiado en mí, y en que esas cosas divertidas como ir a una fiesta y salir con amigos no terminarían mal. Ese era el impulso que necesitaba, recordé nuevamente que este era mi último año antes de ir a la universidad y no quería pasarlo solitario en la preparatoria, así que sin pensarlo más le envié mi dirección a Mandy, y en cuanto terminé de hablar con mi madre me dispuse a arreglarme.

Decidí que me pondría unos vaqueros desgastados y un un top rosa suelto que dejaba ver parte de mi abdomen, y agregué unas botas negras de tacón y una chaqueta de cuero del mismo color para protegerme del frío, con ese outfit nadie puede desencajar en ninguna fiesta. Hice unas ondas en mi cabello y me puse un poco de labial fucsia intenso para resaltar.

Justo cuando terminé de aplicar el labial escuché el timbre de mi puerta. y oí que Ximena hablaba con alguien, al momento me llamó. Bajé las escaleras y vi en la puerta a Mandy, llevaba puesta una chaqueta negra de cuero también, blusa marfil y shorts. En cuanto me vio me dio una gran sonrisa.

- ¡Vanessa! te estamos esperando, te ves sexy -soltó.

- ¿Cómo que "te estamos esperando"? -interrumpió Ximena -. Tu padre no está y no creo que le agrade mucho que salgas a estas horas. Así que no puedes salir.

Me llené de ira, quién se creía Ximena para darme órdenes.

- No creo que a papá le molesta si salgo un rato, además el único que podría prohibírmelo sería él, así que adiós, Ximena -tomé a Mandy del brazo y nos dirigimos hacia el auto mientras Ximena nos veía furiosa desde la puerta.

En el auto nos estaban esperando los demás, Christian iba conduciendo, era alto, acuerpado, de cabello oscuro y ojos azules. A su lado estaba Fernanda, quien al parecer era su novia porque cuando me acerqué al auto los interrumpí a medio beso, ella era bastante delgada, de cabello corto sobre los hombros, liso y negro, al igual que sus ojos. En la parte de atrás iba David, un poco más delgado que Christian, tenía el cabello claro y los ojos verdes.

En cuanto nos subimos al auto todos me saludaron y nos pusimos en marcha, durante el camino escuchamos música para ponernos in mood y me contaron un poco más sobre ellos, el mayor era Christian, quien recién había cumplido 19, los demás tenían entre 17 y 18. Christian y Fernanda efectivamente tenían una relación de un par de meses, y David tenía un crush con un chico de la escuela -que estaría en la fiesta- pero cuando Mandy necesitaba que la sacara de apuros con algún baboso, él se convertía en su "pareja".

Finalmente cuando llegamos a la fiesta, noté que había mucha más gente de la que me imaginé. Era un club cerca a la playa, la música se escuchaba un par de calles antes, y había chicos besándose, bailando, bebiendo y consumiendo todo tipo de sustancias (que sería mejor no mencionar). Fue difícil pasar entre tanta gente, hasta que logramos acomodarnos en una de las mesas. Christian y Fernanda se fueron a bailar, y los demás nos sentamos a observar el intenso y acalorado panorama.

De pronto los reflectores apuntaron hacia una tarima, desde donde apareció una chica morena de cabello rizado, era esbelta y llevaba la parte de encima de un bikini y un short bastante corto. Estaba haciendo una especie de baile twerk, donde en todo caso, su trasero era el gran protagonista.

- Ella es Melisa, es una de las chicas más populares y ricas de la escuela, su padre es un importante funcionario de la ciudad y le da todo que Melisa pida -me dijo Mandy casi gritándome al oído por el fuerte ruido.

-Así que conté con suerte para llegar en este momento a la escuela, qué bueno que no me perdí su fiesta -bromeé y Mandy rió.

- Pues no estás del todo equivocada, esta es una de las fiestas más esperadas cada año, de seguro aquí está toda la escuela. ¡Hey, préstame una de esas botellas! -exclamó mientras se ponía de pié agarrando una botella de vodka de la bandeja de un mesero.

La puso sobre la mesa mientras David agarraba varios vasos y empezó a servirnos. Mandy me extendió su brazo con un vaso de vodka y una gran sonrisa-. Vanessa, ¡bienvenida a Los Ángeles! -exclamó.










El socio de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora