1 BruHal

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De principio no estaban seguros de aquella relación, con personalidades contrarias y constantes choques de diferencia realmente eran una pareja extraña.

Después de sobrellevar todo eso y que el amargado de Batman aceptara salir, ahora eran una pareja estable, con peleas y diferencias pero una buena pareja.

Aquella navidad dejarían a los chicos al cuidado de Alfred, mientras ellos salían, darían un corto paseo por una plaza, pasarían a un restaurante caro a cenar juntos y a la mañana siguiente tendrían un desayuno familiar, todo estaba fríamente calculado para Bruce, pero claro, al tener a Hal Jordan de pareja no todo salía como planeaba.

-Hal tenemos que salir ahora -Dijo Bruce desde la entrada al cuarto ya estando completamente arreglado.
-Eh, si un segundo -Hal salió corriendo al baño azotando la puerta para después abrirla y asomarse apenas un poco- ¿Qué no la reservación es hasta las 9? Aún quedan 3 horas para eso.

Bruce soltó un suspiro, sabía que podrían atrasarse en salir, lo que no espero es que el piloto apenas se fuera a preparar, ya estaba dentro duchándose así que se acerco hasta la puerta para seguir hablando.

-Habías dicho querer ver los grandes arboles en alguna plaza, y la reservación no es en Gotham, será un viaje de hora y media.
-¡Debiste haberlo dicho antes! -casi grito el castaño al salir del baño con solo una toalla, comenzando a vestirse.
-Lo dije y te lo repetí esta mañana.
-Oh -fue lo único que salió de sus labios y continuo arreglándose.

Al final terminaron saliendo media hora tarde, un viaje en auto en la que solo sonaba música escogida por Hal, cada tanto comentaba algo que le era respondido.

Al llegar a la plaza el lugar estaba completamente adornando, luces, música y el gran árbol decorado con todo tipo de adornos, justo en el centro del lugar, ambos visitaron algunos locales y a petición de Hal se tomaron fotos frente al árbol y algunas exhibiciones.

Mientras posaban en una de sus fotos se escucharon gritos de fondo, ambos héroes se pusieron en alerta notando como a lo lejos corrían montones de personas asustadas, alejándose de la multitud Hal se puso su anillo descubriendo que Bruce ya no se encontraba con él, por lo que se dirigió a la fuente del problema.

-Vamos linterna -le dijo Batman estando ya corriendo a un lado de él.
-Si claro, así es como quería pasar mi navidad, persiguiendo a personas armadas, junto al nada cariñoso Batman -refunfuñaba el linterna al detener a algunos de los asaltantes, mientras Batman seguía a otro grupo a lo lejos.
-No te quejes, terminemos esto y vamos a cenar -utilizando uno de sus ganchos golpeo e inmovilizo a otro grupo.
-Lo vez, gruñón, hasta hace poco eras menos mandón -juntaron a ambos grupos y linterna los dejo cerca de una estación.

Hal espero a que Bruce pasara por él en el auto, para ese momento ya estaba nevando, cubriendo las calles con una ligera capa blanca, el auto negro se detuvo frente a él, y al instante subió frotaba sus manos intentando entrar en calor, pero el empresario sujeto sus manos, echando de su caliente aliento y frotándolas dejando anonadado al castaño por su repentina y tierna acción.

-Ahora si, a cenar.

Se dirigió directo al restaurante llegando apenas unos minutos tarde, pero lo justo para no perder la reservación, el lugar era demasiado lujoso, pero aún así estaba adornado para la época, ya en sus lugares, y con todo servido se dispusieron a comer en una amena y tranquila platica, ya habiendo terminado incluido el postre, el murciélago rebusco entre sus bolsillos, el piloto supuso que sacaría su cartera.

-Aquí tienes -dijo Bruce al poner una pequeña caja adornada sobre la mesa.
-Deberías intentar ser más cariñoso -se burlo el piloto- algo como "mira lo que tengo para ti cariño" -al igual que Bruce coloco una pequeña caja frente al ojiazul.

Al mismo tiempo abrieron los regalos, Hal recibiendo un reloj de marca con su nombre grabado en la parte de atrás, y Bruce unas mancuernillas con una forma parecida al logo de Batman.

-Gracias -dijo Bruce mostrando una leve pero sincera sonrisa.
-Gracias a ti, ahora esto es lo más caro de todas mis pertenencias -ambos soltaron una risa siendo más notoria la de Hal- pero realmente me gusta.
-Salgamos y demos un paseo antes de volver -se levando del asiento siendo seguido por el castaño.
-Si, será bueno tranquilizarnos antes de volver a un campo de guerra -comento entre risas el linterna, aunque internamente ambos esperaban sus chicos no hayan destruido la mansión en su ausencia.

Caminaron bastante pegados, agustos de su cercanía, por un parque algo vacío iluminado por las lámparas mientras a su alrededor seguía nevando, no se preocuparon de que algún curioso los viera, ni pensaron en los chicos, solo disfrutaron de la presencia del otro.

Navidad de murciélagos Where stories live. Discover now