4 RasTim

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  En días navideños Tim suele pasarla en la mansión junto a Bruce, Alfred y Damian, en ocasiones llegan a aparecer Dick y muy pocas Jason, pero siempre esta con su familia.

  Excepto por esa navidad en la que se podía considerar secuestrado; Su día inicio normal, al despertar fue a la cocina por su taza de café, solo que al entrar no se encontraba Alfred en su lugar estaba Damian que se notaba algo indeciso.

  —¿Qué haces ahí demonio? ¿Y que tramas? —el menor lo miro con enojo pero él solo se dedico a preparar su preciado café.
  —Sabes que odio ser un mensajero —dijo acercándose a él— pero el abuelo quiere que confirmes tu asistencia esta noche.

  De alguna forma se lo esperaba cuando dijo lo primero, hace semanas que Ra's le había enviado una carta pidiéndole que pasaran su primera navidad juntos, algo extraño no esperaba que el mayor fuera de esa forma, pero lo rechazo al tener esa costumbre de estar con su familia.

  —No iré —fue su respuesta, sin ninguna duda.
  —Ya veo —ya teniendo confianza con el menor no espero sentir un piquete en su cuello, al instante se alejo pero empezó a ver borroso— en parte lo siento pero fue una petición.

  No pudo articular palabra y estuvo por caer al suelo pero fue detenido por el menor que lo alcanzo a sujetar y eso era lo ultimo que recordaba, al despertar se encontraba en esa mullida cama perteneciente al demonio mayor.

  —Veo que has despertado —dijo Ra's al entrar y verlo.
  —Veo que no aceptas un no por respuesta —menciono el menor sentándose al borde de la cama—¿Puedo saber como explicaras mi desaparición a Bruce?
  —Mi nieto lo arreglara, no hay de que preocuparse.

  Realmente no sabía si el amor que le profesaba le hacía hacer esas cosas o si siempre fue así, pero resignado a que no llegaría a tiempo para la cena familiar decidió continuar con lo que fuera a pasar.

  —¿Y como celebran navidad los asesinos? —la pregunta fue casi en broma pero si que tenia curiosidad de que era lo que harían.
  —Por esta ocasión solo será una cena, mi joven detective, tengo entendido la cena es algo especial, ¿Qué deseas?
  —Diría algo hecho por Alfred… — se detuvo al considerar que el mayor seria capaz de traer al británico, así que lo considero— pero cualquier cosa esta bien si hay postre y café.
  —Como pidas —hizo una seña a alguna dirección para después salir del cuarto siendo seguido por Tim.

  Llegaron a un salón amplio, dentro solo había una mesa mediamente grande para los dos, en esta ya se hallaba la vajilla, también había un pequeño pino, adornado solo con cintas, junto a una chimenea encendida, por los grandes ventanales se podía apreciar la nieve al caer, era un ambiente poco hogareño, pero extrañamente cómodo para el vigilante.

  —Supongo no es a como estas acostumbrado —guio al menor a la mesa y lo ayudo a acomodarse para después sentarse frente a él— pero espero lo disfrutes.
  —De hecho es cómodo —relajándose en su asiento le regalo una radiante sonrisa al mayor.

  Una seña más del Demonio y los sirvientes ya estaban sirviendo la cena, en silencio la comieron ya que  de esa forma suelen pasarla en esos momentos, degustando y disfrutando de la comida, así hasta la hora del postre momento en que retoman las palabras.

  —¿Fue de tu agrado? —pregunto el mayor mientras le era servido el te.
  —Estuvo delicioso —respondió mientras escogía una revenada de pastel de las que se le ofrecían.
  —Te tengo un presente —al hacer otra seña uno de los sirvientes acerco una cajita que Tim tomo en manos.
  —Oh gracias —dijo mientras quitaba el listón que envolvía la pequeña caja negra— pero lo que sea esto no hara que olvide que me secuestraste e involucraste a Dami.
  —Me alegra saber que aprecies a mi nieto, y por supuesto sería preferible que no lo olvides, de esa forma recordaras que no acepto negativas.

  Tim retiro la tapa asombrándose al ver un anillo en su interior, con un leve temblor en la mano lo saco del empaque apreciando los detalles, un anillo de oro con unos dragones gemelos, no era tan ostentoso y de no ser por el material de que estaba hecho podía pasar algo desapercibido.

  —Esto es… —no tenía palabras, ese era un obsequio por demás impresionante.
  —Aquí —estirándose apenas un poco con una mano sujeto el anillo y con la otra tomo la derecha del menor— nunca dudes de mi —coloco el anillo en su dedo pulgar.

  Esa acción y palabras habían dejado al menor por demás avergonzado, el demonio acerco la mano que aún sujetabas hasta su rostro depositando un suave beso en sus nudillos, ahora Tim estaba más ruborizado.

  Su primera navidad con Ra's Al Ghul no solo había sido extraña y repentina, sino que también lo había dejado sin palabras, ahora entrada la noche, solo en la habitación que prepararon para él admiraba el anillo en su pulgar, estando en ese lugar solo podía significar amor y devoción, algo que el mayor podía cumplir.

Navidad de murciélagos Where stories live. Discover now