τρία

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Capítulo 3.

A los dioses se les tenía que adorar, sobre todo al estar en una relación, se les rezaba, veneraba e incluso se les ofrecía tributo de cualquier manera, esto dependía a que se dedicaba el dios.

La respuesta de que le tenía que ofrecer a Taehyung era más que obvia, aunque él hubiera rechazado pasar la noche en su cama, estaba seguro que de una u otra manera terminaría haciéndolo.

Caminaron en silencio por las oscuras calles de Seúl buscando el edificio de Taehyung, ninguno hablaba, pero tampoco era necesario.
Sintió la mano de él rozar con la suya y la retiro de inmediato abrazando su extremidad, casi seguro de que había escuchado al menor reírse en un susurro.

Subieron unos cuantos pisos en el elevador -para ser exactos fueron seis- Hoseok tenía la mirada perdida en los botones intentando mantenerse cuerdo a sí mismo. Ahora no podría escapar.

— Reitero que no te obligaré a nada. — Al llegar a su piso, camino delante suya abriendo la puerta con un código, teniendo la caballerosidad de cederle el paso a él, causando un ligero color rosa en sus mejillas. Se sentó en alguno de los bancos de la encimera recargando su rostro en su mano.

— ¿Cenaste? — Pregunto Taehyung descolocando el largo abrigo de sus hombros.

— Nunca ceno. — Respondió con sinceridad, era algo innecesario en la rutina del delgado pelirrojo.

— ¿Quieres algo en especial? — Tomo asiento frente suya, intentando intimidarlo, lo cual, logró.

— Pizza está bien. — Le sonrió y tomo el teléfono.

— ¿Bebes algo? — Se acercó al refrigerador inspeccionándolo esperando su respuesta. Pensó dos veces antes de decir la respuesta, pensaba que si lo hacían mientras Hoseok no estaba en sus cinco sentidos sería más fácil olvidarlo después.

— Cerveza estará bien. — Era el alcohol que causaba más impacto en él, por lo tanto, su menos favorito. El acerco un six pack a la encimera diciéndole que tomara cuantas pudiera soportar.

Al terminar la tercera pizza y la quinta cerveza se sentía a reventar, añadiendo que el mareo ya se hacía presente.

— ¿Estás bien? — Taehyung le puso la mano en el hombro intentando ayudarlo.

— Sí, estoy súper bien. — Se dejó caer de espaldas teniendo la certeza de que el castaño lo atraparía sin pensarlo dos veces.

— Wow, cuidado pequeño—. Lo tomo de los huecos de las axilas causando unos estremecimientos por las cosquillas. Lo acostó en una cama tamaño matrimonial mirándolo desde arriba con preocupación.

Hoseok era el clásico borracho que comenzaba a sentir que las manos le picaban y la necesidad de exhibirse era muchísima. Al estar en la cama del todavía desconocido, comenzó a acariciarse por encima de la ropa soltando pequeños gemidos.

Taehyung lo miraba atento, pensando en su siguiente movimiento, por más que intentaba sacarle la mirada de encima le era imposible, el mayor se retorcía ante sus mismas manos encorvando la espalda.

— Por favor Tae. — Suspiro en un jadeo. El susodicho exhaló con fuerza apretando la quijada

<<Él no recordará nada>>.

Ese pensamiento desecho la idea de tomarlo esa noche, le beso la frente y cerró la puerta colocando el seguro. Esperando que Hoseok estuviera consciente cuando le ofreciera su cuerpo. Escucho un grito reclamando su presencia, pero lo ignoro caminando a la sala.

Era su primera vez en un caso así, él no podía simplemente poner las manos sobre él, si bien, esta era la manera de rendirles tributo a los dioses de su tipo, no lo quería así.

Eρως  [Eros].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora