Capitulo 22 "Let me Love You" -Ne-Yo

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El mes de diciembre estaba siendo una locura. Lauren tenía muchísimo trabajo en el despacho y cada día, Lucy y ella acababan tardísimo. Algún día incluso Sofía estuvo con ellas allí. Se ponía en otra mesa, que Lucy tenía en su despacho, y trabajaba en sus traducciones, para así poder estar más tiempo juntas. En la gestoría las cosas no iban mucho mejor. Camila y David no paraban de tener reuniones y preparar documentación que se tenían que presentar antes de que acabara el año.

Cuando podían, hablaban un rato por teléfono pero les estaba siendo imposible verse. Camila dedicaba los fines de semana a su familia para compensar todas las tardes que Sandra, la mujer de David, tenía que ir a recoger a sus hijos y llevarlos a su casa hasta que ella llegara. Además se había propuesto cuidarse y descansar, y ver a Lauren no era la actividad más sosegada.

−El viernes encienden el alumbrado en el ayuntamiento y voy a ir con los niños. Lo hacemos cada año y esta mañana Cameron ya se ha encargado de recordármelo.

−No lo he visto nunca. Por estas fechas siempre estaba en Madrid.

−Podríamos encontrarnos allí, por casualidad.

−Me encantaría –dijo, mientras miraba fotos de Camila en el móvil. En ese momento abrió la puerta David.

−Cariño, ¿bajamos a tomar un café?

−En dos minutos −dijo Camila dirigiéndose a su primo.

¿Cariño?, pero ¿quién le decía cariño en el despacho? ¿Sería el guaperas con el que la vio aquel día en la calle? Había querido preguntarle muchas veces a ella sobre aquel desconocido, pero nunca encontró el momento. Cuando la veía no recordaba a ningún hombre, ni ser humano.

−Te dejo, me voy a tomar un café.

−Entonces, ¿quedamos el viernes?

−Perfecto. Un beso

−Mil. −Y colgó el teléfono.

El viernes por la tarde, Sofía y Camila paseaban por la plaza del ayuntamiento con los niños.

−Kaki, cada día estás más guapa. ¡Ay! El amor −le susurró al oído para que los niños no la oyeran.

−Quita, tonta –le dijo, empujándola mientras las dos reían.

Era verdad. Camila se sentía bien. A pesar del trabajo, estaba contenta, reía y notaba que tenía mucha energía.

Iba con unas botas de caña negras sin tacón y un poncho negro que había comprado en Londres, que llevaba un cinturón de piel que se veía solamente por la parte de delante, saliendo de dos aperturas laterales. Se había puesto una boina en crudo a la que ella sabía sacarle partido. Siempre había tenido mucho estilo y la ilusión que ahora sentía, se le notaba hasta en su cara que estaba iluminada a pesar de que llevaba muy poco maquillaje.

−¡Pero qué casualidad! −gritaron las dos al ver a Lauren y Lucy.

Los niños saludaron sonrientes a las amigas de su madre y de su tía, que ahora se habían incorporado al grupo.

Cuando encendieron las luces el grupo fue todo un cruce de miradas. Los niños contemplaban las luces, las hermanas gritaban y miraban a los niños, mientras Lucy y Lauren disfrutaban emocionadas viendo a sus chicas.

−Madrina, tengo sed −dijo Cameron.

−¡Vamos campeón! −dijo Sofía mientras le daba la mano−. Lucy, ¿nos acompañas?

Y empezaron a caminar entre la gente. Cameron delante, Sofía cogiéndole por los hombros y Lucy abrazándola a ella.

Camila tenía a Luna cogida por los brazos y de vez en cuando se giraba para ver a Lauren.

Pasión e Ilusión ¡CAMREN!Where stories live. Discover now