𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐆𝐚𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐂𝐞𝐥𝐨 [Miraculous Ladybug] [+18]

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Maldecía internamente aquel celo, primero, causaba que su desespero crezca a tal punto que consodero seriamente empezar a prostituirse, después toda la escuela parece haberlo visto besando a una chica, y no cualquier chica, Kagami, una chica que habia conocido hace poco, y en la puerta de la escuela, de suguro todos pensaban que era una especie de exhibicionista. Y para rematar no pudo dejar de ver a la profesora, y no precisamente su cara. Sin su chaqueta blanca podía apreciar mucho mejor aquellas curvas ajustadas a la blusa.

— No se como de la noche a la mañana te pudo empezar a gustar la maestra. — le susurro Nino.

Aquel joven rubio al verse descubierto amre su amigo se sonrojo y horrorozado exclamó. — No me gusta la maestra, que tienes en la cabeza. — Falso, o bueno, medianamente falso. ¿Qué acaso perder a su madre le trajo alguna especie de atracción por señoras?

— Más bien que tienes tu en la cabeza. — Nino sentía que ya no reconpocia a su amigo, siempre habia sido deseado, por todas las chicas de hecho, pero ahora el parecia un abbejorro rodeando cada flor que se le cruze.

No entendió aquella frase y le dirigió una mirada de confusión total.

— No con la cabeza de arriba imbécil mira tu otra cabeza, esa esta gritando tu gusto por la maestra.

« Mierda, mierda, y cinco quintales más de mierda »

— Ve al baño... echate agua fría. Por favor no recurras a la masturbacion.

« Eso no pensabas en mi sueño... »

— ¿Qué sueño imbécil? ¿Sueñas conmigo especie de psicopata?

« Primeramente debo dejar de pensar en voz alta y segundo debo dejar de parecer tan homosexual. »

— ¿Pero de que hablas? El único sueño que he tenido contigo fue en donde éramos narcotraficantes y huiamos hacia Madagascar. — le declaró, en realidad si había tenido se sueño por lo que se salvo el pellejo en ese momento.

— Tu últimamente no estás nada bien de la cabeza.

— Qué te jodan. Que tenga una buena imaginación no afecta a nadie.

—Como digas, solo evita soñarme de esa forma, es decir, como un traficante que huye del país.

« Y eso que no sabes del otro sueño. »

— Cómo digas tío, no controlo mis sueños.

— Pues empieza a decirle a tu cerebro que deje de producir esos escenarios en tu cabeza.