la epítome del arte

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Narra Jeonghan


Mis botas resuenan en el suelo del taller, que huele a pintura y polvo.

Me quito el abrigo y lo dejo en la percha de madera con mucha suavidad; me da miedo tocar más de lo necesario.

Jisoo, como he descubierto que se llama, me mira con una pequeña sonrisa.

-Siéntete como en tu casa- dice quitándose su característica bufanda, sin dejar de hacer que sus característicos colmillos centelleen gracias a su sonrisa.

Camino hacia el centro de la habitación, y mi mirada se encuentra con un busto que, sin duda posible, soy yo.

Se me entreabren los labios en sorpresa.

-Soy...yo- digo con la voz entrecortada.

-Lo eres- camina hacia mi con las manos en los bolsillos.

Alargo la mano hacia mi rostro, esculpido en piedra y lo acaricio.

-Me has esculpido más guapo de lo que soy en realidad- susurro sin ser capaz de atreverme a mirarle a los ojos.

Me mira muy sorprendido y se pone serio.

Apoya sus manos en mis mejillas, y conecta sus ojos con los míos.

-Jeonghan, esa cosa de piedra no te hace justicia- dice mirándome muy serio.

Entonces cierra los ojos con fuerza y suspira; en sus labios entreabiertos, escucho una respiración entrecortada.

-Me gustas-murmura y aprieta aún más los labios y los ojos.

Le miro sorprendido.

-¿Qué haces?- pregunto con dulzura.

-Esperar a que me rechaces, a que me rompas el corazón.- susurra sin abrir los ojos ni un ápice- estoy seguro de que, si prestas atención, lo podrías escuchar partirse en pedacitos.- traga saliva bruscamente.

Pero yo no quiero escuchar su corazón romperse; yo quiero sentirlo vibrar acelerado contra el mío; así que, cierro mis ojos y mis labios se atreven a rozar los suyos.

masterpiece // jihanWhere stories live. Discover now