Capitulo uno: La menta es dulce con la luna

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¿Es acaso que la brisa siempre ha sido así de fresca en el monte de Greengrass?, puede ser que hoy una fruta sabe así de dulce por el tiempo que he pasado sin probarla, ya que, quizás solo es un amargo recuerdo el que nubla mis sentidos y memorias; incluso el pensar en ello me deja un amargo sabor en la lengua que me hace querer rasparla hasta que desaparezca, pero no es más que una ilusión del pasado, puesto que mi boca ahora sabe a fresa, tan jugosa que la acabo derramando por la comisura de los labios cuando la intento morder. Estoy tan agotada de correr, esconderme y volver a escapar.

Las espinas del alma

El mundo ha sido tan grande para mí, un reto a cada día que pasa, una tortura en noches de invierno y un martirio en las sequias de verano, pero, también están las épocas de otoño y primavera, que traen mis comidas favoritas, y los olores que más me gusta sentir, que me cosquillean en mi nariz y me hacen temblar de emoción.

Siempre estuve sola, aún rodeada de tantas criaturas como yo, pero asi somos nosotros, una vida sin necesidad de compañía. Pero no se engañen, no quiero decir que me moleste siempre estar con alguien más, siempre hay amigos con quienes salir por comida, que te ayuden a sacar la manzana más alta o el tenebrio más oculto de la tierra, que te ofrezcan una mano en la adversidad sin esperar un pago por ello. Recuerdo haber escuchado a mi hermano decir algo sobre ello antes de verlo partir hacia Shadowtree en la noche de la luna llena, él había dicho que era nuestra naturaleza el querer la soledad, pero tal vez es porque no hemos experimentado el vivir de otra forma, y que las generaciones nos han criado así, alejados de los demás; mi pequeña hermana había dicho que era por otra razón, que nuestras espinas nos hacían alejarnos de los demás, que teníamos miedo de dañar a alguien con ellas, que nuestro corazón se escudaba con ideas raras para no aceptar la verdad, que nuestra mente nos decía que "solos es mejor". Era una pequeña muy curiosa, parecía ser la más madura de la familia, aún más que mamá.

Los duendes erizos hemos sido muy cautelosos siempre, pero también fieros cazadores cuando nos lo proponíamos, unos aventureros por naturaleza, siempre buscando el conseguir nuevas sensaciones, nuevos olores y sabores. Oh, ¿No había mencionado qué soy un duende?, tal vez debería haber comenzado con eso, aunque no soy como me estas imaginando ahora, no tengo un sombrero en punta, un traje verde ni una larga pipa para fumar. Aunque si te digo que soy un duende erizo, tampoco es que mi cuerpo este lleno de pelos y espinas, solo desde mi cabeza hasta la espalda, y mi rozada piel cubierta de mis ropas grises. Soy una "sal y pimienta", así que mis púas son negras y blancas, lo que me es útil cuando quiero escapar para comer algo delicioso.

Recuerdo que una noche, cálida por el verano sobre nosotros, mis pies tocaban con cuidado los espacios entre las hojas caídas y secas, nuestra visión es muy mala de día o de noche, por lo que nos guiamos por el olfato y el oído, los cuales tenía muy atentos, ya que en Greengrass, mucho cuidado nunca es suficiente, más cuando es de noche y las lechuzas buscan con que alimentar a sus crías. Una gran planta de menta se erigía bajo un árbol, a unas dos horas de distancia, pero quería esas hojas, eran una adicción que tenía, pero tendría que esta vez ir sola, ya que, mi hermano se había ido hace semanas, no sabíamos nada de él, y mi hermana era muy pequeña aún para salir en estas expediciones, mamá se había ido cerca de dos meses luego de nacer mi hermana. Es raro que haya nacido solo ella, solo una hija de blancas púas, pero lo que le falta de fuerza y coordinación, lo compensa con su cálida sonrisa. Incluso mis amigos me visitan más seguido cuando está ella en la madriguera, me hace sentir celosa, pero también aliviada, ya que Ulises y Rebecca están ahora con ella, cuidando que nadie la pueda tocar, quizás deba conseguir algo de fresca fruta para darles las gracias, Rebecca agradecería mucho unas vayas secas o semillas caídas de los árboles.

Las espinas del almaWhere stories live. Discover now