dos

2.5K 156 83
                                    

Carla Cavalieri

Mi día al lado de mi hermana había sido muy bueno, con su novio me cuidaban como si fuera su hija y aunque fuera raro también me hacía sentir mimada. Si yo quería algo Paulo se encargaba de conseguirlo sin protestar. Su presencia no me incomodaba, era alguien callado y parecía ser un tipo bastante serio, cosa que me sorprendía un poco porque con Antonella no tenían ni personalidades parecidas.

Todo iba muy bien hasta que llegó la hora de dormir y cada uno se dispuso a ir a su cuarto, yo había estado tranquilamente con mi celular revisando mis redes sociales pero unos gritos por parte de Antonella me hicieron dejar de mirar el celular y prestar atención a lo que pasaba. No creía que el novio la estuviera maltratando sabiendo que yo recién llegaba a casa y que podía hablar de eso.

Un poco temerosa me levanté de la cama y desenchufe el cargador del celular que había conectado porque casi no tenía batería, por si llegaba a necesitar llamar a la Policía aunque no tenía ni idea de cual era el número. Salí del cuarto descalza para no hacer ruido y camine hasta dónde se escuchaban los gritos, parandome en la puerta del cuarto de la pareja.

La puerta estaba entreabierta y bastó empujarla un poco más para poder ver algo que me había dejado helada, me sentí la peor hermana del mundo por estar viendo como tenía relaciones sexuales con su novio y lo peor era que no podia despegar mis ojos de aquella escena. En la oscuridad de la noche sólo podía ver la espalda de Paulo ya que su cuerpo estaba cubierto por las sábanas de la cintura para abajo y a mi hermana no podia verla, solamente visualizaba a su novio.

Mi celular sonó indicandome que estaba por apagarse y mientras intentaba sacarle el sonido pude ver como Paulo se giraba para verme del otro lado de la puerta en la oscuridad. Sintiendo la peor vergüenza de la vida me aleje del cuarto y recorrí el largo pasillo hasta llegar a la cocina. Busqué agua en la heladera porque la situación me había puesto nerviosa y sudaba de la adrenalina que sentía cuando el novio de mi hermana me vio.

Me quedé en la cocina por varios minutos tomando agua y pensando en lo que había pasado mientras caminaba de un lado a otro estando en pijama. Justo cuando voltee para volver al cuarto choque con alguien y me asusté, corriendome para atrás y tapando mi rostro con mis manos. Una risa me hizo sacar mis manos de mi cara y me encontré con Paulo de pie a tan sólo unos metros de mi, cabe decir que estaba sin remera y solamente vestía un pantalón que parecía ser su pijama.

- ¿Qué haces acá? -pregunté poniendo una de mis manos sobre mi corazón por el susto que había tenido.

- ¿Yo no debería preguntar eso? -dijo mientras sacaba una botella de agua de la heladera para después darle un trago.

Me quedé embobada viendo su espalda desnuda y su pelo despeinado, había una tensión rara en el ambiente y probablemente era porque sabía que unos minutos antes había estado teniendo sexo con mi hermana, los había visto.

- Vine a tomar agua porque tenía sed. -respondí sintiendome la persona más idiota del mundo.

- Sé que nos viste.

- ¿Eh?

- Te vi espiandonos, pero no hay problema.

- Yo.. yo pensé que estaba pasando algo malo.

- Al contrario, la próxima se un poco más sigilosa. -murmuró sonriendome para después comenzar a irse de la cocina.

¿Qué carajos había sido eso?

*****

A la mañana siguiente me desperté sintiendo como alguien saltaba en mi cama y movía mis brazos para que despertará. No necesité abrir los ojos al escuchar la voz chillona de Antonella decirme que me despertará porque ya era demasiado tarde y no era nada más que un vil engaño porque apenas eran las diez de la mañana.

Siempre solía despertarme de mal humor así que no le respondí nada y me levanté solamente para no tener que seguir escuchando su chillona voz. Ella salió de mi cuarto diciéndome que iría a comprar algo para desayunar y unos minutos después me dirigi a la cocina sin cambiarme, eso fue un grave error.

No tenía idea de que Paulo estaba en la cocina y quería morirme al darme cuenta de que me estaba viendo en ropa interior. Había olvidado por completo que no estaba en mi casa y el sueño sólo habia empeorado todo. Como pude me tape con mis manos y el novio de mi hermana comenzó a reírse de la situación mientras disfrutaba de su desayuno.

- Bonito color. -murmuró señalando mi ropa interior rosada.

- Perdón, no sabía que estabas. Que vergüenza. -dije tapando mi cara con mis manos.

- No tengas vergüenza, no es como si hubieras estado desnuda..

- No, pero siempre hago cosas que me dejan como una tarada.

Después de haber dicho eso iba a irme de la cocina para cambiarme pero las manos de Paulo me agarraron del brazo para que yo volteara y lo tuviera a tan sólo unos cuantos centímetros de mi cuerpo.

- Si es por lo de anoche, ya te dije que no hay ningún problema. Aparte nosotros te molestamos a vos.

- Vos podes hacer lo que quieras cuando quieras con Antonella porque es tu casa, yo no tengo derecho a estar viéndolos.

- Tenés razón, podrías estar en mi cama en vez de estar espiandonos. -murmuró poniendo sus manos en mis mejillas.

Iba a preguntarle que trataba de decir con eso pero fuimos interrumpidos por el sonido de la puerta siendo abierta por Antonella y nos separamos al instante, yo salí casi corriendo de la cocina para que mi hermana no me viera. Pensaría cualquier cosa si me veía vestida de esa forma enfrente de su novio.

No sabía por qué Paulo había dicho eso, era la hermana de su novia y me parecía muy estúpido que estuviera seduciendome. Aunque había cosas de él que me volvían loca y él comenzaba a notar eso.

Desearás al hombre de tu hermana {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora