Introducción parte 2: Una difícil convivencia

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—Bueno... vosotros os encargáis de coger la leña y hacer la hoguera, ¿verdad? Yo pongo la comida.

Todos los viajeros habían bajado ya del carro, y estaban esperando a un lado del camino a que volviera el gigante de recoger su arma. Sin embargo, el comentario del anciano no les sentó demasiado bien. Menos a Shivar, por supuesto, que iba a su bola.

—Ay, qué bien que pongas la comida... ¿pero al final tienes pingüino o no?

Ante la disonante jovialidad de Shivar, el joven del estoque y el de la cadena hicieron una mueca de desaprobación. Desde luego, la actitud positiva y enérgica del pálido chico no estaba sentando nada bien entre aquellos que tan sólo querían cruzar las montañas y seguir con su vida; y cuya compañía no supone nada más que un mero trámite.

El enorme espadachín había recuperado ya uno de sus mandobles, y estaba volviendo con el grupo... a un ritmo preocupantemente rápido. Tenía la mirada fija en Loran y la nariz hinchada, delatando sus intenciones. El comerciante empezó a acercarse preocupado a Shivar, buscando preventivamente protección.

Cuando estuvo a unos metros, desenvainó su segundo mandoble y emitió un gruñido sordo, dispuesto a solucionar la incomodidad de los viajeros a golpe de acero. Sin embargo, no fue Shivar quien lo detuvo.  El chico de la cadena estiró ambos brazos hacia el pecho del caballero para detenerle.

—Vamos, no merece la pena.

El espadachín detuvo la marcha, clavando la vista en el viajero que le había detenido.

—Vamos a intentar llegar enteros todos a nuestro destino y luego ya hazle lo que quieras...

—¡Ay, mai! ¡Ay, mai!

Loran, que estaba temiendo por su vida al ver a esa mole con claras intenciones asesinas, se escondió detrás del cuerpo de Shivar, que estaba intentando mantener la compostura mientras buscaba apoyo en sus compañeros.

Aunque el joven taciturno sí parecía querer frenar la batalla, el noble del estoque observaba desde la distancia con una expresión entre incredulidad y divertimento.

—Vamos a llegar todos enteros... pero ese me está sobrando: ¡sólo conduce, y encima de pena!

El caballero alzó uno de los mandobles apuntando al viejo. Shivar salió en defensa de Loran.

—Pero él lo hace MUY bien.

—¿¿Comerse todos y cada uno de los baches del camino es hacerlo muy bien??

—Hombre, ¡mira cómo está la carretera! Si no llega a ser por él no llegamos...

—Prefiero seguir a pie antes que seguir escuchándoos.

—¿Y perderte sus historias? La de su hija, que se llama Flor... que en realidad no me ha dicho su nombre, pero ha insistido mucho en que es muy guapa y seguro que se llama Flor. Porque Flor es un nombre muy bonito para una chica que...

Una vez más, el caballero bufó y le dedicó una mirada asesina (más, si cabe) al joven de ropas blancas.

—Bueno, ¿pero vais a hacer la hoguera o no?

El mercader salió de detrás de Shivar, intentando como pudo rebajar la tensión. Todos aguardaban la reacción del altísimo y esbelto espadachín. Siguió hablando, intentando distraerle con una breve negociación.

—Ya que os ahorráis bastante tiempo viajando en mi carro, qué mínimo que buscar algo de leña para pasar la noche...

—¡Perdona, pero ya es bastante pago defenderte de los peligros de la noche!—El chico de la cadena no pudo contener su indignación.

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⏰ Last updated: Dec 29, 2017 ⏰

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