Capítulo 9

1.5K 120 31
                                    

Me sentía siendo la mejor amiga de Grant, o la mejor amiga de Lisa. Y Grant es su novio. Lisa me ha invitado a ir al cine con ellos, porque soy su mejor amiga, y aunque estamos los tres juntos, sé que sobro. 

Pasan para mí unos interminables treinta minutos, que posiblemente hayan sido segundos. Lisa sigue abrazada a él, como una garrapata. 

Hasta que por fin es él quien se separa del abrazo. Lisa se ha olvidado totalmente de mi existencia. 

—¡Oh, Dios, Grant! ¡Qué sorpresa tan espléndida!—exclama ella, con cierto dramatismo que me hace poner los ojos en blanco. Le agarra la barbilla con la mano y comienza a repartirle besos en las mejillas afeitadas. Grant parece incómodo, pero no más que yo. 

Me aclaro la garganta, y por fin Lisa recuerda a quién vino a visitar y a quién no. 

Mis ojos marrones se cruzan con los verde esmeralda de ella. Lisa me sonríe. Mira a Grant y luego a mí, la tensión crece. Nos señala, insinuando tal vez, que somos pareja.

—¿Ustedes son...? —pregunta, con la ceja enarcada, penetrándome con su mirada, como si le debiera alguna explicación. Como si ella fuese mi madre y me hubiese pillado teniendo sexo con Grant en el sillón amueblado de nuestro cálido hogar. 

Sexo con Grant... sexo con...

¡Basta! Miro a Grant, él está observándome, tratando de comunicarse telepáticamente conmigo. Hace un leve gesto con la cabeza, dándome la palabra. Soy yo la que debo decir la mentira, y él me seguirá el hilo. 

Claro, no quiero que Lisa sepa que Grant está en mi apartamento porque yo deseo un hijo, y él puede ayudarme. Sólo cuatro personas deben saber sobre aquello: Carlos, Grant, yo... Y mi futuro hijo. 

Trago saliva fuerte. Hace muchísimo tiempo que no mentía. Me duele ser mentirosa. Me recuerda a tantas veces en que me tocó mentir, a mis amigos, compañeros, maestros... Todo por culpa de mis padres.

—Somos amigos...—digo, al fin. Lisa no queda satisfecha con mi respuesta, su ceño se frunce aún más.

—Nos conocimos en la sesión de masaje... Tenía un dolor de espalda terrible, y ella fue la asignada... Así nos conocimos—Grant me salva el pellejo. 

—Oh... ¿Y hace cuánto se conocen?

—Hace un año —replico velozmente, antes de que ocurra como en las películas, que ambos contestan algo opuesto al otro. Supuse que para ella sería sospechoso decirle que lo conocía desde ayer. Un completo desconocido en mi apartamento, solos, y embarrados de arina. Hasta yo me río mentalmente, ¿Qué estoy haciendo? Lisa se gira para mirar a Grant. 

—Yo lo conozco desde hace dos años, ¿Verdad, Granty? Nos conocimos en una empresa, cuando los libros de Granty comenzaron a ser furor... 

Grant asiente. 

¿Soy yo o lo que dijo sonó como una pelea? Como si tratara de competir conmigo por quién conoce más a Grant. Patético. ¿Hace cuánto no veo a Lisa? Porque no conocía esta faceta de ella.

Además, ¿Qué es eso de 'Granty'? Iugh. 

Tiene el cabello rubio recogido en un moño, como una azafata. Tiene unos tacones enormes y negras, más un traje de ejecutiva. 

—¿Qué hacían? —sus tacones retumban por todo mi apartamento. Lisa mira detenidamente la crema chantilly esparcida descuidadamente. La escruta con desdén. Yo cierro la puerta. 

—Un cheesecake... Apenas se está horneando, pero una vez listo solo le ponemos la crema y ya está.

Respondo con una sonrisa de oreja a oreja, para alivianar la tensión. Por el rabillo del ojo veo a Grant observándome, las manos en los bolsillos, sonriéndome. 

ViennaWhere stories live. Discover now