Academia Brooklyn

Capítulo 38

El auto se detiene y llevo mis manos al asiento para poder apoyarme y ver hacia afuera. El lugar está tan lleno de personas con cámaras, los flashes hacen su trabajo mientras las personas desfilan de un lado a otro.

Matt baja y me extiende la mano, la tomo de inmediata sólo por protocolo. En el momento en que mis pies tocan el suelo, todas las miradas se posan en nosotros, Matt me mira y sonríe y yo hago lo mismo con un toque de nerviosismo.

-Sonríe –murmura- relájate.

Escucho como varias personas nos llaman por nuestros nombres a medida que vamos pasando por la alfombra, intento mirar los rostros de esas personas que se encuentran separadas de nosotros por un listón. Matt me conduce tomado de mi mano hacia la entrada mientras mueve su mano en señal de salud, yo simplemente asiento sonriendo, aún abrumada por la cantidad de personas que al parecer nos conocen.

Un hombre bastante alto de traje nos indica el camino, seguimos este y llegamos a un lugar rodeado por periodistas, nos paramos dando la espalda a la pared que tiene el nombre de todas las academias invitadas mientras nos fotografían. Matt suelta mi mano pero luego pasa esta por mi cadera y me arrima a él, doy un respingo por la impresión pero rápidamente debo comenzar a sonreír con naturalidad. El mismo hombre nos da la indicación de salir y lo hacemos caminando a la par mientras escuchamos muchas preguntas acerca de la Academia, el evento e incluso nuestra vida personal.

Al llegar al final del pasillo me detengo de golpe haciendo que Matt se detenga mirándome con el ceño fruncido, sigue mi mirada y sus párpados también se abren al ver lo mismo que yo. Academia Brooklyn. Es el título del gran cartel que se despliega ante nosotros. La imagen es una foto de ambos de la última prueba antes de ser líderes, hay otras imágenes más de la misma presentación pero aparecen de fondo y un poco desenfocadas. Matt suelta una risa a mí a lado.

-Esto es magnífico –dice levantándome en brazos y cargándome -¡Míranos! –espeta y eso hago, miro del cartel a él y sonrío, no puedo evitar recordar con nostalgia aquellos días, tantas tardes de prácticas llenas de risas y bromas, con la única intención de mejorar nuestros días. Me desconcierta no entender estos cambios de Matt, por minutos parece que es mi amigo, el de siempre, pero luego pasa a actuar como el desconocido, ese que hiere.

-Lo es –aseguro y trato de volver a mi lugar.

-Tómate una foto –me pasa su teléfono y entre risas lo fotografío –Ahora tú –dice y yo niego con mi cabeza pero él me obliga a ir hasta allá y pararme así que no tengo otra opción que posar –Una sonrisa –dice después de varias fotos en las que sólo he mirado seria la cámara, niego con la cabeza y el ruedo sus ojos, comienza a hacer muecas con su cara y sé que he perdido esta batalla, pues inmediatamente comienzo a reír haciendo que Matt comience de nuevo a fotografiarme.

Comenzamos a caminar con fingida seriedad detrás de las personas, pues en realidad no podemos parar de mirar todo a nuestro alrededor. Pasamos unas puertas y llegamos a un gran salón espacioso, las personas tienen charlas animadas, beben, comen, se fotografían... Inspeccionamos el lugar deslumbrados por la atención, pues muchas personas se acercan a nosotros a felicitarnos, nos llaman por nuestros nombres, nos abrazan e incluso piden una foto con nosotros.

-Es una jodida locura –asegura Matt mientras alrededor de seis mujeres con vestimenta muy pronunciadas lo rodean para una foto.

-Si nunca antes has visto un par de pechos –le digo llamando su atención –Sí que es una jodida locura.

-Son seis pares de pechos –dice mostrándome seis dedos con sus manos, yo ruedo los ojos.

-Aquí están –dice una voz a mi espalda que yo reconozco muy bien.