Capítulo 1.

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13 años atrás:

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13 años atrás:

-Vamos a salir con la familia Kim -sonrió el padre de Lalisa, mientras ajustaba correctamente su reloj en su muñeca-. Ellos han sido muy amables al invitarnos a celebrar el cumpleaños de Jisoo, espero te portes bien.

La pequeña niña sonrió, mientras asentía con euforia, abrochando sus tenis, pensó que sería mejor usarlos al salir con Jisoo, a ambas les gustaba correr y jugar siempre, así que le era de mejor movilidad.

Así podía atrapar más rápido a Jisoo al correr juntas, podría abrazarla y oler el dulce aroma que desprendía su amiga.

-¡Papi, ya quiero ir! -una vez que terminó, tiró del brazo de su padre hasta la puerta de su casa- ¡Ya es hora!

-Está bien, cariño -rió, poniendo un suéter a su hija al mismo tiempo que abría la puerta-. Recuerda que...

-Me portaré bien, papi -interrumpió, quitando su suéter, enredándolo en su cintura-. Hace calor.

El señor Manoban negó sonriendo ante la actitud de su pequeña Lalisa. Ella siempre había sido sus ojos. Desde que su esposa murió en aquel trágico accidente automovilístico, trataba protegerla y cuidarla. Aunque, algunas noches, caía en el recuerdo de su amada, ahogando sus penas en el alcohol mientras Lisa dormía; evitaba a toda costa que lo viera en tal estado, no quería dañar a su princesa. Por ello, no veía siquiera el alcohol, para no caer en tentaciones.

-¿Vas a llevar tu pelota? -cuestionó, al ver como la niña botaba el objeto desesperada por irse, levantó su mirada, asintiendo en respuesta- Bien, vamos, se nos hace tarde.

Esa tarde del sábado, habían decidido festejar el cumpleaños número siete de Jisoo, en la playa, era fácil llegar, se encontraba a unas calles de sus casas. El clima favorecía la fecha importante, era cálido.

Tan hermosa vista se contemplaba cuando iban llegando al sitio acordado.

-¡Jichu! -corrió Lisa al ver a su amiga, dándose un fuerte abrazo- Felicidades.

-Gracias, Lisa -rió la mayor.

La familia saludó a Lalisa y a su padre; la menor entabló una corta conversación con la madre de Jisoo, hasta que la pequeña se desesperó.

-¡Ven! ¡Encontré un árbol muy grande! -exclamó muy emocionada Jisoo, tomó de la mano a Lisa, comenzando a correr, guiándola- Aquí, mira.

Lisa sonrió con ternura a su amiga, se acercó y acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja. La contraria rió, agradeciendo por el acto.

-Lisa -habló la mayor, con una sonrisa traviesa en su rostro-, ¡no me atrapas!

Entonces, corrió nuevamente con la mayor velocidad que sus cortas piernas lo permitían; por detrás, la menor la seguía, casi pisando sus talones, entre risas y risas.

-¡Te tengo! -posó con suavidad sus manos sobre los hombros de Jisoo- Eres rápida, después de todo.

-Un poco -respondió, con la respiración agitada, pero sin dejar su sonrisa-. ¿Vamos a jugar a mi casa?

-Sí, ¡me gusta ir a tu casa! Pero, ¿iremos solas? -ladeó su cabeza confundida, toda la familia de Jisoo estaba ahí, con el padre de Lisa.

-Sí, pero sin decir nada -rió, tomando de la mano a Lisa mientras caminaban juntas, para ir a jugar a su habitación, donde tenía muchos juguetes que ambas disfrutaban-. No se van a enterar que nos fuimos, ¡vamos!

Ninguna de las dos lo pensó mucho, simplemente se fueron sin previo aviso; no harían nada malo, además tenían la ventaja que vivían muy cerca.

Al llegar a casa de Jisoo, subieron a su habitación, como lo planeado; sacando juguetes, esparciéndolos sobre el frío suelo, poco les importaba eso. Lo importante era su diversión.

En tan solo un par de minutos, sonaban sus risas por toda la habitación, ¿cómo no hacerlo? Ambas estaban tan contentas, las dos niñas disfrutaban de la presencia de la contraría.

Los juguetes quedaron de lado, una vez que ambas estaban debajo de la sabana de la cama de Jisoo, sentadas con sus piernas cruzadas, platicando y jugando con dos pequeñas figuras de goma que estaban entre los dedos pulgares de cada una.

-Oh, así, Jichu -Lisa tomó la mano de la susodicha entre la suya, presionando suavemente sus dos pulgares, donde estaban aquellos objetos.

Ninguna dijo algo más, se quedaron en silencio, disfrutando de la suavidad de sus pequeñas manos; la calidez que sentían juntas era increíble, su amistad era tan fuerte, se complementaban tan bien. Se observaron a los ojos, sonriendo tímidamente.

-Creo que ya deberíamos volver -aclaró la mayor, quitó con cuidado la sabana sobre sus cabezas, comenzaron a recoger el desastre con ayuda de Lisa.

Una vez todo en orden, decidieron volver. Sin ser vistas, caminaron hasta el árbol donde anteriormente estaban. Lisa tomó la pelota que había dejado olvidada.

-Subamos el árb... -gritos fueron los que interrumpieron a la menor.

Las dos menores se observaron confundidas y a la vez asustadas; de inmediato, corrieron hasta donde provenían aquellos sonidos.

-¡He dicho que no me toques! -era la voz del papá de Lisa.

-¡Pero si has estado maldiciendo a mi familia! -ahora hablaba el papá de Jisoo- ¡Eso si no lo permito!

Cuando llegaron a la escena, vieron que ambos padres estaban de pie, empujándose mutuamente, sobre todo el de la pequeña tailandesa, quién no dejaba de empujar los hombros del otro.

-¿Qué pasa con tu papá? -murmuró Jisoo, abrazando el brazo de Lisa- Me da miedo.

Lo logró comprender, o al menos eso penso, su padre estaba bebiendo alcohol. Ahora su estado de ebriedad era del peor, ocasionando indiferencias con la familia de Jisoo.

El señor Manoban había querido evitar beber aquellas cervezas que el señor Kim le ofreció, pero esté último le insistió, hasta que tuvo que ceder, pero se había salido de control.

Lisa corrió hasta su padre, abrazándolo y empujando lejos del contrario, no sabía de donde había sacado tal fuerza, pero el hecho de que estuviera borracho, había ayudado a que estuviera más débil.

-Idiotas -gruñó su padre-. Nos vamos, Lalisa.

-Pero, pap...

-¡Dije nos vamos! -gritó furioso, haciendo que Lisa se sintiera diminuta a su lado.

Sin que nadie lo evitará, se alejaron los dos, rumbó a su casa. Lisa dio un vistazo rápido a sus espaldas, logrando ver a Jisoo preocupada y asustada abrazando a su papá, mientras veía como se alejaban.

-Papá, ¿Lisa estará bien? -cuestionó la pequeña.

-Sí, no te preocupes por eso, cariño -respondió, besando su frente.

Pero en realidad, el señor Kim no sabía que podría pasar.

Jisoo se sentía mal por lo recién ocurrido, su ánimo cambio drasticamente el resto de su cumpleaños.

Blue Neighbourhood || lisoo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora