LXXI

5.9K 732 31
                                    

Sólo vine a la fiesta porque estaba jodidamente aburrido en casa y por la insistencia de mis compañeros de clase. Aunque aquí me estaba sintiendo igual o peor. Estaba en un rincón sin  ganas de querer hablar con alguien o jugar unos de esos juegos donde terminas besando a la persona menos pensada. La música tampoco ayudaba, era una basura.

Bebo de un sorbo el poco de cerveza que aún quedaba en mi vaso. Iría por otro trago. No había nada mejor que hacer.

Dejo mi apartado sitio. Casi arrastraba los pies. Voy esquivando a los que se cruzan conmigo.

Cuando estoy a poca distancia de la mesa de bebidas me detengo en seco cuando noto cerca a Sunhee. Quiero desaparece de esta fiesta con un chasquidos de dedos este este instante. ¿Dónde estaba el mago Merlín cuando se le necesitaba? Ni siquiera creía en magos, pero creería en uno y le agradecería eternamente si me desaparecia. 

La muchacha luce algo perdida. Gira la cabeza en todas las direcciones posibles. ¿Qué hacía ella aquí?, no esperaba verla, si hubiera sabido que venía ninguna luz de mi existencia estaría en esta desastrosa fiesta. Estoy dispuesto a cambiar mi destino para no tener que enfrentarla pero sus ojos caen en los míos sin darme chance de huir. Ahora tenía que actuar con normalidad.

Actuar con normalidad. Podía hacerlo. Era Min Yoongi, podía lograrlo.

Doy un corto respiro, valiente me acerco. Esperando que no hubiera aparecido de pronto mágicamente en mi frente un cartel delatandome, poniendo en descubierto mi secreto. Sería obra del mago Berlín. Sería un castigo por negarme a creer en su existencia. Me lo merecía. 

¿Qué tonterías estaba pensando? Me golpeo mentalmente. 

Sunhee estaba esperándome con una sonrisa preciosa en la cara. Rayos.

—Hola, Yoongi —saluda elevando un poco la voz debido que la música resuena muy por encima de cualquier voz humana—. No pensé verte aquí. Que sorpresa. Todo es muy ruidoso —añade acercándose un poco. 

—Hola —digo devolviéndole el saludo—. Es una sorpresa —afirmo. Si que lo era.

—¿Estás pasando un buen rato? —pregunta curiosa

—Lo intento —respondo.

—También estoy intentando divertirme —se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja—. No te agradecí por tu ayuda la última vez —recuerda apenada—. Me ayudaste de nuevo y no he tenido la ocasión de regresarte ningún favor, ni siquiera te agradecí correctamente. Muchas gracias.

No tenía nada que agradecerme. Fui el culpable del ataque que sufrió.

—No te preocupes, estoy bien con saber que no sucedió nada grave contigo —apenas puedo decir.

Me regala otra de sus bonitas sonrisas.

—Gracias de nuevo —insiste en hacerme llegar sus agradecimientos—. Bueno tengo que dejarte, estoy buscando a mi amiga, no sé donde fue—se excusa—. Debes conocerla. Habla con todo el mundo en la escuela. Sung Yein, ¿La has visto de casualidad?

—Sé quien es Yein, pero no la vi por aquí—solo te he visto a ti, pienso.

Se lamenta escuchando mi respuesta. Hace un puchero.

—Bien, tendré que seguir buscándola. Esa chica siempre me hace buscarla, me descuido un momento y desaparece —se queja—. Quizá nos volvemos a ver luego —dice antes de marcharse y escuchar otra monótona respuesta de mi parte.

Ni siquiera fui capaz de tener una conversación decente. Era un tonto.

Debí ofrecerme acompañarla hasta que encontrará a su chillona amiga. Era un tonto.

Sigo platónicamente su andar, no podía dejar de mirarla. Sunhee se detiene y saca de su pequeña cartera subcelular para ponerse a interactuar en este. En ese mismo instante dos chicos ocupan lugar en mi lado izquierdo.

Ni se percatan que estoy cerca.

—Ella es —dice uno de ellos—. Sunhee, ¿No?

Mi atención va hacia su conversación cuando su nombre fue pronunciado.

—Sí, es ella —le confirma el alto—. Si logras darle un beso, mi nuevo juego de playstation es tuyo. Ni siquiera llevo jugando cinco días —ofrece. 

—Lo conseguiré —asegura confiado en lograrlo—. Pero luego no te retractes. Tienes que cumplir tu palabra.

—Cumpliré mi palabra si lo logras. Lo prometo —responde su compañero—. Estoy muriendo por ver como te rechaza. Iré a decírselo a todos cuando pase —ríe golpeándolo en el hombro 

—Te vas a quedar con la ganas de ver eso. Conseguiré ese beso. Ya verás. Tú sigue riéndote. Perderás tu increíble juego—reta.

Estaba seguro que Sunhee no aceptaría ese beso. Estaba seguro. Por las dudas intervendría.

Debía evitarlo. A toda costa debía evitarlo. No ocurría en mi presencia. No lo permitiría, no permitiría que se diera bajo estas circunstancias. No pasaría.

Mi objetivo: Evitar que ese beso planeado se dé.

Sin ser totalmente razonable con mi siguiente movimiento me pongo en marcha.

Sabía que podía inventar. Ella misma me dio la idea. 

Todo parece ir en cámara lenta, igual que en las películas. Me sentía en una película. Quizá era obra del mago Berlín, quizá existía de verdad.

—Creo que si vi a tu amiga —digo mientras tomo su brazo sin esperar respuesta. La llevo conmigo y ni siquiera me atrevo ver la expresión de su rostro. No me atrevo hacer otro movimiento que seguir avanzado alejándonos del radar peligroso de esos muchachos. 

Era probable que si no hubiera actuado en un impulso no hubiera hecho nada. Si daba demasiadas vueltas en un asunto me envolvía en un círculo vicioso difícil de salir. 

Si no era este chico algún otro estaría con ella. No quería eso.

Tenía que decirle que era yo el idiota de las cartas. 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora