Capitulo Seis

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Después de todo lo sucedido ya no se qué pensar, de hecho mi cerebro en este momento está en blanco rememorando los últimos acontecimientos con Hades

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Después de todo lo sucedido ya no se qué pensar, de hecho mi cerebro en este momento está en blanco rememorando los últimos acontecimientos con Hades. Benjamín empieza a sospechar que algo no anda bien, sus ojos siempre se mantienen inertes sobre mi cuerpo intentando descifrar algo. En parte es mi culpa, no he vuelto a dirigirle la palabra a Hades y eso es más que raro de mi parte.

Camino alejada de los dos varones sumida en mis pensamientos, llevamos más o menos dos horas desde que nos alejamos de la cabaña. Hades no sabe porque de nuestro cambio pero Benjamín y yo sabemos con claridad lo que hacemos, en este caso: A quien buscamos.

Miro la ancha y musculosa espalda de Hades sintiéndome totalmente avergonzada, escenas del día anterior invaden mi mente y yo solo quiero gritar. Hades se da cuenta de mi intensa mirada y voltea mirándome de reojo a lo que yo respondo con desviar la mirada cobardemente hacia otro lado.

—Entonces... ¿Qué estamos buscando? —formulo aquella pregunta el pelinegro. Benjamín me miro inseguro de contarle ya que apenas y sabíamos quién era Hades y no sabíamos si era de confiar.

Asentí con mis ojos puestos en las copas de los arboles. Hace rato que los animales habían dejado de hacer ruido quedando el bosque en un completo e inquietante silencio.

—Nosotros...tenemos como una especie de misión...—Explicaba Benjamín sin mirar al pelinegro. Yo por mi parte no le preste atención a sus palabras y me concentre en el repentino cambio de ambiente...algo no estaba bien.

—Tenemos que encontrar un Saitzan y llevarlo a los muros, así nos ganaremos nuestra libertad— agregue yo notando como Benjamín daba muchas vueltas. Hades frunció el ceño asintiendo confundido.

— ¿Su libertad?, ¿Acaso no son libres ya? — Mire a Hades curiosa, Benjamín negó alzando su cazadora de cuero como mis pantalones. Un brazalete negro y con el medio de un color azul fosforescente adornaba su muñeca. —No del todo, los Líderes se aseguraron de todo y nos colocaron estos brazaletes para evitar nuestro escape. Si nosotros no...No entregamos el Saitzan a tiempo el brazalete se activara y moriremos.

— ¿Cómo es eso posible? Se supone que ustedes son inmortales— Enarque una ceja aun sin verlo.

—Lo somos— Aseguro benjamín pero antes de que pudiera continuar lo interrumpí. —¿Por qué tantas preguntas Hades?, pensé que todo eso ya lo sabías después de todo tú también eres un Niño maldito.

Hades sonrió rascándose su nuca nervioso.

—Llevo mucho tiempo fuera de los muros, tanto tiempo que las cosas no estaban tan malas desde que me fui.

— ¿Quieres decir que antes no habían Brazaletes, ni eran esclavos y mucho menos los expulsaban de los muros? —Hades negó frunciendo el ceño. Oír como los Líderes han destruido nuestra popularidad no le agradaba mucho.

— ¿Entonces porque saliste si no tenias motivos? En ese entonces ustedes llevaban vidas tranquilas.

Hades negó con una sonrisa melancólica.

Infectados [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora