ժ OO2;

1.9K 278 26
                                    

El glorioso sonido del timbre se hizo presente dando así el fin de las tortuosas clases, ah, también fin a la incómoda mirada del chico a mi lado izquierdo.

Guardo mi cuaderno y libro de biología sin siquiera mirar si los pongo en orden o no pero eso no me interesa es salida y eso significa que ya no voy a sentir su intensa y extraña mirada puesta en mí.

Ya guardado todo me pongo de pie rápido y camino a pasos apresurados a la puerta escucho un pequeño "pss" de parte de mi extraño compañero pero le resto importancia. Lo que menos quiero es entablar otra extraña conversación con él, así que sin darle tanta vuelta al asunto salgo del salón con mis demás compañeros.

En los pasillos susurran entre ellos, mirándome y mirando atrás de mi. Se que es él, porque en esta semana que he estado estudiando aquí he escuchado que ese chico es muy raro y popular en el instituto.

Y bueno no me sorprende, él es guapo, demasiado, diria yo pero su actitud extraña me desconcerta mucho pero ¿por qué me miraban a mi? No he hecho nada todavía, solo soy la nueva, la nueva chica extranjera.

Tal vez sea por eso, pensé mirando al piso.

— ¿No crees que es algo tonto que todos nos vean siempre que salga después de ti? —Susurraron en mi oído y sentí una mano, dura, grande y masculina en mi hombro.

Un suave apretón que me corto el aliento, su tacto quema, quema muy rico.

Se que es él pero no volteo ya basta que todo el mundo nos vea así que muevo mi hombro quitando su mano de mí para así poder caminar más rápido que antes.

Salgo del portón del instituto y suspiro de alivio sin poder evitarlo sonreí.

Un día menos en ese infierno faltan siete meses con dos semanas y media y salgo.

— Está mal dejar hablando a una persona. —su susurro me hizo saltar, esta vez su mano no estaba en mi hombro sino en mi brazo  agarrando este con firmeza para que no me pueda ir— ¿Tú madre no te ha dicho eso?

Fruncí el ceño y lo mire, su sonrisa, la más grande y bonita que haya visto, estaba ahí. Mostrando toda su hilera de dientes.

Reprimí un suspiro estúpido y mire a otra parte.

— Yo... M-me van a regañar si llego tarde... S-sino te importa puedes... —Aclaré la garganta— ¿Puedes soltar mi brazo? —Pregunté con una firmeza que jamás creí encontrar hablando con él.

— Neh. —dejo de agarrar mi brazo y sus dedos bajaron tocando encima del saco del uniforme escolar pero ¡Dios! Eso no quita el hecho de que no pueda sentir el calor de su mano pasar por mi muñeca para así poder tomar mi mano con un gesto de timidez que me desconcertó.

Sus dedos jugaron un segundo con ellos y luego los entre lazo con los mios, trate de ignorar el pequeño cosquilleo que ocasionó ese pequeño gesto.

— ¿Q-qué? —Apenas y reconocí mi voz. No puedo decir que estaba muerta del miedo, es solo que su cercanía me molesta, me incomoda.

— Jones solo ven y sígueme. —su tono calmado no ayuda en nada a mis nervios.

— N-no, gracias y... Y por favor no me llames por mi apellido. E-es molesto. —susurre.

— Para mi también es molesto que me llamen raro. —se encogió de hombros y camino, arrastrandome con él.

— ¿Q-qué... Qué haces?

— Caminar a un lugar donde ningún curioso nos vea hablar. —volteo a verme y sonrió, cuando quise responder a su sonrisa él miró de nuevo al frente— Hace tiempo quería hablar contigo... —susurro que no alcance a escuchar.

Me deje arrastrar por él y díganme tonta, porque hace un momento había pensando que su presencia y actitud rara y extraña me ponen incómoda.

¿Sufriré de bipolaridad? ¿Y yo no lo sabía?

— Bonita... —Susurro de nuevo en mí oído y pienso que esa va a ser su nueva forma de llamarme.

Mi corazón dio un vuelco y tuve que alejarme un poco de él y aparentar mi nerviosismo.

— ¿Mhmg...? —Murmuré y lo mire a los ojos un momento para así apartar la mirada y mirar alrededor. Mi boca se abrió ligeramente y fruncí el ceño.

Nos llevó bajo un árbol pero aquí no se veía nada, solo el árbol y el cielo. El cesped tenía un color amarillo, no como los otros, es como si no le dan mantenimiento a esta parte del parque.

— ¿Te gusta?

— Es... Es tranquilo pero, ¿por qué está así? —Lo mire con el ceño fruncido y él sonrió de medio lado.

— Lo encontré hace como tres años. —murmuro con su mirada fija en mí— Este lugar era el más bonito de todo este parque. —puso sus manos en los bolsillos de su pantalón todavía sin quitarme la mirada— Pero hubo un día,  un momento, donde se cansaron de ir tras los arbustos y limpiar esta zona. —vi un atisbo de puchero en sus labios que desapareció al tiempo en el que apareció.

Me pareció extrañamente tierno.

— ¿Te molesta? —Pregunté queriendo que el molesto hormigueo que invadió mi estomago de repente, desapareciera.

— No, es... Es un lugar donde me ayuda a tranquilizarme y a despejarme un poco de la realidad y de las personas. —respondió mientras con pasos dudos se comenzaba acercar a mí pero no hice nada, le pueden decir extraño pero ¿y qué? Ya no debería y ni tengo que juzgar a las personas.

— Entonces es tu lugar favorito. —acerte asintiendo. Mire sus brillosos ojos. Le sonreí y él se sorprendió un poco. Su leve sonrojo lo delataba.

— No, pero desde que pusiste un pie aquí este será mi lugar favorito. —contestó mirándome con timidez mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios.

JHS ¦ IMPERFECTLY CORRECT #1Where stories live. Discover now