11

787 25 12
                                    

Ameyalli POV

Salí de aquella casa sin decir nada, me sentía mal, la cabeza me daba vueltas, no podía creer que Paul había besado a mi amiga, era obvio que estaba con alguien más en Washington pero venir aquí buscando una oportunidad nueva conmigo y terminar engañandome así, no lo podía creer.

No le di oportunidad a Nat de explicar lo que había sucedido, simplemente salí y ahora estaba caminando sin rumbo y con un malestar terrible en el estomago.

Camine hasta llegar a un parque cercano a casa, no había gente así que me senté cerca de un árbol, un poco de sombra me vendría bien. Estaba en el suelo llorando, ¿a caso ese imbécil se merecía que estuviera así? Tal vez no pero aún así dolía, me dolía más perder a una amiga que a un chico.

No me di cuenta en que momento el lugar a mi lado se había ocupado, seguramente aquel extraño ignoraba por completo mi llanto.

-¿Con quien te hizo daño el imbécil que tienes por novio? Debió ser alguien importante para que estés así.

Lo mire a la cara y vi a Rodolfo, no creía que fuera el después de todo lo que me había dicho por mensajes.

-¿Qué haces aquí? Porque dudo mucho que siempre que vez a alguien llorando te pares a preguntar que pasa.

Me miró y me dio papel, debía estar hecha un desastre.

-Sólo vine para decirte te lo dije.- Dicho esto se levantó y me miró por última vez.- Si necesitas algo puedes buscarme, vivo a 3 casas de ti.

Se dio media vuelta y lo vi caminar hacia su casa, yo debía hacer lo mismo pero no me sentía con las fuerzas suficientes para afrontar a Paul así que esperaría un poco más en aquel lugar mientras pensaba en que diría.

Un mensaje llegó mientras veía la puerta de mi casa abrirse.

Camine hasta encontrarlo sacando sus maletas, me miró y corrió a abrazarme

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Camine hasta encontrarlo sacando sus maletas, me miró y corrió a abrazarme.

-Pensé que me iría sin verte.

No termino de hablar cuando mi mano se había estrellado en su mejilla ocasionando que el chofer del taxi volteara a vernos.

-No se te ocurra volver a poner un pie en esta casa, quédate con tus zorras y déjame en paz. Nugget se queda aquí, largate de mi vida para siempre Paul.

Entre a la casa sin voltear a verlo, no quería sus explicaciones ni escucharlo disculparse, ya no sería más la tonta que caía siempre en su juego, ya no más.

GuadalajaraWhere stories live. Discover now