XVI

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Sahar

Era extraño sentir la necesidad de abrazarla, cuando la vi sonreír como acto reflejo lo hice también. Mantuve la distancia, y vi con desconfianza al hombre alto y delgado que estaba a su lado, un rubio de tez pálida que intuí buena gente, no había nada en él que me inspirara desconfianza. Era mayor que Amanda de eso no había duda. Su rostro era alargado pintaba algunas arrugas; inclinó un poco la cabeza, saludándome. Extendí la mano permitiéndole al eksteruloj tocarme con el usual saludo que se compartía entre dos personas, estrechó mi mano.

Lucius Autumn Lockwoodse presentó.

¿Siempre tienes que decir tu nombre completo?le preguntó Amanda, en tono cansino.

Por supuesto, princesita, me enorgullece mi nombre y alardear con élrespondió el hombre.

Nos conocemos desde hace cinco años, y no pierde la costumbre de presentarse con su nombre completo sin ningún vestigio de humildad, es un ególatrame explicó Amanda. Imaginé que debí haber puesto alguna expresión de confusión para que viera como algo necesario darme esa explicación.

Estoy orgulloso de ser hijo de mi padre, perdón por saber amar a mi familiacomentó. Amanda lo fulminó con la mirada. Lo sientole dijo, y luego en mi dirección volvió a repetir la disculpa.

Desvié la mirada hacia mi hermana.

Sahar, yo... no es como él lo ha... expresado....balbuceó.

Pueden confundirme un poco algunas expresiones, gestos, y otras cosasla interrumpí, actitudes que para ustedes son normales, pero no soy estúpida y creo poder entenderte y ser lo suficientemente madura para aceptar si no quieres a papá, pero no entendería que no me quisieras a mí, yo no tengo la culpa de lo que él les hizo a Halia y a ti.Descubrí el asombro en su faz y luego frunció un poco el ceño, ¿acaso lo que yo estaba diciendo estaba mal? De todas formas continué: Sólo vine porque te marchaste de casa sin despedirte. Sentí la necesidad de verte otra vez.

Su amigo Lucius me miraba con un brillo en los ojos, me recordó a Circe cuando me observa con especial cariño.

No estoy molesta por que vinieras, Sahar, me sorprende. ¿Cómo sabías dónde encontrarme?preguntó Amanda.

La invitación que le fuiste a llevar a papá decía que habría una fiesta en Los Hamptons, e intuí que, tras dejar el apartamento, estarías aquí por tener un evento esta nochele expliqué. Papá tiene una propiedad aquí, ¿sabías?

No tenía ni idea que Bélikov tuviera una casa en la playadijo Lucius.

Yo tampocosusurró Amanda.

Si no están muy ocupados pueden acompañarnosles dije.

¿Él está allí?preguntó Amanda.

Papá no sabe que vine. Y para evitarte problemas no sabrá que te he buscado hoy.

Amanda y Lucius me siguieron de regreso a la casa. A él le oí comentar lo educada que había sido, que mi presencia y voz imponían, y que le agradaba que la hubiese buscado; sonreí sin que ninguno lo notara pues iba caminando delante de ambos.

Huellas: Memorias de Sahar y Faye©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora