v.

1.2K 150 51
                                    

   
    —¡Alex! —escuché a mi madre gritar desde la planta baja, logrando despertarme —¡Hija levantate, Richie está acá!

    Abrí los ojos y estire mis brazos, soltando varios bostezos, posteriormente me levanté de mi cama y fui al baño a pasos lentos lave mi cara y volví a mi habitación en cuestión de dos minutos.

    —¡Alex!

    Terminé de cambiarme y arreglé mi cama un poco, de otro modo mi madre se iba a enojar conmigo más tarde. No hice demasiado, pero estaba presentable.

    —¡Dile que suba! —le grité mientras terminaba de ponerme mis converse.

    Me levanté del suelo y vi a Rich entrando a mi habitación, cerrando la puerta detrás de él.

    —Hola, inútil. —sonreí.

    —Hola, amargada. —respondió riendo.

    Me senté en el suelo apoyando mi espalda en mi cama y él se sentó a mi lado.

    —¿Que te trae por aquí? —dije, en un intento fallido de acento indefinido.

    —Yo quería... Hablar contigo, como en los viejos tiempos.

    Lo miré y sonreí: —Creo que es hora de que esos tiempos vuelvan, ¿no?

    Richie asintió, volteando a verme, to hice lo mismo.

    —¿Y que me querías decir?

    Bajó su mirada y supe de inmediato que estaba nervioso, acomodó sus lentes y aclaró su garganta antes de hablar.

    —Me he estado sintiendo raro últimamente, y no sé si sea correcto lo que siento pero no puedo ignorarlo. Ya no puedo hacerlo más.

    —Rich, ¿Qué pasa? —le pregunté ya preocupada.

    —Quiero que me prometas que no le vas decir a nadie, porque...

    Puse mi mano sobre la suya, logrando que me mirara. Podía notar con claridad que estaba mal, había visto esos ojos llenándose con lágrimas más veces de las que me gustaría, y las había secado en cada ocasión.

    —Sabes que nunca te haría algo así. Yé que hace mucho tiempo no hablábamos, pero siempre vas a ser el mejor amigo que tuve en mi vida. El mejor y más sincero de todos.

    —¿De verdad? —asenti con la cabeza en respuesta —También siempre vas a ser la mejor amiga que tuve, y por eso quiero contarte esto. No se lo he dicho a nadie, ni siquiera a los chicos, y siento que sos la única persona que me va a entender.

    Richie y yo nos conocemos básicamente desde que nacimos.
Nuestras familias son amigas, y nosotros lo hemos sido desde que tengo memoria. En todos los recuerdos que tengo de mi infancia, ahí está Richie. Sin falta.
Estuvo ahí para mi cuando mi padre falleció, cuando no salía de mi cuarto en días y todo lo que hacía era llorar, a él era a la.única persona que dejaba pasar. Era la única persona que me podía hacer sentir realmente bien, y lo sigue siendo.

    No recuerdo cuando dejamos de hablar, solo sé que lo hicimos y hasta la fecha lo que más más me arrepiento de haber hecho en mi vida entera. Podrán decir muchas cosas de Richie, pero es, sin duda alguna, el mejor amigo que podrías tener jamás.

    Tomó aire y acomodó sus gafas antes de continuar: —Nunca pensé que de verdad me llegara a gustar alguien, ni siquera había pensado en eso nunca. —hizo una pausa —Pero empecé a sentir algo, ¿sabes? Y tengo miedo, tengo miedo de que me juzguen y me rechacen. De que esto esté mal y yo esté loco.

    Lo interrumpi inmediatamente al escuchar aquello, volviendo a tomar su mano.

    —Le di vueltas a esto, pero no lo puedo evitar. No lo puedo ignorar más y tengo que decirlo. —hizo una pausa para tomar aire —Me gusta Eddie.

    Solté su mano y pasé mi brazo por sus hombros, acercándolo a mi.

—No estás loco, esos sentimientos no están mal Rich. —acaricie su hombro y él apoyó su cabeza en el mío —Y hay gente que no lo entiende, pero te prometo que un día eso va a cambiar. Y Rich, quiero que sepas que yo jamás voy a juzgarte o rechazarte. Nunca.

    Sentí que comenzaba a sollozar y lo abracé aún más fuerte.

    —Jamás conocí a alguien como yo y eso hace que me sienta raro, diferente.

    Respire hondo intentando no llorar, odiaba verlo así. Triste, sintiéndose mal. Cada vez que él lloraba, yo lo hacía y viceversa. Era algo que no podía evitar, odiaba ver a la persona más importante en mi vida romperse a pedazos y llorar. Odiaba que tuviera que pasar por esto solo porque era un chico a quien le gustaba otro chico, y odiaba que sintiera que él era quién estaba mal.

    —¿Sabes Rich? Conozco a alguien que se siente igual que tú, y creo que te va a ayudar mucho hablar con ella si te vuelves a sentir así.

    —No estoy listo para hablar de esto con alguien que no seas tú.

    —Esa persona soy yo, Rich.

    Una lágrima resbaló por mi cara y Richie me abrazó todavía más fuerte. Le devolví el abrazo y escondi mi cara en su cuello.

    —¿Sabes que es lo bueno de esto?

    Negué con la cabeza y él acarició mi cabello.

    —Por lo menos estamos juntos en esto.

    Lo abracé más fuerte y luego de un rato largo nos separamos.
Ambos sonreimos. Me sentía mucho mejor ahora, Richie y yo habíamos vuelto a hablar como antes, y ya no me sentía tan sola como antes. Estoy eternamente agradecida con Richie y quisiera devolverle todo lo que hace y ha hecho por mi. Había llegado a creer que lo que comenzaba a sentir por Beverly era simplemente amistad, y que solo estaba confundida, creía que no habría personas que me comprendieran o que se sintieran como yo. Hasta que llegó Rich.

    Ahora sentía que estaba bien. Que estaba bien que nos sintieramos así y que no deberíamos pensar que estábamos mal cuando esos no éramos nosotros, que somos así y está bien.

    Agradecí mentalmente que Richie Tozier fuera parte de mi vida, porque si no fuera por él, estoy segura de que jamás habría llegado a ser la persona que soy hoy, jamás habría superado los obstáculos que había tenido a lo largo de mi vida.

    No sé que hice para merecerlo, pero me alegra tenerlo.

𝖋𝖗𝖎𝖊𝖓𝖉𝖘, beverly marsh Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt