Capítulo Cinco: La cena en el Ministerio

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El domingo trascurrió de igual manera que el día anterior, todos eran muy amables con Draco y él no podía evitar sorprenderse, pero aun así no se sentía cómodo en aquel lugar, para su buena suerte cuando el reloj marcó las tres de la tarde Potter se disculpó con todos y alegando que tenía unos asuntos que resolver, se despidieron de los Weasley y luego se marcharon ambos se marcharon. Hermione suspiró y se sentó en uno de los sillones de la sala, unos minutos después los demás hicieron lo mismo.

—No sé qué pensaran ustedes, pero yo no creo que la "supuesta" relación de Harry y Malfoy —alegó Ron.

—Estoy de acuerdo contigo —secundó Hermione.

—Harry siempre estaba muy pendiente de lo que Malfoy hablaba, como si tuviera miedo de que dijera algo que no debía —comentó Molly en voz baja—, él no parecía feliz —concluyó.

—Sí, pude notar eso entre ellos. —El señor Weasley tomó su mano.

—Dentro de unos días el Ministerio realizara una cena de caridad para el orfanato, Ron y yo estaremos ahí y trataremos de averiguar algo —explicó Granger.

—Yo veré si puedo saber que hizo Harry para que la condena de Malfoy fuera revocada, tal vez pueda encontrar algo más. —Ron estaba decidido a averiguar que estaba sucediendo.

Platicaron durante una hora sobre lo que iban a hacer y luego ellos regresaron a su hogar, estaba preocupados por su amigo, Potter había cambiado mucho en los últimos años y ellos debían hacer algo para ayudarlo antes de que sus decisiones provocaran problemas demasiados grandes que al final no tuviera solución.

ooOOoo

Cuando Draco finalmente se encontró en la sala de la mansión suspiró, en aquel lugar se sentía como si fuera suyo aunque él sabía que ya no era así.

—¿La pasaste bien? —preguntó Potter mientras se sacudía los restos de polvos flu de su ropa.

Malfoy resopló. ¿Qué clase de pregunta era esa? Por supuesto que la respuesta era un claro. "No", y no porque los Weasley lo hubiera tratado mal o le hubiera hecho alguna grosería, era simplemente que sentía que no encajaba en aquel lugar, Draco no era tonto y sabía perfectamente que la única razón por la cual lo trataron con cortesía era porque ellos iban a casarse.

—Ellos fueron amables —respondió finalmente, para luego sentarse en uno de los sillones del lugar. Harry sonrió.

—Lo son, sólo que tú nunca quisiste darte cuenta de eso —le recordó. Draco enarcó una ceja.

—Te recuerdo que ellos no era amables conmigo cuando estábamos en Hogwarts, yo tampoco lo fui, así que tu comentario está de más. —Malfoy se puso de pie y comenzó a caminar hacia las escaleras.

—¿A dónde vas? —preguntó.

—Voy a mi cuarto, quiero ducharme y luego descansar una hora —comentó.

—¿Quieres que te acompañe? —Harry sonrió con picardía lo que ocasionó un sonrojo en Draco.

—No gracias, y espero que te mantengas lejos de mi habitación —le ordenó.

—Es mi casa, puedo ir a donde quiera —le recordó. Malfoy respiró profundo soportando las terribles ganas que tenia de darle un fuerte golpe en la cara Potter.

—Haz lo que quieras.

Subió las escaleras y se perdió en uno de los pasillos, Harry sólo sonrió, le gustaba mucho hacer enojar a Malfoy, aunque lo que había dicho no eran simples bromas, deseaba volver a estar en la cama con él y de alguna forma lo iba a conseguir.

El precio de la libertad [HARCO]Where stories live. Discover now