de artes ; 6

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Increíblemente nervioso. Es justamente como se siente en este momento. No ha parado de charlar con el peli-azul por mensajes, pero siente que frente a frente será otra cosa.

Luego del beso, se despidieron prometiendo mensajearse justo cuando llegaran a sus casas, y así fue. De ahí en más todo el fin de semana charlaron conociéndose.

Claro, ni por un segundo se detuvo a pensar como sería el lunes por la mañana que tuvieran que regresar a clases. No tenía idea de cómo iba afrontar a Junhoe o qué iba a suceder ahora. ¿Serían la pareja perfecta como en los cuentos de hadas? ¿O serían la pareja cliché popular?

Sin darle más vueltas al asunto, se armó de valor para entrar al edificio, no es como que las personas sepan sobre su aventura de fin de semana, por lo que no se cohíbe por los pasillos y camina tranquilamente. Donde los problemas de los parciales lo atormentan de nuevo, aún debe terminar dos ensayos y aún debía reunirse con su equipo de trabajo para dar la última revisión a la maqueta que había concluido Seungcheol el sábado. Tal vez no podría tener una vida cliché junto a Junhoe después de todo.

Su primera clase pasa inesperadamente tranquila, sin mucho trabajo y algo relajada, ha sido tan llevadera que no había pensado en Junhoe y aquello lo mantenía en un estado de paz continuo.

Luego de la tercera clase, antes del almuerzo caminó directo a la cafetería, tenía un poco de hambre y pensaba en comprar algo ligero, tal vez una ensalada de pollo. Inesperadamente el recuerdo de lo que había sucedido a lo largo del fin de semana lo atacó y de pronto se puso nervioso. ¿Qué si se lo encontraba? ¿Qué iba a decirle? ¿Cambiaría algo? ¿Le pediría fueran novios?

Sacudió la cabeza intentando alejar cualquier pensamiento irracional para su ver y dirigirse a la cafetería, oraba porque el más alto se encontrara en el campo o algún otro lugar del campus. No necesariamente debía tener la hora libre, posiblemente se encuentre en sus clases y no tenga que verlo el resto del día, no es el típico chico que conoce el horario de su crush, no, Jinhwan nunca funcionó así.

Giró por el pasillo hacia el comedor principal donde se topó con Hanbin, y siendo sinceros, no había sabido nada de él desde el viernes.

—Gracias por ignorarme todo el fin de semana. — Se encuentra evidentemente molesto, y el castaño sabe que probablemente tenga razón, pero no fue del todo su culpa. — Te llamé el viernes para ir a la fiesta, el sábado ¡y ayer por la noche! ¡Creí que te había sucedido algo! Está bien, sé que me dijiste que trabajarías con los Cabello el viernes por la noche, pero demonios quería saber al menos que estabas bien. — Jinhwan desvió la vista de su amigo, se encontraba realmente apenado, había perdido todo el fin de semana con Junhoe, ni siquiera se preocupó por los demás mensajes.

Se quedaron en silencio unos minutos, en medio del pasillo, que afortunadamente se encontraba un tanto vacío. Hasta que de nueva cuenta, Hanbin habló.

— ¿Planeas decirme que ocurrió? — Cuestionó alzando las cejas a la par que cruzaba los brazos.

—Está bien, te diré, pero quiero ir a comprar algo. —Ambos caminaron en dirección de la cafetería, mientras Jinhwan comenzaba el relato, desde que se percató que había tomado el teléfono de Junhoe hasta el momento del casi beso, cuando cantaron en el parque.

—Hola bonito. — Aquella voz lo congelo, Junhoe. Se giró discretamente, rogando porque nadie a excepción de él hubiera escuchado como lo había llamado. El peli-azul se acercó hasta ambos chicos, con Jiwon detrás. — Te he estado buscando prácticamente toda la mañana — anuncio acercándose hasta él con la intención de besarlo. Jinhwan se alejó sutilmente desviando la cara, puesto que sentía que en cualquier momento explotaría.

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