Único.

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Taehyung se removía en el asiento demasiado incómodo, sabía que estaba siendo observado, sus manos estaban esposadas y cualquier movimiento que hiciera podría dejarlo tras las rejas. Suspiró pesadamente y bajó su cabeza para dejar salir una sonrisita que nadie notó, los dos oficiales que lo veían detrás del vidrio polarizado no podrían haber notado tal gesto, pues estaban sumidos en el macabro caso en el que un hombre había asesinado cruelmente a veinte personas en una fiesta.

El detective Park era un genio en esos casos, pero por alguna razón algo en el tipo de ojos cafés lo incomodaba. Kim TaeHyung quizás no era como los otros asesinos. De hecho, ni siquiera tenían pruebas directas de que él lo fuera, solo el testimonio de un testigo que vió la increíble y terrorífica escena en la que Taehyung acorralaba a su víctima en el baño y daba la orden a dos perros Pitbull que la destrozaran. Al parecer el testigo estaba escondido en la habitación continua, tampoco dió la cara, simplemente dió su testimonio a través de una llamada.

Eso hubiera sido suficiente para tachar a Kim TaeHyung de culpable, si no fuera porque el testigo había ingerido cocaína horas antes.

YoonGi, dame el perfil completo del sospechoso.— dijo a su compañero quién sostenía una carpeta con información.

Kim TaeHyung, veintidós años, al parecer la tragedia sigue a este hombre; hace unos cuantos años sus padres fueron asesinados, hace unos meses Jung Hoseok fue sentenciado a muerte por el asesinato de un amante de Taehyung, Jeon Jungkook, al parecer Hoseok lo acosaba y no toleró que tuviera a alguien más. Taehyung culpó a éste de todos los asesinatos. También tenía la costumbre de sentarse en el parque a hacer absolutamente nada, por si te interesa.

El detective Park soltó un suspiro pesado y miró a su compañero, el oficial Min YoonGi. Éste último no estaba convencido sobre dejarlo ir, pero ante la falta de pruebas no tuvo más remedio que hacerlo.

Así fue como Taehyung fue liberado nuevamente.

A pesar de todo Park Jimin seguia teniendo dudas sobre ese último caso. Taehyung estaba en la fiesta, las tragedias mágicamente lo perseguían. Taehyung tenía el perfil de un asesino en serie, entonces... ¿Por qué no podían probarlo?

Ese día Jimin volvió a su casa con un nudo en su garganta, si ese hombre no era el asesino debía ser alguien más, lo que significaba que había un enfermo suelto en las calles, dispuesto a todo. Ante estos pensamientos se sentó en el sofá y se dispuso a mirar televisión.

Kim TaeHyung era una persona con muchos secretos, una mente brillante escondida tras una inocente mirada. No sentía culpa ni remordimiento alguno, él era perfecto.

Al menos eso era lo que él creía. Lo que le habían hecho creer desde pequeño.

Al otro día Park Jimin despertó asustado. Un sudor frío recorría su frente y sus manos temblaban. Sólo era una pesadilla, nada que temer.

Como siempre se levantó e hizo su rutina diaria. Sin embargo había algo aún que tenía dando vueltas su cabeza, aquel asesino... Tenía que ser él.

Había llamado a YoonGi temprano y le había dicho su plan. Estaba fuera de las reglas, allanar una propiedad ajena sin orden previa era un delito, pero si querían saber más sobre el caso debían insistir. YoonGi se negó varias veces, pero finalmente terminó rindiéndose ante la insistencia y se dejó llevar. Si Taehyung era el asesino sus herramientas de trabajo debían estar escondidas en algún sitio, tendría que haber algo que lo delate. Park Jimin estaba seguro de que encontraría algo y por fin esa mirada inocente quedaría tras las rejas o mucho peor.

La casa de Kim TaeHyung era bastante normal a lo que se habían imaginado. Entraron forzando una de las ventanas luego de cerciorarse de que el hombre no estuviera dentro, se colaron a través de las salas y por fin llegaron a su habitación.

JiMin dió la orden a YoonGi para que comenzara a buscar pistas por cualquier lado, sin embargo una melodía los sorprendió, había venido de quién sabe dónde pero eso fue suficiente para helarles la sangre hasta el punto en el que quedaron presos del pánico. Luego se oyeron unos pasos llegando hacia donde ellos. YoonGi sacó su arma y apuntó hacia la puerta que, segundos después, fué abierta revelando la imagen sonriente de Taehyung.

JiMin comenzó a temblar.

¿Detective Park? ¿Qué hacen aquí?— preguntó Taehyung con vos gruesa y calmada, su sonrisa se ensanchó. No tenían respuesta, más no hubo tiempo de pensarla pues Taehyung volvió a hablar. —Veo que vienen buscando algo con lo que inculparme. Deje de apuntarme, detective Min, no voy a hacer absolutamente nada. Pueden buscar si quieren, yo espero aquí.

Ambos oficiales se miraron en silencio, Park tragó en seco y asintió. Cómo estaba planeado comenzaron a buscar por el cuarto sin sacar la mirada de Taehyung quién se mantenía en el marco de la puerta con una sonrisa enorme y sus grandes ojos marrones puestos en él.

Al cabo de unos minutos no habían encontrado más que cosas personales. No habían armas, no habían pistas, no había absolutamente nada. Park Jimin había fracasado otra vez y le molestó aún más el ver al sospechoso burlarse de él con la mirada. No tuvieron más opción que irse decepcionados.

Otra vez Taehyung salía ileso.

Park Jimin estaba a punto de abandonar el caso, si no fuera porque esa misma tarde, casi de noche, alguien tocó a su puerta. Dejó su cena a un lado y fue a abrir. Su sorpresa se hizo presente cuando vió a Taehyung frente a él con su típica sonrisa, cargando una bolsa.

Mucha gracias por liberarme, detective Park, a pesar de las objeciones de su compañero. Al parecer usted es el policía bueno, ¿Verdad?— soltó una risita ronca. —De todos modos, le traje este presente como agradecimiento.— le extendió la bolsa que tenía algo pesado dentro y estaba cubierto con papel de panadería. ¿Un pastel quizás? —Espero que le guste.— su sonrisa se ensanchó y comenzó a irse, pero se detuvo en seco. Park Jimin lo miró con curiosidad. —Por cierto, detective Park, no debería ingerir cocaína nuevamente, esa cosa podría costarle su trabajo, ¿Qué pasaría si alguien se entera que en un ataque de furia mató a veinte personas, solo porque no lo dejaban dormir?

¿Qué?— Jimin se hizo hacia atrás en un gesto de confusión. Taehyung por fin volvió a mirarlo con una sonrisa macabra.

Lo que escuchó, detective Park. Por desgracia yo estaba ahí para ver el asunto. Y por cierto, Min YoonGi lo dedujo esta tarde, él iba a delatarlo con las autoridades. Suerte que lo seguí y logré hacer algo al respecto.— miró la bolsa.

JiMin sintió un sudor frío recorrer su rostro, el mismo que sentía al tener las frecuentes pesadillas en las que asesinaba gente sin piedad con música de fondo. Temblando abrió la bolsa, rompió el papel que cubría el supuesto regalo y soltó un grito agudo cuando la cabeza de su compañero Min YoonGi salió rodando al suelo. Kim TaeHyung río y se fue caminando como si no hubiera pasado nada de nada. JiMin seguía preso del pánico y la culpa por lo que había hecho carcomía su cerebro al punto de volverlo loco.

Taehyung no había sido el asesino entonces, había sido él mismo bajo la influencia de la droga.

Y Kim TaeHyung lo sabía. Taehyung realmente era perfecto.

FIN

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FIN.





Zločinnosť 《pjm. O.S.》Where stories live. Discover now